domingo, 26 de mayo de 2019

Fiambalá Desert Trail (Catamarca). La gran carrera del desierto argentino

A partir de las experiencias vividas entre 2017 y 2018, con algunos compañeros empezamos a madurar la idea de correr en desierto. Lo más similar había sido el Raid de los Andes en 2013 (Tumbaya-Purmamarca y Salinas Grandes en Jujuy - Argentina, y Desierto de Atacama en Chile). El recuerdo de lo duro que me ha resultado Ultra Trail Cabo Polonio operaba como un freno, pero la mística y la proeza que se aprecian en videos de Marathon des Sables (Sahara), o en sus versiones "half" en el Desierto de Ica (Perú) y Fuerteventura (Islas Canarias), hacían que el sueño estuviera siempre presente. Es más, con Andrés "Pato" Silva, llegamos a manejar alguna fecha tentativa.

Y en octubre del año pasado llegó el día en que presenté "De la penillanura al Himalaya. Un corredor del montón convertido en ultramaratonista" en la Feria del Libro de Montevideo, donde se hicieron presentes varios amigos corredores. Recuerdo que entre sonrisas, me comentaron que habían resuelto ir a correr Fiambalá Desert Trail en su versión de 165 Km (4 etapas) en este 2019, conformándose un grupo con Mariana Quiñones, Mauricio Acosta -debutante en ultramaratones-, Andrés y Dardo Parentini, previéndose inicialmente ir en nuestros vehículos para tener libertad de desplazamientos allá. Mi respuesta fue casi instantánea. Tenía un atractivo adicional: iba a conocer las enormes dunas utilizadas por el Rally Dakar, cuando se corría por el norte argentino.

En Semana de Turismo -del 13 al 19.04.2019- tuve el privilegio de correr Peneda-Gerés Trail Adventure (135 Km) en Portugal, razón por la cual la carga física venía siendo importante. Finalmente, Dardo y Andrés fueron a correr a Ushuaia, y decidieron bajarse de Fiambalá, en tanto se sumaron Robert Acosta, Fernando Bonino y Andrés Montero. Después de analizar opciones de viaje, decidimos cruzar a Buenos Aires en Buquebús el domingo 5, para tomar el bus de Chevallier a las 16:15 en Estación Retiro con destino a La Rioja, llegando después de un muy largo viaje alrededor de las 11:00 del lunes 6. Anécdotas de ese viaje hay varias, pero no me extiendo. Nos esperaba un "transfer" de la Organización, que pasó por el aeropuerto donde levantamos a Milton Rodríguez Ponmerenck y Gabriela Fariña (Diego, su hijo, no viajó pues continuaba con su lesión de Cabo Polonio, y se está recuperando para correr un Ironman).

Llegamos a la pequeña Fiambalá (Catamarca), una preciosa ciudad en la precordillera a unos 1700 msnm, rodeada de enormes dunas y montañas, para instalarnos en "La Casa de Juan" a escasos 100 metros de la plaza principal (donde además se hacía la llegada de la carrera). Esta anécdota vale la pena: Cuando preguntamos en la plaza por nuestro destino, tres chicas nos preguntan "¿Qué Juan?"...obviamente, en esa pequeña ciudad, todos se conocen. Ante nuestra sonrisa, siguió un "Ah, sí! Aquí a la vuelta". Después de instalarnos, seguimos la recomendación de Juan, quien llamó por teléfono a un restaurante para que nos esperaran a almorzar, ya que eran las 15:30 horas. En la plaza, nuevamente estaban las chicas, a quienes les preguntamos por el restaurante. "Estamos aquí hasta las 16:00, así que hasta esa hora aceptamos consultas", nos dijeron entre risas. Robert llegó unos minutos después, sumándose a la mesa (viajó en solitario desde Tacuarembó).

A la tarde, fuimos hasta las Termas de Fiambalá donde pudimos disfrutar de un buen baño y relajar bastante los músculos. Fernando empezó a sentirse algo mal, muy posiblemente fruto de la altura y de los cambios de temperatura en el largo viaje en ómnibus. El día martes almorzamos junto a Milton y Gabriela, retiramos el kit de la carrera -me correspondió el N° 064- y asistimos a la charla técnica en la Disco La Morocha. En la tarde, visitamos el Museo del Hombre, donde hay dos momias de antepasados de la zona.

