martes, 27 de julio de 2010

Runner’s World, abril 2010 (edición Brasil) - 47 razones para correr

La revista "Runner's World" edición Brasil de abril 2010, publicó un artículo titulado: "47 razones para correr". Aquí van:

1. Dígale adiós a la barriga. Correr quema grasas un 40% más rápido que otras disciplinas.
2. Huesos “a prueba de balas”. Reduce en hasta un 40% el riesgo de sufrir osteoporosis.
3. Alcance sus objetivos. Correr contribuye a que alcance cualquier objetivo que haya planeado.
4. Piense más rápido. Mejora sus resultados mentales, hasta en un 15%.
5. Funcione mejor. El cuerpo digiere mejor los alimentos que consume.
6. Es la actividad para todos los tipos de clima.
7. Sea feliz. La liberación de endorfinas genera sensación de bienestar.
8. Sea el “dueño del mundo”. Correr a primera hora del día le permitirá sentirse a pleno con la vida.
9. Únase al club de los dormilones. Evita insomnios y le permite dormir más profundamente.
10. Evite arrugas. Reduzca las señales de envejecimiento.
11. No necesita un “manual de instrucciones”.
12. Mantenga al médico alejado. Los ejercicios activan el sistema inmunológico y permiten combatir mejor las enfermedades.
13. Supere a la muerte. Siéntase biológicamente más joven.
14. Haga que el tiempo corra a su favor. Programar actividades físicas le permiten ordenar su agenda y fijar prioridades.
15. Sea un mejor atleta en otras disciplinas. Correr le permite mejorar en otros deportes.
16. Haga la diferencia. Muchas carreras recaudan fondos para causas humanitarias.
17. Coleccione medallas. Cuélguelas en un estante, como prueba de su esfuerzo.
18. Sea más creativo. Correr elimina los bloqueos mentales y ayuda a tomar decisiones.
19. Subidas: lo mejor para quemar calorías. Aumente el consumo de calorías hasta en un 40%, incorporando algunas subidas en su rutina.
20. Mejore su desempeño sexual. Los hombres tienen el vigor sexual de alguien dos a cinco años más joven, en tanto las mujeres atrasan la menopausia. Los hombres con más de 50 años, tienen un riesgo de impotencia 30% menor que los que n o hacen ejercicio.
21. Cambie de vicios. Deje los malos vicios, por un vicio positivo: correr. Vivirá más feliz, más saludable, con un tipo de vicio que solamente le traerá cosas buenas.
22. Entréguese a las ganas de explorar. Conozca nuevos lugares y ciudades.
23. Termine con el tedio. Convierta sus tareas más mundanas, en una oportunidad para entrenar.
24. Perfume de calzados deportivos nuevos. Nada mejor que seleccionar un nuevo par de calzados y sentir ese vínculo único con ese nuevo modelo durante entrenamientos y carreras.
25. Un nuevo recorrido. Descubra nuevos rincones de su ciudad durante sus entrenamientos.
26. Los números no mienten. No hay espacios para la deshonestidad en una carrera.
27. La sensación de batir un RP (Récord Personal). Y es precisamente eso: personal.
28. Conozca el mundo. Viaje a diferentes lugares, tanto lejos como en su propia ciudad.
29. Gane un amigo fiel. Las carreras se adaptan a su ritmo de vida y posibilidades de entrenamiento.
30. Póngale una turbina a sus pulmones. Potencia su sistema cardiovascular y permite que el corazón y los pulmones trabajen mejor.
31. Proteja su corazón. El hábito de correr disminuye a la mitad el riesgo de enfermedades coronarias.
32. Correr lo hará feliz (sin violar ninguna ley).
33. Elimine las sobras. Tonifique sus músculos más rápido que con cualquier otro ejercicio.
34. Queme más gordura. Aún después de correr, continuará quemando calorías.
35. Salve su vida. Un grupo de corredores es muy bueno para hacer amigos, y las personas que tienen más amigos reducen en hasta un 60% el riesgo de muerte, al mejorar su presión sanguínea y fortalecer su sistema inmunológico.
36. Pase un tiempo de calidad con su familia. Correr es una actividad que se puede hacer en familia, incluso con el bebé en cochecito y los niños en bicicleta.
37. Mejore su disciplina. La práctica lleva a la perfección, tanto en las carreras como en la vida.
38. No hay derrotados. Aún llegando en último lugar, recibirá sus aplausos.
39. “Saladitos” sin culpa. El sodio permite retener líquidos, tan necesarios durante las carreras.
40. Nunca se jubile. Puede correr durante toda su vida, independientemente de su edad.
41. Usted mantiene el control. Aún bajo las presiones de la vida cotidiana, es posible encontrar un tiempo para correr temprano, al mediodía o incluso a la noche, como forma de bajar el estrés.
42. Ayude a su bebé (para las madres). Las futuras mamás que hacen ejercicio durante el embarazo, tendrán un parto más fácil y libre de complicaciones.
43. Una carrera es una muy buena terapia.
44. Marque una sesión de masajes. Después de una carrera, nada mejor que una buena sesión de masajes.
45. Tamaño no es documento. Correr es una actividad óptima para todos los físicos.
46. Correr es una jornada de aventuras. Nunca se sabe qué se va a encontrar, ni los pensamientos que pueden surgir.
47. ¡Y es gratis! O casi. Lo único que se necesita es un par de calzados deportivos, short y camiseta.

