domingo, 30 de diciembre de 2012

Cómo entrenar una ultra - Kilian Jornet

¡Si habrá que aprender y entrenar!

sábado, 29 de diciembre de 2012

La Misión Race 2012 - Villa La Angostura

Aquí les dejo el precioso video armado por la Organización, sobre el espectacular desafío que enfrentamos en Villa La Angostura.

jueves, 20 de diciembre de 2012

La Misión 2012 - La crónica personal, del mayor desafío enfrentado hasta el momento. 160K Villa La Angostura


Después de mi participación en "La Misión 2011" celebrada en San Martín de los Andes en diciembre del año pasado sobre 167 K, acompañado por Pablo Lapaz, en esta oportunidad había decidido participar en una nueva edición a desarrollarse en el destino original, Villa La Angostura (VLA). El lugar había sufrido las consecuencias de la expulsión de toneladas de ceniza y arena volcánica del volcán Puyehue en territorio chileno, razón por la cual en esta oportunidad se producía el retorno a los "orígenes".

Con bastante anticipación, había registrado mi inscripción, saqué pasajes en Aerolíneas Argentinas e hice la reserva de una cabaña en el precioso y cómodo Apart Hotel de la Plaza. Un mes antes, aproximadamente, se sumó Luis "Abeja" Castro y Diego López, que viajaba desde su Punta del Este. En el aeropuerto, encontramos a Maritza Giordano, Gabriela Pérez, Daniel Pérez Garrido y Diego Rodríguez, así que hicimos un viaje bastante entretenido pese a las demoras. Es que ya durante el viaje de ida, tuvimos dificultades pues a la demora (inexplicable) del vuelo desde Carrasco, se sumó la tormenta eléctrica sobre Buenos Aires el 10/12, que llevó a que perdiéramos la conexión. Finalmente, llegamos a Bariloche como a las 22 hs, donde nos esperaba John Tidd y Dieguito López, que habían salido más temprano.

Le agrego otro "detalle": me habían abierto la valija y me sustrajeron (supongo que en Aeroparque) dos cosas muy valiosas: la navaja suiza y la camiseta de Peñarol!!! Sí, la del campeón del siglo.


Bien, la historia siguió el martes, cuando fuimos a registrar nuestra inscripción y retirar el kit de carrera, bajo una llovizna persistente. Allí me encontré con un argentino que me preguntó si era el uruguayo que tenía un blog ... cuando le respondí, me dijo: "En gran parte, estoy aquí por vos, a partir de la crónica del año pasado".

¡Pucha! Cuánta responsabilidad y compromiso que se genera a partir del uso de estos medios. La verdad es que resulta muy grato encontrar gente que se suma a estos desafíos, pero a la vez también me hace pensar en el cuidado que debemos tener al escribir algunos comentarios a partir de experiencias personales, que pueden no ser fácilmente trasladables a otras situaciones. En fin, esto de las redes sociales es un tema muy interesante.

En la noche, el Guri Aznárez -organizador- hizo la charla previa, donde nos anunciaron que la largada se haría a las 12 (y no a las 11) pues estaba previsto que parara de llover aproximadamente a esa hora. Sí, la largada se hizo el 12/12/12 a las 12. Y corrí con el No. 193 ... Como se aprecia en la foto, corrí en apoyo a la campaña del Centro Jacobo Zibil de la ciudad de Florida, que atiende a niños con discapacidad, mediante la donación de al menos $1 por kilómetro recorrido, en una colecta que distribuí entre mis compañeros de trabajo. Así que en mi mochila, llevé el enorme empuje de los gurises del Centro y el apoyo de los compañeros que se sumaron.


 En la previa, todo era alegría pese a la leve llovizna que aún caía. Apenas salimos, tomamos rumbo al Aserradero a tren controlado, detrás del vehículo de la organización. Casi enseguida, paramos para sacarnos un poco de ropa pues entramos en calor. Iniciamos la subida hacia el Col del Colorado, donde ya encontramos una impresionante cantidad de ceniza y arena en las laderas. La larga fila de corredores era un precioso panorama.

 Ingresamos a un mallín, donde empezamos a percibir una neblina que presagiaba lluvia. Con dificultad, fuimos subiendo para encontrar en la cima del Colorado el primer puesto de control (8K).

Continuamos por los filos del Cerro Beeker, ya con nieve, hacia la cumbre del Cerro Bayo (10K), tramo en el que se desató una impresionante granizada (creo que era eso ...), ya que caían gotitas de hielo que pinchaban la cara como si fueran alfijeres, a una velocidad terrible. ¡Qué duro momento! Recordé los consejos del amigo Pablito Lapaz y sus anécdotas del año 2010, así que bajé la frente, me protegí con la capucha de la campera, me sostuve con los bastones y continué avanzando.

En cuanto superamos ese trance, el panorama era espectacular. Desde la cumbre del Bayo (1760 mts), emprendimos la bajada por el sendero de autos, así que ahí pudimos avanzar a buen ritmo junto al Abeja.



En la base (K15) paramos un ratito para alimentarnos, y posteriormente seguimos por un largo sendero con subidas y bajadas permanentes, por el valle del arroyo Ujenco, hacia el Col Tres Nacientes (K24) donde llegamos ya casi sin luz solar.



Desde allí volvimos a bajar, para poner rumbo a la denominada Horqueta del Arroyo Cataratas (K31), tramo en el que cruzamos varias veces por el arroyo. Los pies se sentían prácticamente congelados, pero el permanente movimiento lo hacía un poco llevadero. Desde la Horqueta, subimos al Col del Bonito. Finalmente, cerca de la 01.40 de la madrugada, llegamos al puesto de control Corral Redondo (K44), donde los muy buenos amigos de Aquiles Rental -el Colo y la Pety- habían montado un precioso lugar para descansar, con un buen fuego. El lugar estaba repleto, así que el movimiento permanente de corredores que llegaba y salía, impedía un buen descanso. Además, considerando el frío reinante y lo duro del terreno que nos esperaba -la subida al O'Connor- no permitían salir a menos de 3 personas en grupo. ¿Llevás agüita?, preguntaba la Pety, y si la respuesta era negativa, te hacía volver 300 metros a recargar.
Después de una noche "complicada" para descansar, a las 06.20 salimos con el Abeja a emprender nuestra segunda jornada. Maritza Giordano no podía recuperar el calor del cuerpo -tiritaba- y estaba decidida a abandonar, cosa que finalmente hizo, junto a Gabriela Pérez.


