sábado, 28 de diciembre de 2019

Columbia Race Ánimas, Correcaminata Los Arenales y Colón Cross Country Adventure

Después de un cierto tiempo sin escribir crónicas, aquí retomo la práctica que durante varios años me tuvo ocupado enseguida de la participación en alguna carrera. En esta oportunidad, referiré a tres competencias que tuve el placer de disfrutar en este mes de diciembre: Columbia Race Ánimas 15K (en las sierras de Minas) y Correcaminata Los Arenales 10K (Arenales, Canelones) el domingo 1, y Colón Cross Country Adventure (Colón, Entre Ríos, Argentina) 50K los días sábado 7 y domingo 8.

Columbia Race Ánimas
A partir de la preciosa experiencia vivida en la comuna de Cochrane, sur de Chile (02.11.2019) sobre 50K, Jorge Melgarejo (organizador de Race Ánimas) -con quien llegamos juntos a la meta- me invitó a participar de esta competencia, optando por inscribirme en los 15K ya que en la tarde había asumido el compromiso con Yovanna Barreto de participar en Los Arenales.
No retiré kit, así que en la noche previa envié un mensaje a Jorge consultando si la largada de mi distancia se hacía a las 9:00 (como originalmente estaba previsto). Cuando el despertador sonó, leí la respuesta que decía: "no, largamos a las 8:00", así que podrán imaginar lo que fue mi viaje de ida... No tengo claro si cometí alguna infracción, pero lo cierto es que llegué unos 15 minutos antes de la largada, para retirar el kit (fui el último en recibirlo) y dejarle mi mochila y llave del auto, a Martha Wertnig.

Largamos desde la cumbre de un cerro, hacia abajo, para trotar por zonas forestadas y salir hacia un sendero de tierra, tramos en los que fui perdiendo a Marta Santana, Valeria Méndez y Andrés Montero, después de alguna charla breve. A los 2.5K encontramos el primer puesto de hidratación, para tomar por una servidumbre de paso hacia la derecha en leve ascenso.
Avanzaba bastante bien, a ritmo bien controlado. Alcanzamos los 306 msnm aproximadamente a los 3 kilómetros, para bajar y volver a subir hasta los 267 msnm con 7 kilómetros de competencia, trotar por zonas de las sierras con subidas y bajadas, alcanzar el punto más alto del recorrido (315 msnm) a los 11 km, y encarar el tramo final hacia la meta con dura subida.

El recorrido total marcó 14 kilómetros exactos, que completé en 1:57:50 (8:25/km), con 445 metros de desnivel acumulado positivo. Es indudable que en Uruguay tenemos recorridos preciosos, con desniveles interesantes y con capacidad de organización como la demostrada por los amigos de Trail Running Uruguay, que no tienen nada que envidiar a carreras de la región. El resultado me dejó plenamente satisfecho.

Una vez culminada la competencia, disfrutamos del nuevo gazebo inflable de Cantero Entrenamientos, y compartimos un almuerzo entre los compañeros. Recibimos un reconocimiento por parte de la Organización, por ser el 2° equipo en cantidad de corredores presentes.

Correcaminata Los Arenales
Después de descansar un rato, preparé el mate y salí por rutas de los departamentos de Lavalleja y Canelones hacia el Paraje Arenales, muy cerca de Migues, donde llegué alrededor de las 16:00 horas. La carrera organizada por Yovanna Barreto y el equipo de la Soc. Fomento de Los Arenales, largaba a las 17:00, así que pude inscribirme con tiempo y esperar la llegada de Pablo Lapaz, su hijo Mateo, y el "magistrado" Adolfer Run, que también fueron a correr.

Recuerdo que el año anterior, habíamos disfrutado de un recorrido muy entretenido y sucio, así que decidí usar la misma ropa de carrera de la mañana. Ya sé, algunos dirán que debería haberme cambiado... pero las condiciones que enfrentamos, lo justificaron.
En esta ocasión, el recorrido nos llevó a atravesar una cañada (será realmente así? pues el agua no corre allí...) durante algo así como 150 metros, con agua sucia hasta el pecho, cuando el año pasado la atravesamos de un lado a otro. También tuvimos el pasaje por piletas de agua para el ganado, chapoteando, para atravesar un campo, y finalmente salir a un sendero vehicular bastante limpio. Ya allí se veía la meta después de una leve subida de una extensión de aproximadamente 600 metros, donde llegué en 1h 02m 24s para los 9.5 kilómetros que me marcó el GPS (6:33/km).

