viernes, 18 de septiembre de 2009

A propósito de la "Crónica de Viernes" de César Tubino, titulada "La lluva cae sobre Montevideo" y "El valioso tiempo de los maduros"

El amigo César publicó hoy su "Crónica de Viernes" (www.sayagorunning.blogspot.com), lo que me llevó a aportar mi punto de vista. Perdón por la "reiteración", pero su crónica dice así:

La lluvia cae sobre Montevideo hoy como ayer. Y no habrá nada especial.Otra semana más, otros siete días pasaron entre carrera y carrera, esta vez casi llego tarde por culpa del ómnibus, es frustrante cerrar la puerta de tu casa y verlo pasar por la esquina, es frustrante la espera un domingo por el próximo 468, miro el reloj, una, dos, tres, cuatro veces, pasa luego de 25 minutos, cuando por fin este llegando y una vez abajo comenzare mi entrada en calor a tres cuadras de la largada, me perdí la previa, las fotos, los abrazos y saludos, llegué y largué. Luego de 15 días sin correr, rambla otra vez.
La gente que va caminando hoy como ayer, todo el libreto me es igual.
Las caras de siempre, un recorrido casi que conocido de memoria en mis pocos entrenamientos, esta vez me detengo a caminar un par de veces, el sedentarismo se nota, pero no me privo de picar en la llegada, con tanta gente mirando no voy a pasar caminando. Eso se lo dejo a los Maratonistas con heridas de guerra, producto de sus cercanas batallas, ellos vienen más atrás. Ahora si puedo sacar algunas fotos, espero los sorteos y como siempre no tengo suerte, me hubiera venido bien un examen completo, si fuera psicológico.
Las palabras en la misma situación. Un lugar y su gente en la misma dirección.
Entre semana lo de siempre, mirar fotos, leer crónicas, y asombrarse de los disparates de nuestros políticos en su carrera hacia el poder.
Mujica dice que el problema de Chaves es que habla mucho, y a los poco minutos en la misma entrevista se manda terrible macana hablando de la justicia en términos bastante polémicos. El único contrincante de Mújica es el propio Mújica.
Larrañaga dice que “en la época de Saravia se mataba de frente y no por la espalda”, yo me pregunto si quiso decir que dependiendo de la dirección del tiro se puede justificar una muerte.
El Miércoles un cansado y ofuscado Luis Alberto Lacalle se molesta con un grupo de alumnos de periodismo que le preguntaron como hacía para vivir solo de su jubilación, teniendo un campo en Florida, una casa en Punta del Este, varios escritorios en Montevideo, una casa en Carrasco y algunos pocos Bonos del Tesoro.
Al otro día Bordaberry dice que Lacalle esta entregado y De León sigue insistiendo en que los colorados no deben prestar el voto, ¿cuándo entenderá el Hugo que ya quedan pocos colorados?
Ya sobre el final de semana un conocido dirigente deportivo disertando sobre métodos de fecundación y tras dar argumentos con lujo de detalles, termina su exposición diciendo:
“Será ordinario y vulgar pero sale un lindo gurí”
Esta semana no puede dejar de pensar que siempre es mejor callarse la boca.
La lluvia cae sobre Montevideo hoy como ayer. Solo será un día más.
Otro día con los pies mojados, no hay cosa más molesta. Otro día caminando sin paraguas, buscando techos y galerías para cubrirme. Otro día esquivando charcos y evitando ser salpicado por los autos al pasar. Otro día con una buena excusa para no entrenar. No sé si es la soledad, el final del invierno, o la nostalgia que siempre me acompaña, pero prefiero los días lluviosos.
Las horas que van pasando hoy como ayer terminan conmigo y con los demás.
Otro viernes, otra crónica.


Intentando encontrar -desde mi punto de vista- una respuesta a la sensación que transmite César, encontré este mensaje de Mario de Andrade (poeta, ensayista y musicólogo brasileño), titulado

"El valioso tiempo de los maduros"

“Conté mis años y descubrí, que tengo menos tiempo para vivir de aquí en adelante, que el que viví hasta ahora...
Me siento como aquel chico que ganó un paquete de golosinas: las primeras las comió con agrado, pero cuando percibió que quedaban pocas, comenzó a saborearlas profundamente.
Ya no tengo tiempo para reuniones interminables donde se discuten estatutos, normas, procedimientos y reglamentos internos, sabiendo que no se va a lograr nada.
Ya no tengo tiempo para soportar absurdas personas que, a pesar de su edad cronológica, no han crecido.
Ya no tengo tiempo para lidiar con mediocridades.
No quiero estar en reuniones donde desfilan egos inflados.
No tolero a maniobreros y ventajeros.
Me molestan los envidiosos que tratan de desacreditar a los más capaces para apropiarse de sus lugares, talentos y logros.
Detesto, si soy testigo, de los defectos que genera la lucha por un majestuoso cargo. Las personas no discuten contenidos, apenas los títulos. Mi tiempo es escaso como para discutir títulos.
Quiero la esencia, mi alma tiene prisa... Sin muchas golosinas en el paquete...
Quiero vivir al lado de gente humana, muy humana.
Que sepa reír de sus errores.
Que no se envanezca con sus triunfos.
Que no se considere electa antes de hora.
Que no huya de sus responsabilidades.
Que defienda la dignidad humana.
Y que desee tan sólo andar del lado de la verdad y la honradez.
Lo esencial es lo que hace que la vida valga la pena.
Quiero rodearme de gente que sepa tocar el corazón de las personas….
Gente a quien los golpes duros de la vida le enseñó a crecer con toques suaves en el alma.
Sí, tengo prisa, pero por vivir con la intensidad que sólo la madurez puede dar.
Pretendo no desperdiciar parte alguna, de las golosinas que me quedan… Estoy seguro que serán más exquisitas, que las que hasta ahora he comido.
Mi meta es llegar al final satisfecho y en paz con mis seres queridos y con mi conciencia.
Espero que la tuya sea la misma, porque de cualquier manera, llegarás..."

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