La dura subida del O'Connor nos llevó hasta una zona de filos, con un panorama precioso y un sol que ya brillaba, iluminando el Lago Nahuel Huapí. Prácticamente desde que salimos esa mañana, mi compañero me comentó sobre su decisión de quedarse en el Campamento 1, ya que se sentía cansado ... Le comenté que era exactamente la situación de "saturación mental" de la que tanto le había hablado, y que lo que necesitaba era mantener la calma y continuar sumando kilómetros, ya que físicamente lo estaba soportando bien. Quedamos en que iba a evaluar la situación en el momento de llegar al Camp. 1.

Emprendimos la bajada por una zona muy similar a la de la subida, que hacía sentir bastante las piernas, para llegar sobre mediodía al Campamento 1 enseguida del puente sobre el arroyo Bonito, en el Barrio Puerto Manzano (a escasos 3K del centro de VLA). Completamos así los primeros 58K de carrera, en unas 24 horas totales.

Allí nos alimentamos, tomamos mucho líquido, nos cambiamos las medias después de chequear el estado de los pies (¡ninguna ampolla!) y descansamos un rato (aprox 1 hora y media).Decidimos continuar ... así que encaramos el tramo de 11K al costado de la ruta, con un sol interesante, hasta el puente del Arroyo Estacada.

Encontramos el puesto de control (K66) y nos metimos al sendero dentro del monte, en el valle del arroyo. Cruzamos otro corral redondo, ingresamos al valle del Ao. Clueco, y al llegar al final del bosque, encontramos otro puesto de control antes de cruzar un mallín de altura (estábamos a 1600 mts).

Nos esperaba un tramo corto para atravesar ese mallín, pero encontramos un terrible viento que soplaba de costado y que levantaba enorme cantidad de arena, que complicaba bastante el avance y dificultaban la respiración. Realmente fue un momento crítico. Emprendimos la bajada rumbo a Tapera Linda. Enseguida de registrar nuestro paso por ese PC, comenzó una llovizna tenue ... el monte se espesaba, con ramas y troncos por todos lados. Ese sendero nos llevó al Col de las Estacas (K86) a 1600 mts de altura (¡si, volvimos a subir!). Atravesamos el valle del Ao. de la Negra, para finalmente llegar cerca de medianoche, bajo una llovizna, al PC ubicado en el K95. ¿Era el Veranada de los Lagos? No lo tengo claro, pero fue donde decidimos descansar. Mi compañero nuevamente me planteó su necesidad de descansar unas 6 horitas, para poder continuar.


Dada la persistente llovizna, no nos pemitìan continuar hacia el siguiente PC, que estaba a 5K de distancia, justo antes de cruzar por 2a vez el Río Minero (ayudados por una cuerda), ya que estaba repleto de corredores y no podíamos continuar subiendo el "Piedritas".

Nos metimos en los sobres de dormir y en el Vivac (impermeable), para intentar protegernos. Aprox a las 2.00 me desperté con la nariz absolutamente tapada, respirando por la boca. Llamé a mi compañero para ver si continuábamos, pero insistió en descansar. A las 3.00 me despiertan ... era Dieguito López que estaba ahí, y habia decidido continuar dado que se había mojado y estaba con mucho frío. Despertó a Jean Paul Beauvois, Pablo Chichotky y Fer (?), y les anunció que emprendía el camino.

A las 4.00 me desperté empapado, con frío y temblando. Me había entrado agua al sobre, y estaba absolutamente mojado ... desperté al Abeja y le dije de continuar. Insistió en seguir descansando, así que -casi "fuera de mí"- junté todo, lo puse en la mochila y le avisé que me iba al costado del fuego a tratar de secarme un poco y recuperar el calor. Una gran cantidad de corredores estaba haciendo lo mismo, así que nos fuimos turnando para aprovechar el fuego. El encargado del PC estaba ayudando a varios a recuperarse, mediante el uso de la manta de supervivencia. Recordé nuevamente los consejos de Pablito Lapaz, cuando me decía que la forma más eficiente de sacarse el frío es moviéndose: "no te quedes quieto, caminá, avanzá".

Finalmente, a las 6.00 desperté al Abeja y continuamos nuestro camino, para llegar en aprox 1 hora y media, al siguiente PC ubicado en una especie de tapera, donde había un grupito de corredores. La foto lo dice todo ...

Nos tomamos una sopa bien calentita, puse a secar mis guantes sobre ese calentador ... y quemé una parte de ellos. Sin comentarios. La mochila "pesaba" enormemente, ya que cargaba con el sobre de dormir lleno de agua. En ese contexto, cruzamos el Río Minero por 2a vez ayudados por una cuerda, momento en el que mi cubre-pantalón se abrió desde la rodilla hacia abajo, al embolsarse el agua. Y mi compañero que me comentaba sobre su decisión de quedarse en el Campamento 2, en Villa Traful ... o al menos, sobre considerar la posibilidad de seguir.

Empezamos a subir el Piedritas, por una zona de monte muy empinado y bastante tupido. La inclinación era impresionante, sin lugar a dudas la más dura que habíamos enfrentado hasta ese momento, al extremo que debíamos detenernos para recuperar un poco del aire a cada ratito. Cuando terminó esa parte, encontramos un patrullero que registraba el paso, junto a otro que era originario del puesto que estaba del otro lado de la montaña y que había venido a acompañarlo. ¡Pensar que esta gente se atraviesa de un lado a otro de la montaña, como si nada! Cuando le pregunté si la bajada era igual de complicada que la subida, me dijo ... "todavía les falta seguir subiendo". ¿Quéééé??? "Sí, por qué te pensás que se llama Piedritas?, ¿viste alguna?" Muy cierto. Nos esperaba la parte más dura. Continuamos subiendo por una parte llena de piedras y con ráfagas de viento que no debìan bajar de los 100K/h, que realmente te tiraban cuando soplaban, y que requerían apoyarnos sobre los bastones para evitar caernos. En ese tramo, perdimos los protectores impermeables de la mochila, que se volaron y no nos dimos cuenta. Bueno, aunque lo hubiésemos percibido, habría sido imposible recuperarlos ... A 1850 mts de altura, con ese viento, dónde habrán ido a parar?