Mateo y Pablo ya habían llegado (en ese orden...), así que después de cambiarme, emprendí el retorno, con la satisfacción de haber podido contribuir con los amigos de Arenales y disfrutar de una preciosa competencia. La ocasión también fue propicia para ultimar los detalles del viaje con Adolfo el siguiente viernes a Colón.

Colón Cross Country Adventure (Colón, Entre Ríos)
Esta competencia comprende tres distancias: 100, 50 y 15K. En su segunda edición, me inscribí a los 50K -al igual que el "magistrado" Adolfer Run- ya que viajamos el día viernes 6 en la tarde, para llegar a Colón a las 18:00 horas. Los corredores de 100K largaron a las 17:00, desde el centro de la ciudad, en tanto nosotros largamos desde Termas de Villa Elisa (a unos 34 kilómetros de Colón) a las 9:00 AM del día sábado.
En el año 2018 -en ocasión de la primera edición- me había quedado con las ganas de participar de esta competencia, ya que fui a correr La Misión a Villa La Angostura. Por tanto, en esta oportunidad me inscribí con tiempo, y casi enseguida se sumó Adolfo. ¿Calor? Sí, claro, como sucede casi siempre en diciembre en esta zona. Disfrutamos de la tranquilidad de Colón, algunas cervezas artesanales y una buena cena, para ir a descansar temprano pues nos esperaba el viaje en taxi hasta nuestro lugar de largada.
La Organización nos esperaba con un precioso kit. Además de la remera con el nombre a la espalda y la distancia, nos obsequiaron un termo, mate, tabla para asado, vaso térmico, gorro, buff...y una atención de primera.
En la previa, encontré a amigos de otras competencias -Fabián (Peperina Videos, de 4 Refugios - Bariloche y MacchuPichu - Perú) y Vivian (de Fiambalá) que habían largado los 100K, y disfrutaron de tramos en kayak y a caballo durante la jornada anterior. Junto a Miguel (el "Boca", de Tacuarembó) fuimos los únicos corredores "extranjeros", así que hicimos que la carrera tuviera un toque internacional.

Después de entregar bolso y carpa a la organización, largamos por tramos largos de senda vehicular, al rayo del sol. Avanzamos bastante bien, a ritmo interesante, aproximadamente hasta los 8 o 9 kilómetros, encontrando cada tanto un puesto de hidratación y fruta. A partir de allí, tomamos por dentro del monte, bordeando arroyos, atravesando tramos con bastante agua, y tratando de espantar a los mosquitos. Dado que éramos pocos corredores, en general avanzaba bastante solo, atravesando zonas sucias, con restos de plantaciones, terrenos resecos, vegetación...y mucho calor. Gran parte del recorrido me hizo recordar al "Sendero de los Carros" que se corre en las costas del Río Santa Lucía, aquí en Florida.
Allá por los 25K, cuando salí a un puente después de atravesar una zona bastante sucia, veo a un competidor siendo atendido por la emergencia médica. Era Miguel, que se había desvanecido y estaba recibiendo suero. La verdad es que el calor era bastante insoportable, así que no me exigí en ningún momento. Por los 33K, me avisan que la distancia de ese día era un poco más larga, y no los 35K esperados...
Fue efectivamente así. Los largos caminos vehiculares nos llevaron hasta el Camping del Balneario San José, donde llegué en 6 hs 55 minutos después de 41.2 kilómetros. Los tramos junto al río, me hicieron recordar a mi infancia -con mucha nostalgia-, cuando disfrutaba de las costas del Río Cuareim en mi querida ciudad de Artigas.
Encontré mi carpa ya armada, y disfruté de un riquísimo pollo al horno con arroz. Después de un buen baño y de disfrutar de una cerveza bien fría, fuimos invitados por la Organización a clases gratuitas de buceo en las piscinas del Balneario. A la noche, disfrutamos de un espectacular asado con cuero, y de videos con mensajes de algunos familiares de los corredores.