domingo, 25 de julio de 2010

Crónica 10K Corredores de la Piedra Alta - Florida


En una mañana muy húmeda y con anuncios de mal tiempo, disputamos una nueva fecha del Campeonato de 10K de la AAU. En esta ocasión, venía de mi participación en la maratón de Río el pasado domingo, así que era un prueba para ver mi estado físico después de ese importante esfuerzo.
Arranqué con Gonza a las 8:50 con destino a Florida, para llegar alrededor de las 10:00 al lugar donde se hacía la largada y llegada de la carrera.
Apenas llegamos, vimos que los organizadores y amigos de la AAU estaban ultimando los detalles de la preparación. Empezamos a encontrar a los grandes amigos de diferentes equipos, saqué algunas fotos y empecé a trotar para calentar el cuerpo.

Alrededor de las 11:10 se dio la largada, llevándome unos 30 seg. llegar hasta el arco. Después de unos 500 mts., ya empezaba una subida algo extensa aunque no muy pronunciada, mientras avanzábamos hacia la estación del tren, tramo en el que enfrentamos un fuerte viento que soplaba en contra y dificultaba el avance. Cruzamos la vía del tren, para allá por los 2.5K emprender el retorno.
Alcancé la mitad de la carrera -5.1K- en un tiempo neto de 25'20", en tanto sentía un dolor adelante de mi pierna derecha, casi seguramente consecuencia del esfuerzo de la maratón. Decidí aflojar un poco el paso para ver si cedía, y así fue.

La segunda vuelta fue a un ritmo más controlado, donde traté de protegerme del viento en la subida (fui "chupando rueda", dirían los ciclistas), llevando a Adolfo (Última Fila) y a Asdrúbal (Sayago) un poquito adelante durante casi todo este recorrido. Finalmente, alcancé la meta en los 10.2K en un tiempo neto de 51'44".
El próximo domingo me espera la "Half Marathon Montevideo" en la rambla, con largada y llegada en el Parque Rodó.

Más fotos, presionando en "Mis fotos".

miércoles, 21 de julio de 2010

Maratona do Río: ¡mi 7a maratón!

Cuando hace un par de años estuve mirando las diferentes opciones para correr maratones en ciudades agradables y relativamente cercanas, surgió naturalmente mi interés en participar de la "Maratona do Río". En ese año 2008, la oportunidad no se concretó ya que participé por primera vez en mis 3 maratones (Porto Alegre, Rosario y Punta del Este). Demasiado para un cuerpo aún no acostumbrado a ese tipo de exigencias, pese a que llegué a completar la de Punta del Este en lo que ha sido mi mejor tiempo en la "distancia reina": 4:16:30.