Etapa 1 - Punta del Agua a Las Papas - 33.7 Km en ascenso, en 6 hs 22 min.

Nos trasladamos en buses de la organización hasta Punta del Agua, un pequeñito pueblo en el desierto, desde donde largamos en ascenso hacia Las Papas. El camino se hizo algo largo, dado que permanentemente fuimos por arena y piedras, para hacer innumerables cruces del arroyo que baja de la montaña en la segunda mitad del recorrido. Solamente se puede circular en esa zona, en vehículos 4 x 4 o en cuatriciclos o motos todoterreno. Hice todo el camino marchando junto a Mauricio, previendo la necesidad de reservar energías para los días siguientes.

En algunos tramos, solamente hacía falta el "Halcón Milenario" o alguna otra nave de Star Wars, para que fuera una perfecta escena de la zaga. Los puestos de hidratación estaban perfectamente ubicados a distancias razonables, lo que nos permitió comer algo y reponer líquidos. En el tramo final de la etapa, Mariana -una colega argentina- avanzaba con bastante malestar, fruto de los efectos de la altura, ya que llegamos a 2.650 msnm. MQ había llegado un rato antes, en tanto Robert y Milton llegaron un poco después que nosotros. Fernando Bonino había sido llevado desde el Km 20 con hipotermia, y había recibido un inyectable, lo cual nos asustó un poco. Al día siguiente, fue llevado por la Organización a Fiambalá.

Las Papas es un pequeñito poblado con 80 habitantes -en su gran mayoría, familiares- 24 de ellos en edad escolar, que esperan ansiosos la visita durante dos días al año de este grupo de "locos que corren". Abren sus muy humildes casas de adobe y nos ofrecen todo lo que tienen, para que pasemos lo mejor posible. El agua caliente se genera con calentadores a leña, donde algún lugareño está pendiente de que el fuego no se acabe mientras haya algún corredor esperando para bañarse. En conversaciones con algunos, me señalaban que durante dos meses al año quedan totalmente aislados fruto de las lluvias. "Nos preparamos y esperamos que el tiempo pase", me respondieron ante mi consulta sobre qué hacen ...

Un aspecto de enorme destaque: la Organización y corredores, llevan mochilas con útiles escolares y juguetes para los niños. Es impresionante ver el agradecimiento de estos chicos, y la forma como disfrutan de las cosas más elementales. Acompañan a los corredores que llegan durante los últimos metros, hacen una preciosa fiesta, juegan en la única callecita hasta altas horas...

Un rato después de llegar, subimos con Mauricio hasta el Santuario de la Pachamama, una elevación al lado del pueblito, donde los pobladores se reúnen a honrar a la madre tierra y realizan ofrendas. me traje algunas piedritas de recuerdo de ese lugar místico, que además tiene una vista a 360 grados, espectacular. ¡Qué frío que hizo en la noche!, pues me tocó dormir en una especie de salón comunal con techo de paja y sin puertas...pese a que pusimos carteles de la Organización para cerrarlo un poco, el viento los tiraba.

Etapa 2 - Las Papas - Lagunilla - Las Papas. 42.8 Km en 10 hs 10 min.

El desafío en esta instancia, estaba planteado tanto por el largo recorrido como por la altura a la que debíamos llegar. Los primeros 15 kilómetros fueron de ascenso fuerte, donde fui junto a Mauricio y Milton, hasta que empezaron a quedarse un poco. Nos avisaron que iban a cortar parte del recorrido en la parte más alta, previéndose unos 38.5 kilómetros. No fue así...