Bajamos rumbo a Villa Traful, donde estaba el Campamento 2 ubicado en un gimnasio. Ya a esa altura, mi compañero empezaba a percibir que podía llegar hasta el final, creo que en parte influido por una conversación que mantuvimos con un matrimonio argentino de bastante edad, que estaban haciendo trekking por la zona. Cruzó a un pequeño almacén ubicado frente al gimnasio, donde compró fiambre, queso, galletitas, Coca Cola y flanes, para alimentarnos debidamente. Mientras, yo intentaba secar mi sobre de dormir. En el lugar, estaban Jean Paul, Pablo, Diego y demás acompañantes.


Recibimos nuestra 2a bolsita que habíamos dejado a la Organización para que la llevara al Campamento, que en mi caso tenía una remera térmica, una calza 3/4, ticholos, geles, un par de medias y sobrecitos de Clight Hidrade. Estábamos en el K 112.

Decidimos descansar un rato, para emprender el último tramo de un tirón. "Ya no dormimos más", le dije al Abeja. Encontré a Eduardo Gallego, con quien hice el tramo final de La Misión en el 2011, quien estaba descansando en el lugar. Siguiendo su recomendación, dormí una breve siesta desde las 14.00 a las 15.00.


Cargamos todo -ya la mochila pesaba menos al haberse secado bastante el sobre de dormir- y salimos a hacer los 8K sobre el camino que bordea el Lago Traful, hacia el Ao. Cataratas donde había un PC (K121). Tomamos el sendero y empezamos lentamente a subir, cruzando el arroyo en varias oportunidades hacia la Horqueta del Cataratas (donde habìamos pasado el primer día), alcanzando así los 133K. Ya en ese tramo habíamos conformado un grupo de 9 personas, entre quienes estaban Dieguito López, Jean Paul, Pablo Chichotky y nosotros. Avanzamos a ritmo lento pero sostenido, y recargando agua en los cruces del arroyo.

Desde la Horqueta del Cataratas, continuamos subiendo rumbo al Col Tres Nacientes (1700 mts de altura), donde llegamos ya en la noche (K140). El frío y el viento se hacían sentir, al extremo que le pregunté si debíamos seguir rumbo al Co. Buol, o la organización nos enviaba hacia la base del Cerro Bayo por el camino de autos (era una posibilidad planteada en las instrucciones de carrera, si no había visibilidad). Pero su respuesta fue: "si se agachan, pueden ver las señales. No los espera nada más duro que lo que ya han hecho. Así que, adelante". En lo de la visibilidad, tenía razón, pero en lo de la dureza del recorrido ...


Decidí cambiarme las medias y abrigarme, para lo cual saqué de la mochila el cuellito polar y el cubre-orejas. El viento hizo de las suyas (no me dí cuenta) y el cubre-orejas "voló" vaya uno a saber dónde. Así que me cambié, y junto a Diego y el Abeja, emprendimos el camino de subida hacia el Buol. Durísimo, pura arena volcánica, con una inclinación casi perpendicular, que hacía que cada paso hacia arriba se transformara en un paso hacia abajo ... se hacía muy complicado subir, al extremo que avanzábamos en zig zag intentando apoyarnos en las pocas piedras que sobresalían entre tanta ceniza y arena. Obviamente, nos detuvimos varias veces a "recuperar el aire", hasta que -a falta de 200 metros- encontramos una cuerda. Le dije a mis compañeros: "alguien puso una cuerda para que nos ahorquemos, o para ayudarnos a subir". ¡Buenísima ayuda! Ahí sí, con esa cuerda pudimos completar la subida a 1800 mts de altura.

Arriba nos esperaba un viento muy fuerte acompañado por una nevisca, que levantaba mucha arena e impedía la visión. Con dificultades, avanzamos por los filos hacia el Co. Belvedere, hasta que emprendimos la bajada hacia el Cajón Negro. En esta etapa, Dieguito se nos empezó a quedar atrás. Podíamos bajar a buen ritmo, "enterrándonos" en la arena con grandes zancadas, cruzamos al costado de la Cascada Inacayal e ingresamos al Aserradero por donde habíamos salido en oportunidad de la largada. Se hizo interminable ... pero llegamos.



A las 3:59 de la mañana, completamos el recorrido y nos dimos un buen abrazo. Recibimos nuestra medalla de "finisher" y el cuellito Buff que dice "Misión Cumplida", nos alimentamos y estuvimos esperando a los demás compañeros. Unos 45 minutos después llegaron Jean Paul y Pablo, en tanto Dieguito lo hizo aprox una hora después que nosotros.

Es que Diego venía con un par de buenas ampollas en cada pié, que le complicaban bastante el avance. En la noche, le hicimos una "curación" con gasa con propóleos.

Apenas llegamos a la cabaña, recibí un mensaje de Pablito Lapaz que dice: "Francia te espera, veterano. Felicitaciones". El compañero estaba siguiendo los resultados por Internet. Un fenómeno.

Ocupé la posición 193 (entre los 377 que largaron) y corrí con el No. 193. En mi categoría, quedé en la posición 22 (entre 57), habiendo completado el recorrido en 63 hs 42 minutos, prácticamente 5 hs 30 minutos menos que el año pasado. La planilla que me pasó Bernardo Frau para calcular tiempos, en la previa, me "cantaba" 62 hs 42min, con 3 horas de sueño incluídas. Calculo unas 16 horas de "descanso" (si se puede llamar así) durante la carrera, así que me llevó prácticamente 48 horas de trekking. Nada mal, la estimación del amigo Berni. Lo otro francamente positivo, es que no me quedó ninguna lesión -ni siquiera una ampolla-, salvo las molestias normales a nivel muscular.