Los dolores e inflamaciones en las rodillas, llevaron a que tuviera que dedicarle tiempo a la recuperación. En el 2009, decidí participar nuevamente en la de Punta del Este, y hacer mi debut en una "maratón aventura" corriendo la Salomon Running Race en Villa La Angostura, pese a la enorme molestia que sentía en la rodilla izquierda, fruto de la inflamación del músculo ileotibial (era ese?) izquierdo. Así que, tal como estaban las cosas, Río quedó para este 2010.
Allá por marzo, empecé a mirar el almanaque y a programar alguna actividad en familia para las vacaciones de julio. La "Maratona do Río" estaba cantada ... Así que me anoté, pagué la inscripción por internet, saqué pasajes y reservé hotel, ya en el mes de abril. El cambio en la fecha de las vacaciones, llevó a que descartáramos llevar a los hijos, así que me acompañaba Adriana, en una especie de "mini-vacaciones" en la Cidade Maravilhosa. En el medio, surgió la ida a la maratón de Rosario junto a los compañeros de Atletas del Sur, mientras entrenaba con Víctor. Durante breves instantes, pensé en acompañarlo pero correr solamente la de 8K ... pero con sólo pensar en la sensación de ver a los demás arrancar a los 42K, me hizo desistir y terminé anotándome en lo que fue mi 6a. participación en la distancia. Ya hice el relato del "desastre" ante el enorme resfrío que me agarré en el viaje de ida, que me llevó a sufrir mucho durante el recorrido, que pude completar en 5h 10'.
La nutricionista me recomendó ingerir maltodextrina, ya que había perdido masa muscular. A las 4 semanas de Rosario, me esperaba Río. Hacia allá partimos, con la ilusión de recuperar algo de la "dignidad" perdida en Rosario, acompañado por la bandera de los "Atletas del Sur" y la querida bandera uruguaya.