Ascendimos hasta los 3690 msnm. en la zona de Lagunilla, una laguna en la parte más alta de la montaña, donde nos indicaron que debíamos hacer el recorrido por su alrededor hasta un puesto que se veía del otro lado, durante unos 5 kilómetros. Juro que si encontraba a R2-D2 y a BB8 en el largo tramo de arena antes de llegar a la laguna, no me hubiese llamado la atención (incluso una enormes piedras me parecieron los vestigios de alguna nave espacial...). El viento hacía de las suyas en algunos tramos, pero el día seguía presentándose bastante despejado. Sentí que mis duendes me acompañaban en ese recorrido. Una vez completada esa vuelta (que, según parece, era la parte que no debíamos hacer...y por eso los 38.5 K "anunciados"), subimos un poco más por zona con muchas piedras, hasta alcanzar los 3710 msnm -el punto más alto-, y empezar a bajar hacia unas termas en construcción en la zona. Me sentía bastante bien, pese a la altura. Con 28 kilómetros ya cumplidos, llegué al puesto de hidratación que en el camino de ida me había marcado 15K, así que ya me dí cuenta que iban a ser 43K.
Dado que tenía hasta las 19:00 para completar la etapa, aprovechaba las bajadas para trotar un poco más rápido. Finalmente, con bastante cansancio pero sintiéndome entero físicamente, completé el recorrido a las 18:10, cuando ya el sol bajaba. Robert, Mauricio, Mariana y Milton llegaron un poco después, aunque esa espera se hace interminable pues el deseo de ver pronto a los compañeros que la montaña y el desierto "devuelven", genera ansiedad y nerviosismo. ¿Llegarán antes del corte horario? ¿Estarán enteros? ¿Cómo habrán soportado los efectos de la altura? Apenas me fui a bañar -me estaba congelando- llegó Mariana y no pude verla, al extremo que pensé que aún venía en ruta cuando me dijeron que ya estaba esperando para cenar...

Alrededor de las 22:00, con Robert disfrutamos de unas cervezas que conseguimos en el único comercio del pueblito, propiedad del cacique/autoridad municipal/padre y abuelo de varios, bien fría y a un módico precio de $ 60. Parece que tan aislados están, que ni siquiera llegan los efectos de la inflación. Ante la situación vivida durante la noche anterior, con Mauricio decidimos mudarnos a la casita de adobe donde había descansado Fernando, y que tenía dos lugares libres.

Etapa 3 - Las Papas a Punta del Agua - 33.7 Km en descenso, en 5 hs 48 min.

El recorrido fue el mismo del primer día, aunque ahora en sentido inverso. Pese a que me propuse hacerlo a ritmo bien controlado guardando energía para la larga etapa final, salí un poco más rápido que mis amigos. Alrededor de los 4 Km, me superó Robert que iba a muy buen ritmo. Recogí un buff y una visera de corredores que los habían perdido, a quienes encontré un poquito más adelante... ni siquiera se habían dado cuenta. Seguí avanzando hasta que aproximadamente a los 16 Km sentí un grito "Jota". Me doy vuelta, y eran Mariana, Milton y Mauricio, que venían cruzando el arroyo, así que los esperé y seguimos juntos durante un buen rato, hasta el último puesto de hidratación a unos 7 kilómetros de la meta.

A partir de ese punto, Milton se fue adelante con un ritmo de marcha realmente envidiable, en tanto Mariana y Mauricio quedaron un poquito atrás. Nos esperaba un muy leve ascenso con mucha arena suelta y piedras, para finalmente llegar a la meta. Estuvimos un largo rato esperando por el traslado a las Termas de Fiambalá, unos 60 Km de Punta del Agua, ya que tuvimos algunas dificultades logísticas con los vehículos de la organización.
Los vecinos prepararon un fueguito y mate, así que pudimos conversar bastante mientras esperábamos. Finalmente, en camionetas e incluso en la ambulancia, fuimos trasladados hasta el lugar donde dormiríamos esa noche, en la zona municipal de las Termas.

Después de instalarnos, con Mauricio y Robert preparamos el mate y decidimos ir hasta las termas, con un ascenso bastante pronunciado a una distancia de unos 800 metros. Hicimos "dedo", así que una camioneta que subía nos llevó hasta la entrada. Después de un buen rato conversando y aprovechando para relajar los músculos, volvimos al salón municipal. Ahí, Milton nos sugirió ir a cenar a un pequeño restaurante ubicado al lado, cosa que hicimos para evitar la enorme cantidad de corredores que compartían el salón. Sabia decisión, ya que pudimos además disfrutar de unas cervezas, y recibir el ya famoso "sandwiche de bondiola" preparado por Milton.

Poder descansar a la noche, fue algo complicado dada la enorme cantidad de gente y la existencia de un solo baño para caballeros y dos para damas, así que muy temprano en la mañana, ya estábamos levantándonos para ir a desayunar nuevamente al mismo lugar de la cena. Los corredores que largaban los 80K se habían sumado al contingente, pues también salían desde el mismo lugar, razón por la cual empezamos a ver "caras nuevas". En la previa, circuló la versión de que se iba a cortar parte del recorrido para "compensar" en algo lo que habíamos hecho de más en la segunda etapa, pero largamos sin ninguna confirmación.