En la foto, estamos junto al grupo de compatriotas en el aeropuerto de Bariloche: Diego Rodríguez, John Tidd (2o. en la General), Daniel Pérez Garrido, yo, Diego López y el Abeja Castro.


Misión Cumplida. Conmigo, con quienes están pendientes de estas "aventuras", con los gurises del Centro Jacobo Zibil y con los compañeros de trabajo que se sumaron a la campaña solidaria. Y me traje otros 4 puntos para participar en alguna de las carreras del Ultra Trail del Mont Blanc.



Y superé los 800 kmts. en competencias oficiales durante este año 2012. Más que satisfecho. Con mi compañero "Abeja", más allá de los diferentes momentos y sensaciones vividas durante la carrera, sin dudas disfrutamos de una experiencia inolvidable, que nos hermana un poco más en esta vida de aventuras. Es que somos "misioneros" (en mi caso, por 2a. vez), que sobrevivimos juntos a una de las más difíciles ediciones de esta carrera. Por eso, el abrazo en el momento de la "misión cumplida" tuvo ese significado tan especial de haber enfrentado nuestros propios límites y haberlos vencido. Hubiese sido más sencillo enfrentar esas condiciones extremas, y superarlas sin dificultades. La forma como lo hicimos, con dudas y temores de todo tipo, lo hacen inolvidable.


Como dice Killian Jornet: "Me preguntan dónde está el límite. No lo sé, sí sé dónde no está".

Gracias a todos, por tanto apoyo.

lunes, 17 de diciembre de 2012

La Misión 2012 - El relato (por Bernando Frau)

La Misión 2012 – 12 de noviembre de 2012


Sediento, dolorido, hambriento, reventado,
con ampollas enormes maldecir su suerte.
Sentirse solo, vital, difunto, fuerte,
lesionado, valeroso, orgulloso y acabado.

Hallar en La Misión la propia senda,
sentir que nunca estuvo uno más vivo.
Tocar la gloria, beber leyenda,
sentirse satisfecho, saberse un obsesivo.

No darse por vencido ante un calambre
Olvidar lo sensato, amar el daño.
De toda caída levantarse.

Creer que la vida en la carrera cabe
Dejar el chupi, los choris, la manada.
Ser misionero es esto. Quien lo probó lo sabe.

Estos versos que escribí para una edición anterior de La Misión continúan plenamente vigentes. La décima edición de esta competencia, una de las más duras de la Argentina si no la más dura, volvió este año a Villa La Angustura,(800 msnm) sur de la provincia de Neuquén, Patagonia Argentina. “la villa”, como se la conoce en forma abreviada, está sobre la orilla norte del lago Nahuel Huapi, en cuya orilla sur está ubicada la más conocida internacionalmente ciudad de Bariloche.
 
La villa sufrió mucho los últimos 18 meses, a consecuencia de la erupción del volcán Puyehue, en junio de 2011. El Puyehue queda al otro lado de la frontera, en territorio chileno, y la villa fue la ciudad Argentina más afectada. Toneladas de ceniza volcánica se abatieron durante semanas y meses sobre sus calles, su gente, sus techos y sus autos. Todo era gris, todo quedó enterrado. La foto adjunta muestra cómo estaba la esquina céntrica de VLA.

Muchos no tuvieron la espalda económica para aguantar y abandonaron la localidad. Los lugareños se abocaron durante todo este tiempo a limpiar y limpiar y hoy la villa luce espléndidamente, pues la ceniza ha terminado siendo una suerte de fertilizante que ha potenciado la vegetación, haciéndola explotar en una fiesta de verdes, amarillos y violetas.

La carrera es lo que se llama una ultramaratón de montaña. Consta de unos 155 km y unos 7550 mt de desnivel vertical acumulado (DVA). Comenzó el miércoles 12 de diciembre al mediodía (o sea el 12-12-12- a las 12). El pronóstico del tiempo era muy malo los días previos pero mejoró mucho faltando pocas horas para el comienzo de la competencia y no terminó por suerte siendo un inconveniente serio.

Corrí toda la carrera, desde la línea de largada a la de llegada con Claudio Rosso y Sergio Moya. Yo lo había conocido en serio a Sergio el La Misión 2011, cuando nos hicimos amigos. Hasta entonces era solo un nombre más en una lista de distribución. Esto mismo pasó con Claudio este año. La relación que se establece en dos o tres días de total convivencia en la montaña genera un vínculo muy sólido. El primer obstáculo o cerro fue el Bayo (1750 msnm en la cumbre, aunque no hicimos cumbre, llegamos cerca pero no a la cumbre), que pasamos en horas de la tarde. Mucho viento y frío, pero tolerable. A la noche llegamos al segundo cerro, el O´Connors (1870 msnm). Este fue muy duro, con nevisca, viento y muy baja temperatura. La carrera estaba muy señalizada, tal vez haya sido –y sin tal vez- la más señalizada que he corrido en mi vida. Este es otro cambio importante que ha tenido esta competencia y que no a todos agrada por igual. Pasó de ser una carrera de orientación a una del tipo “tubing”, o sea, unas en la que se entra en una punta y se sale en la otra sin posibilidad alguna de extraviarse, algo que siempre ocurría inexorablemente al menos una vez durante la carrera. Uno normalmente considera que una carrera está muy bien señalizad si estando en una marca, puede divisar la siguiente. Esto ya es 100 % señalización. Pues en esta carrera yo llegué a contabilizar siete marcas observables desde aquella en la que estaba parado, o sea, muchísimas. La Misión espira a posicionarse como la carrera hermana del Ultra Trail del Monte Blanco, su versión sudamericana. Por eso la eliminación de la orientación y el agregado de cantinas de las que luego hablaremos.