El vuelo 222 de Pluna me dejó en Río junto con Adriana, el pasado jueves 15. LLegamos al hotel en Copacabana, y en cuanto llamamos a Montevideo para avisar que habíamos arribado bien, nos enteramos que la mamá de Adriana había tenido un problema serio de salud (cardiovascular), lo cual desató la decisión de volver, pese a que ese problema estaba en vías de solución (angioplastia ...). Así que después de escuchar a Ricardo Werther (lo recomiendo, búsquenlo en YouTube) y a "Blues Etílicos" (me hicieron recordar a Rubito, no por el "blues" precisamente ...) en el Canecào el viernes por la noche, el sábado Adriana emprendió el retorno y me dejó más solitario que el Goyo Álvarez el día del amigo, en una habitación para dos en un hotel de Copacabana.
El viernes fuimos también hasta el Centro de Convenciones SulAmérica, en el Barrio Novo Río, a buscar el kit, correspondiéndome el No. 3343. La oportunidad fue muy propicia para comprar algunas prendas deportivas y regalos. La organización del lugar era realmente excepcional, con un orden y seguridad dignas de elogio. Recibí una camiseta color naranja y un gorro blanco con la inscripción y logo de la maratón, además de barras de cereales y un gel repositor energético. También recibimos un impresionante material gráfico de excelente nivel, con información sobre la carrera y consejos muy útiles.
Me faltó comentar que desde nuestra llegada, el jueves 15, el tiempo estuvo siempre lluvioso ... así que no estaba como para andar al aire libre. De cualquier manera, como ya conocemos Río, no teníamos mucho interés en recorrer los tradicionales puntos de atracción de la ciudad. Eso sí, es envidiable la enorme cantidad de gente que permanentemente anda corriendo por esa espectacular "orla" marítima que tienen, a toda hora. Ni que hablar de los "barcitos" en la playa, casi a 50 metros uno del otro. Rubito, tenías para elegir: Skol, Brahma, Devassa, Budweisser, ...
El domingo a las 4:30, me levanté para desayunar en la habitación y vestirme para la fiesta. A las 5:00 arranqué rumbo a la estación del Metro (Cardeal Arcoverde) que abrió especialmente para la maratón a esa hora, a 150 metros del hotel, para ir hasta el punto de encuentro (Aterro do Flamengo), desde donde partían los ómnibus que nos llevaban hasta la largada, en el Pontal do Tim Maia (en la Praia do Recreio dos Bandeirantes). Nos llevó una hora llegar hasta allí. El tiempo estaba feo, bastante nublado y con una intermitente llovizna muy fina.
Entregué mi bolsa en el "guarda-volumes" y me preparé para la carrera, calentando durante unos 15 minutos.
A las 7:30 exactamente, se dio largada a la fiesta, y salí a ritmo muy controlado (¡como lo tenemos que hacer cuando entrenamos, Víctor y Fabián!!!). En realidad, resultó muy sencillo seguir ese plan de carrera, pues casi todos iban a un ritmo muy similar.
Mantuve un promedio exacto de 5'50" durante los primeros 4 kilómetros, para completar los primeros 10K en 59', con viento en contra en la rambla frente a un océano bastante agitado, siempre a nivel del mar.
El panorama era muy disfrutable para donde se mirara, lleno de "personajes" con algunos trajes muy llamativos. Ingerí el primer sobre de gel y tomé bastante agua.
A partir de allí, pasamos a la Barra da Tijuca, donde las construcciones lujosas empezaron a aparecer, y el terreno estaba bastante lleno de agua, lo que nos hacía esquivar los charcos para tratar de evitar mojarnos, donde muchos corrían sobre la vereda. Manteniendo bastante el ritmo, completé los 20K en 2:00:25.
Momento de chequear el estado del cuerpo, y verificar una molestia en el pié izquierdo ... ¡ampolla! Y todavía faltaban 22K ... intenté acomodar la media y aflojé un poquito los cordones de los NB, lo que me alivió bastante el dolor. A los 21K estábamos en Quebra Mar, y empezaba una leve subida, para doblar a la izquierda, cruzar sobre un viaducto y meternos en el Túnel do Joá.
Aunque era leve, esa subida era bastante larga, y muchos ya empezaban a sufrir las consecuencias de la carrera. Llegamos a los 25K con 2:31', ya en Sáo Conrado, entre la favela "Rocinha" y el mar, transitando por la Av. Niemeyer, totamente cerrada al tránsito. Empezaba ahí el recorrido más duro, justo cuando llega el famoso "muro", dado que venía una subida sostenida durante unos 2K ...
Hora del segundo gel repositor, ofrecido por la organización (¡hasta pude elegir el sabor: limón!). También hubo 2 puestos con Powerade, además del agua cada 4K ... impecable.

Llegando a Leblon, allá por los 30K con 3:05', fue la hora de chequear nuevamente mi estado. La ampolla prácticamente no molestaba, y empecé a sentir una leve puntada en la rodilla izquierda (corrí con la rodillera puesta), pero nada para preocuparse demasiado. Mentalmente, me sentía a gusto, tratando de disfrutar del ambiente y sacando fotos del recorrido. Según mis cálculos, estaría llegando en un total de 4:30' más o menos ... ¡bien! ¡vamos que podemos!, me dije.