El domingo a la mañana, disfrutamos del desayuno ofrecido por los organizadores. Desarmamos las carpas y entregamos los bolsos, para largar a las 9:00 rumbo a Colón. Se habían sumado los corredores de los 15K, así que ahora ya éramos un poco más. Miguel se había recuperado sin dificultades, así que también largó junto a nosotros. Hicimos una salida controlada rumbo a la costa del río, para tomar nuevamente el camino que habíamos hecho en su parte final, durante la jornada anterior. Ya apenas salimos a la zona de monte, atravesamos varios tramos con agua sucia, para posteriormente salir a zigzaguear por tramos con bastante vegetación, donde fui junto a Fabián (Peperina). Cuando encontramos la senda vehicular rumbo a Molino Aventura, nos pusimos a trotar y Fabián quedó un poquito atrás.
Con 9 kilómetros de competencia, entramos al parque donde tuvimos un poco de diversión, Hicimos tramos en equilibrio sobre tablas, cubiertas, cuerdas y nos tiramos en tirolesa. Fueron unos 50 minutos de preciosa actividad, donde a nadie le importaba el tiempo (que seguía corriendo). A partir de allí, seguimos por senderos bastante limpios, para salir a la costa del río. Lo atravesamos con ayuda de una cuerda, y emprendimos el tramo final ya en Colón, para llegar a la meta en el puerto con 16.1 kilómetros de recorrido en 2 hs 53 minutos.

Después de un buen baño y del almuerzo ofrecido por la Organización, participamos de la entrega de premios. El podio de 50K fue copado por los tres uruguayos, ya que Adolfo ocupó el primer lugar, yo fui segundo y Miguel quedó tercero.
Fue una preciosa experiencia, con la atención de gente espectacular que nos hicieron sentir muy bien en todo momento. Como les dije: "volveremos, y llevaremos a varios más".

Año 2019, solamente superado por el 2013 en cantidad de kilómetros corridos
Este año 2019 me permitió disfrutar de 37 competencias y 982 kilómetros. Desde que comencé a correr allá por un lejano 2006, llevo 9.893 kilómetros en 514 competencias oficiales, con el privilegio de haber corrido en Uruguay, Argentina, Chile, Brasil, Perú, Estados Unidos, España, Portugal, Francia, Inglaterra, Alemania, Austria, Suiza, Italia, y de haber trepado montañas en Nepal (Campamento Base del Everest -5368 msnm- y Kala Patthar -5.550 msnm-). De esos casi 10.000 kilómetros en competencias, 5.760 Km. son de trail y 4.133 Km. en calle. Y en 2020, vamos por Mera Peak (Nepal) a 6.476 msnm junto a Andrés Silva, Dardo Parentini y Pablo Lapaz, en la excursión organizada por DestinOriente.

¿Afortunado, verdad?

domingo, 26 de mayo de 2019

Fiambalá Desert Trail (Catamarca). La gran carrera del desierto argentino

A partir de las experiencias vividas entre 2017 y 2018, con algunos compañeros empezamos a madurar la idea de correr en desierto. Lo más similar había sido el Raid de los Andes en 2013 (Tumbaya-Purmamarca y Salinas Grandes en Jujuy - Argentina, y Desierto de Atacama en Chile). El recuerdo de lo duro que me ha resultado Ultra Trail Cabo Polonio operaba como un freno, pero la mística y la proeza que se aprecian en videos de Marathon des Sables (Sahara), o en sus versiones "half" en el Desierto de Ica (Perú) y Fuerteventura (Islas Canarias), hacían que el sueño estuviera siempre presente. Es más, con Andrés "Pato" Silva, llegamos a manejar alguna fecha tentativa.