Etapa 4 - Termas de Fiambalá a Fiambalá - 62 Km en 12 hs 56 min.

Temprano a la mañana, Mariana nos comentó que pensaba abandonar pues no se sentía bien. Muy posiblemente, fuera más la fatiga mental que física, como suele suceder en este tipo de competencias tan duras por etapas. Por suerte, la insistencia -en particular, de Milton- hizo efecto y decidió cumplir con todas las etapas. Largamos a las 8:00 en bajada, para tomar por senderos de arena durante unos 8 kilómetros. Robert enseguida me superó a muy buen ritmo. Llegamos al primer puesto de hidratación, ubicado al ingreso al lecho seco del río, por donde debíamos seguir hacia la derecha, rodeados por las enormes barrancas, en la más clara evidencia de lo que crece el río en época de lluvias. Durante ese largo tramo, avancé junto a un grupo de corredores argentinos, hasta que -llegando al 2° puesto de hidratación- empezó a bajar algo de agua (muy posiblemente, abrieron alguna compuerta) que generaba un barro bastante pegajoso.

Seguimos unos kilómetros más, para salir del lecho y empezar a subir hacia el tercer puesto de hidratación, ubicado en el Km 26. Cuando salía, veo llegar a Milton, así que estuvimos conversando brevemente. Seguí subiendo hacia la zona de minas a cielo abierto durante un buen trecho, complicado por las enormes piedras, arena suelta y el ascenso permanente por zonas peligrosas. Alcancé el punto más alto, y comencé a bajar para llegar al 4° puesto de hidratación, donde estaban haciendo un asado...para la gente del staff!

Seguí bajando, para salir finalmente a la ruta que lleva a las Termas, muy cerca del punto de largada de la etapa. Hice aproximadamente un kilómetro, para llegar al punto donde los corredores de 165K, 80K y 50K, ingresábamos a la izquierda para subir nuevamente por un enorme cañadón con barrancas y grandes piedras. Tenía un margen de 2 hs 15 minutos en relación a la hora de corte, y según me indicaron, debía hacer unos 6 kilómetros entre ida y vuelta (una especie de "rulo"). Avancé, para ver bien a mi derecha, al otro lado de la enorme grieta o cañadón, a los corredores que bajaban, divisando entre ellos a Robert. Lo saludé a la distancia, pero según me confesó después, no me identificó.

Subiendo siempre, llegué al punto más alto de ese tramo, donde me indicaron que debía comenzar a bajar. Consulté si registraban mi paso, y recibí respuesta negativa... No hubo ningún control, así que eventualmente alguien podría haber cortado camino y bajar antes. En fin, cosas a corregir. En ese tramo en bajada, alcancé a Jorge (otro uruguayo, fernandino) que venía bajando con bastante malestar, y a otro corredor que también venía haciendo arcadas y preocupado por el límite horario, pues se había quedado sin carga en el reloj. 45 minutos tenemos, para hacer no más de 3 kilómetros, le dije. En ese tramo, sentí que Mauricio me gritó desde el otro lado. Además de la alegría de saber que venía en carrera, le pregunté por Mariana y Milton. "Quedaron atrás", me gritó.

Fuimos bajando, para finalmente llegar al puesto con 5 minutos de margen ("en el anca de un piojo") a las 18:55. Quedaban los últimos 8 kilómetros de arena y piedras rumbo a Fiambalá, en bajada, con horario límite a las 21 horas. Enseguida encendí la linterna frontal. Pese a que siempre se veían las luces de la ciudad a lo lejos, costaba encontrar muchas de las señales, pues las cintas rojas se enredaban en las ramas y ocultaban los adhesivos reflectivos. Encontré a Mónica -la esposa de Víctor, que venía con Milton- y Gerardo -que se había quedado sin baterías en su frontal-, que conocían muy bien el recorrido, así que avanzamos en conjunto.