La llegada a Ipanema, siempre resulta "apoteósica". El ambiente estaba lleno de gente, tanto los que alientan permanentemente como los que caminan por la calle aprovechando la peatonal en la que se transforma la Avenida Atlántica los domingos. Algunos incluso me gritaban "vamos Uruguay" cuando veían la bandera que llevaba a la cintura. O un "vamos Jota Xavier" como me gritó uno, cuando leyó mi nombre a la espalda. Ya muchos caminaban y algunos se atendían en los innumerables puestos médicos de la carrera. Los masajes y el "Gelol" estaban a la orden del día, tratando de aliviar calambres y dolores ...
A los 35K cruzamos a Copacabana ... ya estamos ahí, me dije. Con alguna dificultad, alcancé los 38K en exactamente 4 horas. Nuevamente el cálculo me llevó a que podía llegar en menos de 4:30 ... doblamos a la izquierda antes de llegar a Leme, para alcanzar el túnel que lleva a Botafogo.
Cruzando ese tramo, no tuve más remedio que caminar un poco, donde me alcanzó una brasilera y me alentó a seguir. En eso ví a algunas de "Las Saladas" que habían participado en la Media Maratón. ¡Por fin alguna cara uruguaya! ¡Y qué lindas! Llegando al otro lado, a la altura del Shopping Río Sul (39K de carrera) me gritan "Uruguay, Uruguay" ... eran las restantes Saladas, que me aplaudían. Ahí ya no pude parar, entre el aliento y el orgullo de llevar la bandera uruguaya colgada a la cintura ... al extremo que la brasilera que me había alentado a seguir, me dijo: "continúe voçè, eu nào posso seguir o seu ritmo".

Con el impresionante panorama del Morro da Urca y el Pào de Azúcara la derecha, bordeamos todo Botafogo, para alcanzar los 40K en 4:14". ¡Ya está!, me dije. A un ritmo notoriamente más lento, pude avanzar hasta llegar al Aterro do Flamengo. Divisé el cartel indicador de los 42K y el final ... hora de desplegar la bandera uruguaya, y atravesar la meta en 4:29:30 de tiempo neto.

Es indudable que disfruté enormemente del recorrido. El resultado me hizo sentir muy bien, al extremo que ya empecé a planificar mi 8a. maratón. Buenos Aires está ahí ...

Retiré mi bolsa con la ropa, hice algunos ejercicios de estiramiento en el enorme parque de Flamengo, me cambié la camiseta (me puse la de la selección uruguaya), y me fui hasta la estación del Metro. Es una sensación muy extraña, ya que en general la maratón es una disciplina para "solitarios"; me sentía loco de la vida con mi resultado y no tenía a nadie cerca para conversar, ya que la enorme cantidad de gente casi diría que me ignoraba ... ¡y yo con ganas de que alguien me felicitara!, o que me sacara alguna foto. Así que también ese momento tuve que disfrutarlo a pleno, pero "conversando conmigo". El retorno al hotel en el Metro permitió que nuevamente encontrara a algunos corredores que volvían, con los cuales no intercambié ningún comentario pero con los que me sentía un "hermano de locuras", donde el cruce de miradas cómplice alcanza para el reconocimiento mutuo. Ya en el hotel, llegó la hora de avisar a la familia y a todos los amigos en Uruguay sobre el resultado.
Como me dijo Adriana cuando la llamé un poquito antes de las 13:00 hs.: "O te fue muy bien, o abandonaste".
El próximo domingo me espera una nueva fecha del Campeonato de 10K de la AAU, en Florida, y casi seguramente, la media maratón de Montevideo el 01.08. Es lo que tiene esta disciplina. "Run, Forest, run".
Más fotos, presionando en "Mis fotos".

martes, 6 de julio de 2010

¡Qué orgullo de ser uruguayo!


El diario deportivo OLÉ de Argentina, publicó:
“Fue de Holanda, pero vale Uruguay. Y cuánto vale, Uruguay, el haber llegado a unas semifinales después de tanto tiempo. Vale haber remontado el 0-1 tempranero, con aquel zurdazo de Gio Van Bronckhorst. Vale haber peleado hasta el final, haber hecho tambalear a los de color naranja cuando el partido parecía definido. Vale haber peleado con la marca de Alvaro Pereira y Diego Pérez en el medio. Vale tener un crack como Forlán, que otra vez apareció en un partido determinante, metiendo el 1-1 con la pierna menos hábil, con la ayuda del arquero. Vale haber tirado esos pelotazos soñadores en el descuento, después de ponerse a tiro con el 2-3. Vale igual, Maestro. Siempre duele perder y más en una semi, pero así duele menos, seguro. Es el orgullo charrúa”.