Pese a esto, nosotros tres nos perdimos en la cumbre del O´Connors. Y cometimos un error tremendo, que pudo habernos costado muy caro: no dejamos a nadie –éramos una docena de corredores extraviados juntos- quieto, parado, en la última señal encontrada. Esto hizo que a las tres de la madrugada y con frío tremendo deambuláramos sin rumbo por la montaña con el riesgo de hipotermia que esto implica. Pero de alguna manera alguien divisó una señal y retomamos el camino. (las señales son reflectivas, se ven de noche). Durante el tiempo en que estuvimos perdido yo me caí aparatosamente llevándome puesto (argentinismo por “arrastrar en la caída”) a otro colega. Sergio temió lo peor, me contaría luego, perdidos y con un fracturado. Pero mi cuerpo ya es de goma y no pasó nada, aparte del papelón, claro, y el obligado pedido de disculpas al colega.

Algo más ocurrió en el O´Connors. Antes de iniciar el ascenso hay un puesto de control, donde había fuego y donde muchos dormían. Nosotros nos alejamos del fuego para evitar el efecto “aburguesamiento” que el confort produce. Pero como subir de noche solo una montaña como esa es complicado, los representantes de la organización allí presentes juntaban a los corredores solo con algún grupo antes de iniciar la subida. A nosotros nos “adjudicaron” a uno, de nombre Ariel, a quien extraviamos en el ascenso. Se imaginará Ud. el enorme complejo de culpa que nos agarró a los tres. Por suerte, nos lo encontramos más adelante en la carrera, sano y salvo. Este párrafo le permitirá a Ud. amigo lector, valorar cabalmente lo que paso a contarle: dos corredoras y amigas, Ximena Bertie y María Belen Rodriguez atravesaron el O´Connors solas. Entiéndame bien, cada una por su cuenta, en total soledad. Cojones, tío, que tienen algunas mujeres, que son capaces de hacer lo que yo no osaría.

Yo debo confesarlo algo de mi vida privada para que Ud. entienda cabalmente lo que sigue. Yo duermo de 21.30 a 6.00 todas las noches, prácticamente sin excepción. En vacaciones llego a dormir 10 hs non stop. Mis dos amigos, Claudio y Sergio duermen menos y por tanto querían aprovechar esa condición para ganar tiempo no durmiendo en dos ocasiones como yo hice el año pasado y como hace una gran cantidad de corredores, sino solo una vez. Esto implicaba pasar de largo la primera noche. Separarme de tan buenos compinches hubiera sido un enorme error por lo que me propuse dominar la somnolencia. Ud. no se hace una idea de cuan dura fue la batalla contra las ganas de dormir, batalla que libré desde las 21.00 hasta aproximadamente las 6.00 del día siguiente. Pero lo logré. Yo nunca había pasado más de 24 hs corriendo sin dormir. Y precisaba superar esa marca si quería volver al Ultra Trail del Monte Blanco (UTMB), como pienso hacer en agosto, pues en esa carrera uno debe correr 40 hs sin dormir. Claudio y Sergio me permitieron descubrir que sí, que puedo hacerlo y es una de las muchas cosas que tengo para agradecerles. Así como que se hayan bancado el paso atontado, titubeante que yo tenía cuando el malvado diablillo del sueño parecía que iba a vencer la batalla.

A las 5.30 de la mañana del jueves 13 llegamos a la primera de las dos cantinas que hay en la carrera. En estas cantinas le venden a uno hamburguesas –que no compramos- y le entregan una pequeña bolsa con comida que uno se haya mandado a sí mismo. Yo tenía allí frutas, comida liofilizada, barras, geles, Gatorade en polvo, jugo de naranja y alguna cosa más. Comimos eso, tomamos unos cafés y seguimos sin dormir. Amanecía para entonces y allí me vino lo que sería mi último ataque de sueño. Le dije a Claudio y Sergio que lamentablemente iba a tirar mis huesos en una parada de colectivo –en ese tramo se andaba por carretera asfaltada- pues no daba más. Al momento de ingresar a la parada cambié de idea y seguimos juntos, supongo que porque el angelito sensato que todos llevamos dentro consiguió convencerme.

Al final de esta jornada encaramos el cerro Piedritas (1800 msnm), donde las condiciones meteorológicas no eran malas en lo que respecta a temperatura o lluvia –no hacía frío ni llovía- pero donde el viento era muy fuerte, con rachas que podían voltearlo a uno si no usaba adecuadamente los bastones para fijarse al suelo com cuadrúpedo. Estimo que tenían 100 km/hr sin exagerar. Recién al otro lado del Piedritas encendimos nuestras linternas, y ya se veía el hermoso lago Traful cuya orilla estaba la segunda cantina. En esta sí paramos a dormir. Aquí cometimos el segundo gran error (el primero fue el extravío en el O´Connors). Dormimos 3.5 hs lo que no está mal ni es exagerado en demasía (2.5 también hubieran estado ok) pero nos detuvimos un total de 6 hs lo que significa que pusimos 2.5 hs para cenar antes de dormir y desayunar luego de levantarnos. Demasiado tiempo, todo eso se puede hacer en una hora.

En todo momento, usando los datos de la tabla impresa de tiempos que llevaba Sergio y la información de mi GPS así como la unidad de procesamiento de mi marote, yo calculaba la distancia recorrida y la faltante al próximo destino, y les informaba el “ETA” (Estimated time of arrival) a donde fuera que estuviéramos apuntando en ese momento. Ocupar la cabeza haciendo cuentas es un pasatiempo que suelo usar .

En la cantina de Traful se produjo una situación que luego se repetiría en la calle en VLA y en el hotel donde me alojo. Desconocidos se me acercaron para agradecerme lo que –decían ellos, me cuesta creer sea cierto- habían aprendido de mis mails sobre temas de carreras de aventura. También encontramos varios corredores también ignotos para nosotros, usando la planilla de tiempos que preparamos con Sergio Moya. Para qué le voy a mentir, todo esto fue una caricia a la autoestima y una sensación de satisfacción difícil de describir en palabras.