Finalmente, llegamos a la meta a las 20:56. Robert había llegado un rato antes, en tanto Mariana no había hecho el último tramo de 6 kilómetros en el cañadón, siendo derivada directamente a la meta, y Mauricio llegó un poquito después pues había sido cortado en el último control, al no llegar al límite horario. Andrés Montero había completado sus 30 kilómetros (que fueron 32), y Fernando continuaba en recuperación. Dado que habían solucionado su alojamiento allí en Fiambalá, decidieron quedarse en tanto los demás nos fuimos a Tinogasta -50 kilometros- donde nos alojamos en el Hostal Sisabel.
Carrerón, para todos. Con mucho aprendizaje, resulta particularmente grato seguir descubriendo estos lugares mágicos, místicos, y con gente tan especial. "La gran carrera del desierto argentino recorrió senderos de montaña y desierto, transitando por el paso de San Buenaventura, Las Papas, la denominada Ruta del Adobe, termas de Fiambalá y las altas cumbres entre caminos mineros, atravesando valles, cruzando arroyos de deshielo, ascendiendo altas montañas, cruzando un desierto de interminables obstáculos y durmiendo en pequeños poblados al pie de la Cordillera de los Andes. Puedo considerarme muy afortunado, pues no he sentido efectos de la acumulación de competencias tan duras, donde el entrenamiento consistente en Cantero Entrenamientos tiene mucho que ver. En esta oportunidad, tengo el privilegio de decir que completé una competencia en desierto sobre un total de 172 kilómetros con un desnivel acumulado positivo de 5100 metros, en un tiempo total de 35 horas 19 minutos (54° posición en la general, 14° en la categoría).

¡Salud, compañeros! Y hasta el próximo desafío.

jueves, 2 de mayo de 2019

¿Correr 135 Km por etapas en Portugal? Peneda Gerês Trail Adventure, imperdible experiencia

En Semana de Turismo del año 2018, Miguel A. Rivadavia publicó fotos de una competencia que estaba disputando en Portugal, que me llamaron la atención. Cuando lo consulté por esos lugares, me refirió a “Peneda Gerês Trail Adventure” señalándome que era una competencia que no podía dejar de hacer (“como te gustan a vos”, me dijo), en particular en su versión de 7 días. Cuenta con la organización de Carlos Sá Nature Events, y ofrece cuatro opciones: 4 y 7 días, categorías Starter y Advanced en cada caso, lo que determina la posibilidad de correr 212 kilómetros (7 días Advanced), 134 kilómetros (7 días Starter), 135 kilómetros (4 días Advanced) y 80 kilómetros (4 días Starter). Ofrece además un programa para acompañantes, razón por la cual Adriana también estuvo presente.

El Parque nacional Peneda-Gerês (PNPG) es el único parque nacional de Portugal, y está situado al noroeste, en el límite con España (Galicia). Comprende los municipios de Melgaço, Arcos de Valdevez, Ponte da Barca, Terras de Bouro y Montalegre. Aunque no tiene alturas muy importantes, presenta algunas montañas que le dan un toque característico: Laboreiro, Peneda, Soajo, Amarela, Gerês y Pisco. El punto más alto -Nevosa- alcanza los 1545 msnm, y está atravesado por numerosos ríos, arroyos y cascadas en las laderas de los montes. Varios pueblitos de pocos habitantes se ubican en las zonas altas, junto a terrenos de siembra buscando aprovechar al máximo los escasos lugares cultivables, razón por la cual la competencia adquiere un tinte particular ya que es común transitar junto a casitas tradicionales con paredes de granito y tejados, o incluso por zonas de plantaciones. Algunos lugares que no dudo en calificar como “maravillas”, son Sistelo, el Santuario da Peneda, el milenario Ponte da Mizarela (desde donde se hizo la largada de la primera etapa) y Pitões das Júnias.
En general el clima es bastante húmedo y algo frío, llegando incluso a nevar en las partes más altas, todo lo cual se hizo sentir durante los días de competencia ya que prácticamente estuvimos sometidos a una permanente llovizna con escasos ratos de sol.

Por razones logísticas, la competencia tiene un número limitado de participantes, que son trasladados de un punto a otro en buses contratados por la Organización, y nos alojamos en hoteles de muy buen nivel. En su 6a edición, se verificó la participación de 171 corredores en sus diferentes modalidades. En la mía -7 días Starter- fuimos 38. También estuvo presente la uruguaya Silvia Meikle, residente en Bélgica, que compitió en 4 Días Advanced.
Volamos a Oporto el día jueves 11, vía Madrid, para llegar el viernes 12 a la mañana y alojarnos en el Hotel Castelo de Santa Catarina. La ciudad resulta muy agradable, con preciosos paseos que hicimos caminando. El día sábado a la mañana -8:30- nos trasladamos hasta el centro, desde donde nos llevaron en buses de la Organización hasta la Vila do Gerês, para alojarnos en el Hotel Universal. Retiramos el kit -me correspondió el N° 121 y fui identificado como Jorge Saldanha (por el origen portugués de mi apellido materno)- y un lindo bolso para el traslado de nuestras pertenencias desde un punto a otro.