domingo, 4 de julio de 2010

Crónica 15K Sarandí Grande



Ayer sábado 3 de julio, poco después del mediodía y entre partido y partido del Campeonato Mundial, salí a “despuntar el vicio” corriendo durante 25 minutos por el Jardín Botánico, en una jornada que se presentaba totalmente nublada y algo pesada por la humedad. El miércoles 30 por la noche había entrenado fuerte después de la recuperación de la maratón de Rosario, ya que como resultado de esa participación en la “distancia reina” había perdido masa muscular …

El viernes 2 correspondía a “día de entrenamiento” en el Gimnasio Sayago, pero tenía una jornada complicada que incluía, además del trabajo habitual, una clase en OSE entre las 17:30 y las 19:30, respetando así el horario del partido por cuartos de final entre Uruguay y Ghana. Junto a mis compañeros de trabajo en el Banco, vimos con emoción contenida todo el partido, que a todos nos puso “al límite”. Puedo decir que en el alargue, en el penal en contra sobre la hora y en la definición por penales, las pulsaciones alcanzaron niveles similares a los de una carrera de fondo … Resulta obvio comentar que la clase finalmente no se hizo, fruto de los eufóricos festejos que se desataron en Montevideo, que impidieron cualquier otra actividad. Tampoco tuve la jornada de entrenamiento a la noche en el gimnasio, aunque desde que salí en la mañana ya llevé el bolso con todo el equipo necesario, así que me quedé con las ganas de mover un poco los músculos.



Después de ese entrenamiento suave, descansé durante el resto del día. Esta mañana y después de un buen desayuno, arranqué acompañado por Adriana hasta Sarandí Grande, a 140 Km de Montevideo, lugar por donde habitualmente cruzamos cuando viajamos hasta Artigas pero donde nunca había ingresado. Se disputaban dos carreras de 5K y 15K, a beneficio de CADISAL. Antes de salir y considerando que estaba absolutamente nublado y había viento en Montevideo, llamé por teléfono a los organizadores quienes me dijeron que en Sarandí Grande había un sol espléndido, casi sin nubes.

Ya a la altura de Plaza Cuba, llegando a los accesos, se empezaba a “respirar” el aire de carrera, pues estaba Marisol Redón y otro competidor. Entre mate y mate, iba pensando en las razones que mueven a algunos “locos” a hacer –casi como si fuera una “religión”- 280 Km entre ida y vuelta para disputar una carrera de 15K.



A la altura de la entrada a Las Piedras, veo por el espejo retrovisor un automóvil blanco y le comento a Adriana: “ahí viene Dardo Segurola y Analhía” … en cuanto me superaron, efectivamente confirmé que eran ellos. Es algo extraño cómo se va generando una sensación de compañerismo y amistad a partir de la participación en carreras, donde de alguna manera nos sometemos a situaciones algo extremas, buscando “sufrir” y disfrutar de esta pasión.

A las 10:10 llegamos al destino, para encontrar al enorme “Pedro” de Goes, con quien compartí el viaje y la aventura de correr la maratón de Rosario. Pese a que casi no lo conozco y que tenemos actividades y vidas bastante distintas, puedo decir que nos une una gran amistad, a partir de esos escasos momentos en los que compartimos esta pasión. Encontré también a Mauricio Sanner Figueroa y Martha (Corredores de la Piedra Alta), Edgardo Ramos Verde, Alejandro Tabárez y el Molékula Costa, con quienes compartimos las bromas propias de estas instancias. De Sayago Running, aparecieron Juan, Rai, Fabián y el “Dulce de Leche”.

Hicimos un breve calentamiento, y poco después de las 11:00 se hizo la largada, con una presencia algo escasa, que calculo rondaría unas 100 personas. Arrancamos hacia el norte, para recorrer 3K con una subida suave pero larga casi hasta la Ruta 5, punto en el cual girábamos en U para empezar el retorno. En el K1 llevaba 4’30”, promedio que mantuve hasta el K3, donde había puesto 13’30”. Llegando nuevamente al centro de Sarandí Grande, girábamos a la derecha para cruzar la vía y completar los 5K, donde estaba el primer puesto de hidratación y llevaba 23’10”. A partir de allí, el recorrido era típico de estos rinconcitos de nuestro país, con calles bastante desparejas y casas humildes, pero con vecinos muy cálidos que aplaudían el paso de todos los competidores que venían a “romper la rutina” dominguera de este pueblo.