Partimos de Villa Traful en la tercera y última jornada. Aquí lo destacable fueron los interminables cruces de río de agua fría que tuvimos, que entumecían los pies, y cerca del final el ascenso al cerro Buol (1800 msnm), en cuya cumbre había un filo muy castigado por viento y nevisca. Yo había olvidado mis guantes de montaña en la cantina de Traful,-luego los recuperé- por lo que la travesía por el filo del Buol pintaba mal. Surgió allí la generosidad de Claudio que me prestó sus guantes finos –él como otros corredores lleva dos pares, uno de sky grueso y otro más fino para ponerse debajo de los anteriores- Él me dijo que eran sus guantes de back up, pero en realidad eran parte de su equipamiento de protección contra el frío que generosamente cedió para disminuir el frio que iban a enfrentar mis manos.

Al otro lado descendimos al Cajón Negro que conduce a la ciudad de VLA, donde llegamos luego de 52.22 hs. Poco antes de llegar comenzó a llover, algo que no nos afectó para nada a nosotros tres. Pero esa lluvia fue tormenta en la montaña y muchos estaban allí aún. Esos la pasaron peor, pero nosotros no tuvimos condiciones meteorológicas terribles. Mi equipo siendo uno de los más livianos de la carrera, si no el más liviano, respondió magníficamente bien, nunca pasé frío serio, nada que me pusiera en riesgo de hipotermia. La mochila, la linterna, la bolsa, todo fue de diez. The perfect gear como me gusta llamarlo a mí. Llegamos en la posición 122 de 377 corredores que partieron (32 percentile) y en la posición 11 de 57 en la categoría (19 percentile). Abandonaron 113 corredores (30 %)

Los podios de las categorías así como los dos generales, tuvieron esta vez una nutrida presencia de extranjeros, síntoma de que la carrera está ganando presencia en el mundo. Norberto Gonzalez, amigo de muchos de nosotros, se convirtió en el único septuagenario en haber completado esta carrera (tiene 71 años, ya la había completado el año pasado). Entre los resultados de mis amigos más cercanos, el más notable fue el de Eduardo Arroyo, que se metió entre los de elite, terminando en la posición 24 de la general con 34 hs. La mejora de Eduardo respecto del año pasado es tan tremenda que francamente no creo tenga paralelo en ningún otro corredor.

Faltando unos 50 mt para nuestro arribo a la linea de llegada tomamos una pose adecuada para que las fotos salieran lindas, algo que los fotógrafos notaron y por lo cual nos sacaron decenas de fotos. Entre ellas hay, claro, varias de los tres llegando orgullosos al fin de la odisea. Pero yo no elegí ninguna de esas fotos para concluir estas líneas sino la que sigue. Porque esas fotos hablan de gloria. Esta que incluyo, en cambio, habla de equipo.





viernes, 7 de diciembre de 2012

LA MISION 2012 - Solidaridad con el Centro Jacobo Zibil

Sí, en esta oportunidad decidí promover la acción del Centro Jacobo Zibil que atiende a niños con discapacidad en la ciudad de Florida. Entre mis compañeros de trabajo, estoy promoviendo la campaña "$ 1 por kilómetro" y es impresionante el apoyo recibido. Así que, en mi mochila llevaré todo el empuje de los chicos del "Jacobo" y la solidaridad de mis compañeros, además de mis afectos más queridos. ¡Cuánta emoción!

No importa la lluvia que nos espera, ni el frío, ni la nieve, ni la ceniza volcánica, ni los desniveles, ni las ampollas, ni los dolores, ni la fatiga, ni la angustia que en algún momento aparecerá. Vale mucho más la sonrisa y la esperanza de estos gurises. Vean si no, esas fotos del afiche.
Aquí les dejo el texto que repartí entre los compañeros, junto a un folleto del Centro.

Montevideo, 5 de diciembre de 2012

Estimados compañeros
Como muchos de los compañeros del BCU saben, la participación en carreras de calle, medias maratones, maratones, carreras de aventura y ultra-maratones, es una de mis pasiones. A partir de la iniciativa de un grupo de amigos e inspirados por la lucha que desarrollaba Florencia Machado –operada tres veces por un cáncer cerebral, recientemente fallecida a sus tempranos 29 años-, en el mes de febrero de este año, hicimos el Cruce de los Andes (de La Serena en Chile a San Juan en Argentina), en la modalidad 12x42K, promoviendo la solidaridad mediante la donación de fondos para el Instituto de Neurología del Hospital de Clínicas, lo que permitió la remodelación de una de sus salas.

Más recientemente, también a partir de la iniciativa de Florencia, organizamos una carrera solidaria en el Prado de Montevideo, donde reunimos $ 40.000 que fueron donados a la Escuela No. 198 para Discapacitados Visuales (hace pocos días, se publicó una nota de prensa en El Observador sobre esta escuela).

Tengo el privilegio de poder participar en carreras en diferentes lugares de la región, y en este sentido, en el mes de diciembre de 2011, completé los 167K de “La Misión”, una competencia que se desarrolló en San Martín de los Andes, en condiciones extremas a más de 2.000 mts de altura, con mucho calor durante el día y muchísimo frío durante la noche, con un desnivel acumulado total de 7.200 metros, cargando con una mochila de entre 8 y 10 kilos (ya que se debe llevar todo el equipamiento necesario para sobrevivir). Entre el 12 y el 15/12/12 volveré a formar parte de La Misión, en esta oportunidad en Villa La Angostura (más información, en www.lamisionrace.com.ar).

Pretendo que esta pasión tenga también un significado social, razón por la cual estuve analizando la posibilidad de generar algún apoyo mediante la donación de fondos, por ejemplo a razón de $ 1 por kilómetro recorrido (algo casi simbólico, pero también puede ser más). Conversando con algunos compañeros, pareció adecuado sugerir que esta iniciativa se canalice a través del ABC, mediante la aportación voluntaria de los asociados que así lo manifiesten de esa cantidad por cada kilómetro que recorra en mi próxima participación en “La Misión” (el tope será $ 160.-, en la hipótesis de que pueda completar ese desafío). Estaba en la búsqueda de una institución destinataria, cuando la compañera Mónica Pini me acercó los afiches que adjunto, correspondientes a una campaña del "Centro Jacobo Zibil" que atiende niños con capacidades diferentes en la ciudad de Florida y alrededores.