1a. etapa
A la tarde, nos trasladamos hasta el Ponte da Mizarela desde donde se hizo la largada de la categoría Advanced. Enseguida, los competidores de la categoría Starter fuimos llevados a Fafiäo, desde donde largamos rumbo a la Vila do Gerês, por un recorrido algo técnico con una fuerte subida y posterior bajada en una distancia total de 10.3 kilómetros, un desnivel acumulado positivo de 687 metros llegando como punto más alto a los 831 metros, que completé en 1:47:30 ocupando la 20a. posición en la categoría.

2a. etapa
A primera hora de la mañana, entregamos los bolsos a la Organización ya que a la llegada nos alojamos en el Hotel Ribeira Collection, en Arcos de Valdevez. En tanto la categoría Advanced largó desde Gerés, la Starter lo hizo desde Germil con llegada a Ponte da Barca, con una distancia total de 19.6 kilómetros, un desnivel acumulado positivo de 331 metros (ya que en su mayoría fue en bajada) llegando a una altura máxima de 618 metros, que completé en 2:43:42 ocupando la 16a. posición en la categoría.La jornada se presentó con una llovizna bastante persistente, lo que complicaba un poco en los descensos técnicos por zonas con piedras mojadas.
En la tarde, pudimos pasear un poco por la ciudad, aprovechando para mover los músculos a ritmo suave mientras conocíamos algunos lugares característicos.

3a. etapa
Nuevamente nos enfrentamos a una etapa con tramos en bajada, salvo la primera parte en subida que nos llevó a los 683 metros de altura, con un desnivel acumulado positivo de 267 metros. En tanto la categoría Advanced largó desde Arcos de Valdevez, bajo lluvia, la categoría Starter largó desde Lordelo, con llovizna, viento y bastante frío. Fueron 24.8 kilómetros -la etapa más larga de nuestra categoría- que completé en un total de 3:16:45 ocupando la 17a. posición, con un tramo bastante largo por la ecovía al costado del río. A la tarde y después de descansar un poco, fui hasta la piscina del hotel donde pude disfrutar del jacuzzi, que vino muy bien para relajar un poco la musculatura.

4a. etapa
Nuevamente entregamos los bolsos a primera hora, ya que al cabo de la etapa, nos alojábamos en Melgaço. Tanto la categoría Advanced como Starter, coincidimos en el lugar de largada y recorrido. Largamos desde la preciosa Sistelo -una de las 7 maravillas de Portugal- con bastante frío, para culminar en Lamas de Mouro. Fueron 23.3 kilómetros de distancia total, bastante técnicos, con un desnivel acumulado positivo de 1410 m y llegando a una altura máxima de 1.288 msnm. En la zona más alta, cruzamos bajo una granja eólica, con sus enormes molinos haciendo un sonido grave y profundo, zona en la cual divisamos nieve muy cerca del sendero.Es indudable que esos enormes molinos provocan una cierta ruptura con la riqueza del paisaje natural del Parque, generando una sensación desagradable a la vista, pero el progreso muchas veces tiene estos efectos.

En la bajada, increíblemente, estuve perdido por unos 600 metros, ya que no identifiqué una bifurcación del camino (perfectamente marcada...venía mirando hacia abajo), hasta que me dí cuenta que no tenía a nadie ni delante ni detrás, y no divisaba cintas. Retorné y encontré el sendero, así que tuve que apurar el paso para evitar que quienes competían en mi misma categoría, me superaran o sacaran mucha diferencia.
Finalmente, completé el recorrido en un tiempo total de 4:30:02, ocupando la 28a. posición.
En la zona de meta, pudimos darnos una ducha con agua caliente y almorzar. Posteriormente, se hizo la entrega de premios de las categorías de 4 días, que culminaban su desafío.