Allá por los 7K bordeamos un enorme lago –creo que artificial- donde un camarógrafo registraba el paso de los corredores … salvo cuando pasó Edgardo Ramos Verde -que recién me había superado-y yo. ¡Qué sensación extraña! Iba muy conforme con mi rendimiento (seguía manteniendo un promedio inferior a los 5 min/K), había preparado el “grito de guerra” (“Aguante Atletas del Sur”) para pronunciarlo frente a la cámara … y el camarógrafo, indiferente, guardó su filmadora y se subió a su moto para irse a otro punto del recorrido.



Analhía (Coyotes) me había superado e iba un poquito más adelante, en tanto un par de competidores ya mostraban el enorme cansancio que traían. En lo personal, me costaba bastante mantener el ritmo, pues sentía cansancio en las piernas, al extremo que casi me arrepiento de haber corrido ayer sábado al mediodía. Cruzamos por dentro de un enorme parque natural, para alcanzar los 9K con mucho sufrimiento, en 44’20”. Salimos nuevamente a una calle que bordeaba el pueblo, para llegar a los 10 en 50’05”, donde alcancé a Analhía. Me sentía satisfecho pese al cansancio que traía, pues mantenía el promedio de 5’/K. Allí estaba el segundo puesto de hidratación, donde giramos en U para empezar el retorno. Si había sufrido bastante entre los 6 y los 10K, a partir de allí puedo decir que empecé a “disfrutar” la carrera a mi manera.

¿Podré afirmar que soy un “corredor de fondo”? ¿O un corredor “del” fondo? Esa sensación de libertad y de encuentro conmigo mismo, es intransferible e indescriptible. Es también una forma de expresar un cúmulo de sensaciones sin necesidad de mayores explicaciones, con mucho de soledad pero también de compañerismo, compartiendo un buen rato junto a muchos “anónimos” y otros amigos, que participan de estas verdaderas fiestas.

En el retorno de los 10K, Analhía se quejaba del viento en contra, así que se pegó detrás de mí, para correr así durante algo así como 1,5K. Me sentía bien en esta parte del recorrido, así que pude mantener el ritmo en tanto casi todos los demás aflojaban el paso. Llegando al centro de Sarandí Grande, doblamos a la derecha para nuevamente doblar a la izquierda y completar 12K, cuando superé a algunos competidores, en tanto solamente me superó uno. A los 13K llevaba 1h 06’, así que –según el cálculo que hice- llegaba en menos de 1h 18’, cuando mi objetivo inicial era poner 1h 25’. Retomamos la calle por la que habíamos salido a la largada, ahora con rumbo al centro, para casi enseguida llegar a los 14K donde había un nuevo puesto de hidratación, y nos esperaba el último kilómetro con una leve bajada. A falta de 100 mt., Adriana estaba sobre la izquierda sacando fotos, y me dio para decirle: “espectacular”.



Completé el recorrido en 1h 17’12”, con un promedio de 5’09”/K, un resultado para este corredor “del” fondo, realmente bueno. Con seguridad, para muchos es un resultado pobre. Para mí, me llena de orgullo haber alcanzado este promedio en los 15K, a esta altura ya con 50 años y aún no habiendo completado 4 años de competencias (arranqué en agosto de 2006, con una ya lejana 10K Reebok). Más orgullo me produce la enorme cantidad de gente que pude conocer gracias a esta actividad, con quienes me une algo indescriptible y casi “místico”. Aunque fui el único de los “Atletas del Sur” presente, me sentí acompañado por todos, además de los ex-compañeros de Sayago Running.

El próximo domingo 18, me espera la maratón de Río.
Más fotos, en “Mis fotos” (o en www.picasaweb.google.com/jxavier.runner)