Este Centro tiene un presupuesto anual de $ 6.000.000 de los cuales reciben de: INAU, BPS, IMF y donaciones de socios, la suma de aproximadamente $ 4.000.000. Para mantener sus puertas abiertas durante el próximo año, deberán conseguir $ 2.000.000 y para juntar este dinero es que hacen la campaña (esta será la cuarta). Brindan servicios de atención de maestras y auxiliares, asistente social, médicos, sicólogos, fisioterapeutas, profesores de informática, gimnasia, talleres, música, así como almuerzo y merienda y traslados desde su domicilio al centro.

Cabe agregar que el servicio del Centro se propaga también a las familias, ya que en su inmensa mayoría son de muy bajos recursos, y si el Centro se cierra estos chicos quedarían sin nada porque ni la salud ni la enseñanza los comprende.
¡Qué mejor iniciativa! Ya está –le dije a Mónica- y puse manos a la obra. Si les parece apropiado, podemos promover una campaña como la comentada, a descontar de los haberes del mes de diciembre o enero (considerando la altura del mes en la que estamos). Obviamente, el apoyo a este tipo de instituciones no debería requerir ningún esfuerzo como el que emprenderé, pero puede ser una buena oportunidad para juntar la pasión personal por las carreras, con la solidaridad de los compañeros del Banco. Si se concreta, llevaré en mi mochila el enorme empuje de todos quienes se sumen a esta idea, y el compromiso con los gurises que atiende el Centro “Jacobo Zibil”.

Sumemos nuestro granito de arena, en apoyo a estos niños. Por si les interesa seguir la evolución de la competencia, pueden ingresar a www.lamisionrace.com.ar . Quienes se sumen a la iniciativa –ojalá seamos muchos- pueden enviar un mensaje a cantina@bcu.gub.uy (gracias desde ya a las compañeras de Cantina) e indicar el importe por kilómetro que desean aportar, poniendo en el asunto: ”Donación Centro Jacobo Zibil”. Recuerden que el recorrido total es de 160 kilómetros.
Jorge Xavier

martes, 27 de noviembre de 2012

44.2K Maratón de la Costa, Colonia

¡La 7a. Maratón + Ultra que hago en este año 2012! No se la pierdan, sale en el programa "Al Aire Libre" de canal 5, el próximo domingo.


El pasado domingo se disputó la denominada "Maratón de la Costa" en Colonia, organizada por Toros Eventos Deportivos, dando cierre a la temporada de maratones, después de la Maratón de las Sierras y la Maratón de los Lagos. Además de la "distancia reina", también había posibilidades de participar en 10 y 21K. Concurrí junto a los amigos Fabián Marrone y Víctor Trillas, en esta ocasión en el auto de Víctor ("así no tenés que manejar", me dijo). Salimos el sábado a las 18.00 horas, para llegar a nuestro destino alrededor de las 20.00 hs e ir directamente hasta el Restoran Puerto Tranquilo, bajando la barranca sobre el río en el K1 de la rambla de Colonia.

Apenas llegamos, ya nos encontramos con Luis "Abeja" Castro, que estaba desde más temprano. Después de los saludos de rigor y alguna foto, retiramos los números (me correspondió el No. 197) y fuimos hasta el Campus (Estadio Supicci), donde teníamos alojamiento. Dejamos nuestras cosas y nos fuimos a cenar a "Viejo Bar", donde encontramos al gran Ruben, mozo - maratonista, con quien estuvimos compartiendo un buen rato. Las pastas caseras con salsa bolognesa y crema de espinacas, acompañadas de una buena sangría, fueron el cierre perfecto. Compramos las cosas para el desayuno y nos fuimos a descansar.

A las 6.30 de la mañana, empezaron los movimientos en el Campus. Desayunamos y nos tomamos unos mates, mientras nos preparábamos para la carrera. En la zona de largada, ya estaban varios amigos, entre ellos Willy de Armas (¡estrenando bermudas!), Osmar Telis, Andrea Ayala y Simón Mario Tenzer, compañero docente en la Facultad, quienes competían en 21K (que en realidad fueron 22K).

La largada se hizo poco después de 9.30, bajando hacia la arena y transitando por esa zona durante unos 2.5K. Salimos con el Abeja a ritmo controlado, "frenándonos" permanentemente para evitar el desgaste tempranero. Los dos primeros Kmts los hicimos a un ritmo algo superior a los 6'/K.


Subimos hacia la rambla, donde encontré a Ramón Parodi (compañero de Atletas del Sur) y a Analhía Pugliese. Pusimos rumbo al Real de San Carlos, donde alcanzamos aproximadamente los 3.5K, ya a un ritmo un poquito más rápido. Allí estaba el retorno de quienes corrían 10K, además del primer puesto de hidratación. Tomamos hacia la izquierda, por un camino de balastro, por donde anduvimos unos 3K. El sol ya estaba brillando fuerte.

Ingresamos a la izquierda por un trillo de pasto, para trotar por una zona de montes bastante cerrado. Atravesamos algún alambrado, porteras, ramas y barro, para finalmente salir nuevamente hacia otro  camino de balastro, donde estaba el 2o. puesto de hidratación, aprox a los 8K.

En ese tramo, fuimos superándonos con Simón Mario Tenzer, que avanzaba a buen ritmo y con la satisfacción de poder mantener el trote sostenido. Hicimos aproximadamente unos 4K por ese camino, con una larga subida, para posteriormente ingresar nuevamente a una zona de monte, con algún cruce de agua que parecía sacado de un cuento.



Un par de cruces de puentecitos en mal estado, le daban un toque especial a este tramo de la carrera, como puede apreciarse en la cara de los compañeros. ¿Cómo no disfrutar de estas actividades al aire libre, si nos dan la posibilidad de encontrar estos rincones increíbles de nuestro país?