5a. etapa
Nuevamente ambas categorías largamos juntos, desde la frontera con España, lo cual le dio un toque diferente. El recorrido de 18.1 kilómetros fue bastante suave, con continuas subidas y bajadas pero sin un desnivel importante, acumulando un total de 680 metros y llegando al punto más alto, a los 201 metros. La llegada en Melgaço, después de 2:57:18 de carrera y ocupando la 23a. posición, estuvo muy buena, pues nos permitió disfrutar del pasaje por dentro de las murallas de un castillo, para culminar en la plaza del pueblo.
Después de una ducha en el lugar, disfrutamos de un almuerzo, para posteriormente irnos caminando hasta el Hotel Monte Prado donde pude disfrutar de la piscina en la tarde. Poder mover los músculos en el agua y posteriormente aplicar crema antiinflamatoria y hacerme algunos masajes, me permitía una recuperación muy razonable.

6a. etapa
Nuevamente las categorías se separaron, largando la Advanced desde el espectacular Santuario da Peneda, en tanto la Starter lo hizo desde el Miradouro da Peneda, para recorrer un total de 19 kilómetros con un desnivel acumulado positivo de 747 metros, llegando al punto más alto en los 825 msnm. La acumulación de etapas se hacía sentir, ya que el hecho de correr todos los días -aunque no fueran distancias muy largas- provoca un natural desgaste muscular y dolores, pese a lo cual no puedo quejarme del desempeño.
Marqué un tiempo total de 3:17:52, ocupando la 21a. posición en la etapa. La llegada a la zona del Castillo de Lindoso estuvo dura -por la subida pronunciada al final- pero espectacular por la belleza del lugar.

7a. etapa
Y llegamos al último día. Pese a que nos habían indicado que la distancia era de 15 kilómetros, en realidad fueron 19.4 que completé en 2:54:43, con un desnivel acumulado positivo de 639 metros y llegando al punto más alto, a los 1172 msnm., ocupando la 26a. posición en la etapa. En tanto la categoría Advanced largó desde Pitões das Júnias, la Starter largó desde Travassos do Río, para culminar en Montalegre.Después de una ducha en el gimnasio de llegada, disfrutamos de un almuerzo (suave, en mi caso) para posteriormente dirigirnos caminando hasta el alojamiendo cercano, en la Casa do Castelo.

En resumen, marqué un tiempo total de 21:28:16 para los 134.5 kilómetros de recorrido de la categoría “7 días Starter”, ocupando la 14a. posición en la general, la mejor ubicación al cabo de cada etapa, como resultado de la consistencia y resistencia a lo largo de los días. En tanto muchos competidores estaban sufriendo las consecuencias físicas del esfuerzo -con ampollas, esquinces, heridas- en mi caso no sufrí ninguna lesión, salvo los dolores musculares propios del esfuerzo diario. Usé calzado deportivo Altra, el mismo que estoy utilizando en distancias largas, y me resulta realmente cómodo. Registré un desnivel acumulado positivo de 4760 metros, llegando como punto más alto a los 1.288 msnm.
A la noche, se hizo la entrega de reconocimientos y premios a los participantes, en ocasión de la cena de despedida. A la mañana siguiente, los buses nos llevaron hasta Guimaräes, donde pudimos disfrutar de un paseo por una fortaleza, el Castillo de los Duques y zonas históricas, para finalmente llegar a Porto, donde nuevamente nos alojamos en el Hotel Castelo de Santa Catarina. Esa tarde y el día siguiente, fueron aprovechados para pasear nuevamente por la zona del puerto, absolutamente colmada de turistas en su mayoría españoles que aprovechaban el fin de semana, además de comprar algunos recuerditos y regalos.
¿Volveré? Es una experiencia que calurosamente recomiendo a todos los amigos, ya que por un precio razonable, podemos disfrutar de una competencia realmente inolvidable en un entorno místico y con paisajes maravillosos, alojándonos en hoteles de muy buen nivel y disponiendo de alimentación y bebidas muy abundantes en cada etapa. El personal de la Organización está siempre dispuesto a solucionar cualquier situación que eventualmente se presente, y nos hizo sentir muy bien, mostrando un humor muy particular aún en los momentos de mayor actividad. Vean la foto...
Sin lugar a dudas, es una carrera organizada por corredores, que conocen muy bien la enorme cantidad de senderos del Parque Nacional, y que tienen un excelente vínculo con los municipios y los pobladores de la zona, que brindan todo su apoyo.

Fue mi competencia N° 62 de "Maratones y Ultramaratones". Y seguimos sumando.