Nuevamente salimos a un camino de balastro y cruzar por una chacra con plantaciones de limón, salimos a la costa por donde hicimos algo más de 1K. Dudamos un poco sobre el recorrido, pues no veíamos corredores hacia adelante. ¡Cuánta paz! La naturaleza nos ofrecía un panorama espectacular.

Tomamos hacia la izquierda para salir nuevamente al punto donde estaba el 2o. puesto de hidratación, ahora con 14K de recorrido. Atravesamos el alambrado, nos metimos al monte y salimos nuevamente al camino de balastro, para llegar al Real de San Carlos y tomar la rambla rumbo al punto de largada, donde empezamos a cruzar a los compañeros que ya estaban iniciando su 2a. vuelta, para completar nuestro primer recorrido de 22.1K en un tiempo total de 2hs 22' 46".


Recibimos Gatorade y fruta, y emprendimos la 2a. vuelta, ahora trotando sobre la rambla.  Apenas salimos, me dijo el Abeja que por recomendación de su entrenador, la iba a hacer caminando. Decidí acompañarlo, ya que a mí también me venía muy bien para fortalecer los músculos de la marcha, pensando en el próximo gran desafío de La Misión a mediados de diciembre.

Así que esta 2a etapa estuvo caracterizada por escasos tramos de trote, más marcha sostenida. En general, anduvimos entre los 9 y los 10' por kilómetro, así que los segundos 22.1K los hicimos en un tiempo de 3hs 25'.

Enteros, con la satisfacción de haber hecho un precioso entrenamiento con peso a la espalda y pensando en los 160K de La Misión, completamos nuestros 44.2K en un tiempo total de 5hs 48' 05" (7'53"/K), habiendo "quemado" 2700 kcalorías.

Nos vemos, en la ruta.

viernes, 23 de noviembre de 2012

EL CRUCE COLUMBIA EN LOS VOLCANES

Recorrido

En esta nueva edición los imponentes volcanes Villarica, Quetrupillán y Lanín serán el escenario del recorrido de la carrera, en el cual van a atravesar la majestuosa Cordillera de los Andes a través del paso Mamuil Malal. El circuito, totalmente novedoso, incluye senderos que bordean volcanes; bosques de araucarias; cautivantes lagos de origen glaciar; y alturas de hasta 1922mts.






IMPORTANTE:La Organización se reserva el derecho de variar los recorridos en caso de que sea necesario, ante diversos motivos. El circuito podrá cambiar alargarse o acortarse, cambios de largadas y llegadas, antes o durante el evento.

Info gral


TEAMSOLO
Días de carrera7, 8 y 9 de Febrero8, 9 y 10 de Febrero
Pre-acreditación
La Rural de Junín de los Andes, Arg (1)
5 de Febrero - 8hs a 19hs
6 de Febrero - 8hs a 15hs
5 de Febrero - 8hs a 19hs
6 de Febrero - 8hs a 19hs
7 de Febrero - 8hs a 15hs
Acreditación
Pucón, Chile
5 de Febrero - 16hs a 23hs
6 de Febrero - 8hs a 20hs
6 de Febrero - 20hs a 23hs
7 de Febrero - 8hs a 20hs
Largada
Volcán Villarrica
Pucón (Chile)
7 de Febrero8 de Febrero
Llegada
Base del volcán Lanín
Neuquén (Argentina)
9 de Febrero10 de Febrero
Premiación
La Rural de Junín de los Andes, Arg (2)
9 de Febrero - 16hs Aprox10 de Febrero - 16hs Aprox

(1) Sólo aquellos que ingresen por Junín de los Andes realizarán la pre-acreditación en esta ciudad; quienes lo hagan por Pucón, lo harán en su totalidad allí.
(2) El horario de la premiación estará sujeto al horario de llegada de los buses desde la base del Volcán Lanín.



El Cruce Columbia 2013 - En los Volcanes












martes, 20 de noviembre de 2012

3a MOVIDA DE LA DIABETES - 7K


El pasado sábado tuve el gusto de participar nuevamente en la Movida de la Diabetes, realizada en las Canteras del Parque Rodó, con actividades de variado tipo que concluyeron con una carrera de 7K. Se trata de ese tipo de invitaciones a las que difícilmente uno puede resistirse, ya que persiguen un fin indudablemente social y de difusión de una enfermedad que aqueja -muchas veces, sin saberlo- a un porcentaje importante de uruguayos. Lamentablemente, la convocatoria sumó poca gente (al menos, comparativamente con otros eventos).

En la oportunidad, llegué aproximadamente a las 17:30 con mi disfraz de pirata, aprovechando el carácter festivo de esta carrera. Me correspondió el No. 618, y después de disfrutar de la actuación de "Unidos do Norte" (Escuela de Samba), deposité el cupón en la urna y me fui a sacar algunas fotos y conversar con amigos en la previa. La carrera se demoró bastante. Antes, se hizo una carrera corta para los más chicos.

Allá por las 18.40 finalmente se hizo la largada de la carrera de 7K. Arrancamos con los compañeros D-Mentes Osmar Telis, Gabriela Cabrera y Ma. Inés González a un buen ritmo, por la rambla hasta Ejido, donde giramos en U, con bastante viento que perjudicaba el avance.

La verdad es que la idea del disfraz generó comentarios, gritos y aplausos durante todo el recorrido, tanto de corredores como del público presente sobre la rambla. Finalmente, con un tiempo neto total de 34'33" completé los 6.85K de distancia (5'03"/K), más que satisfactorios.

Le dejé mi número a Osmar y me volví a casa, pues tenía un cumpleaños familiar y ya llegaba tarde. El domingo me enteré que me gané un par de calzado deportivo en el sorteo posterior, premio que recibiré en el correr de esta semana.

Lamentablemente se verificó una pérdida irreparable en la Movida, ya que un participante (diabético) sufrió una descompensación y falleció al final de la carrera, pese a los esfuerzos para reanimarlo. Vaya la solidaridad con su familia y con la Fundación Diabetes, por esta pérdida tan lamentable.

viernes, 16 de noviembre de 2012

LA MISION - Villa La Angostura

Aquí va el recorrido que nos espera, del 12 al 15/12/2012.