Y en octubre del año pasado llegó el día en que presenté "De la penillanura al Himalaya. Un corredor del montón convertido en ultramaratonista" en la Feria del Libro de Montevideo, donde se hicieron presentes varios amigos corredores. Recuerdo que entre sonrisas, me comentaron que habían resuelto ir a correr Fiambalá Desert Trail en su versión de 165 Km (4 etapas) en este 2019, conformándose un grupo con Mariana Quiñones, Mauricio Acosta -debutante en ultramaratones-, Andrés y Dardo Parentini, previéndose inicialmente ir en nuestros vehículos para tener libertad de desplazamientos allá. Mi respuesta fue casi instantánea. Tenía un atractivo adicional: iba a conocer las enormes dunas utilizadas por el Rally Dakar, cuando se corría por el norte argentino.

En Semana de Turismo -del 13 al 19.04.2019- tuve el privilegio de correr Peneda-Gerés Trail Adventure (135 Km) en Portugal, razón por la cual la carga física venía siendo importante. Finalmente, Dardo y Andrés fueron a correr a Ushuaia, y decidieron bajarse de Fiambalá, en tanto se sumaron Robert Acosta, Fernando Bonino y Andrés Montero. Después de analizar opciones de viaje, decidimos cruzar a Buenos Aires en Buquebús el domingo 5, para tomar el bus de Chevallier a las 16:15 en Estación Retiro con destino a La Rioja, llegando después de un muy largo viaje alrededor de las 11:00 del lunes 6. Anécdotas de ese viaje hay varias, pero no me extiendo. Nos esperaba un "transfer" de la Organización, que pasó por el aeropuerto donde levantamos a Milton Rodríguez Ponmerenck y Gabriela Fariña (Diego, su hijo, no viajó pues continuaba con su lesión de Cabo Polonio, y se está recuperando para correr un Ironman).

Llegamos a la pequeña Fiambalá (Catamarca), una preciosa ciudad en la precordillera a unos 1700 msnm, rodeada de enormes dunas y montañas, para instalarnos en "La Casa de Juan" a escasos 100 metros de la plaza principal (donde además se hacía la llegada de la carrera). Esta anécdota vale la pena: Cuando preguntamos en la plaza por nuestro destino, tres chicas nos preguntan "¿Qué Juan?"...obviamente, en esa pequeña ciudad, todos se conocen. Ante nuestra sonrisa, siguió un "Ah, sí! Aquí a la vuelta". Después de instalarnos, seguimos la recomendación de Juan, quien llamó por teléfono a un restaurante para que nos esperaran a almorzar, ya que eran las 15:30 horas. En la plaza, nuevamente estaban las chicas, a quienes les preguntamos por el restaurante. "Estamos aquí hasta las 16:00, así que hasta esa hora aceptamos consultas", nos dijeron entre risas. Robert llegó unos minutos después, sumándose a la mesa (viajó en solitario desde Tacuarembó).

A la tarde, fuimos hasta las Termas de Fiambalá donde pudimos disfrutar de un buen baño y relajar bastante los músculos. Fernando empezó a sentirse algo mal, muy posiblemente fruto de la altura y de los cambios de temperatura en el largo viaje en ómnibus. El día martes almorzamos junto a Milton y Gabriela, retiramos el kit de la carrera -me correspondió el N° 064- y asistimos a la charla técnica en la Disco La Morocha. En la tarde, visitamos el Museo del Hombre, donde hay dos momias de antepasados de la zona.

Etapa 1 - Punta del Agua a Las Papas - 33.7 Km en ascenso, en 6 hs 22 min.

Nos trasladamos en buses de la organización hasta Punta del Agua, un pequeñito pueblo en el desierto, desde donde largamos en ascenso hacia Las Papas. El camino se hizo algo largo, dado que permanentemente fuimos por arena y piedras, para hacer innumerables cruces del arroyo que baja de la montaña en la segunda mitad del recorrido. Solamente se puede circular en esa zona, en vehículos 4 x 4 o en cuatriciclos o motos todoterreno. Hice todo el camino marchando junto a Mauricio, previendo la necesidad de reservar energías para los días siguientes.

En algunos tramos, solamente hacía falta el "Halcón Milenario" o alguna otra nave de Star Wars, para que fuera una perfecta escena de la zaga. Los puestos de hidratación estaban perfectamente ubicados a distancias razonables, lo que nos permitió comer algo y reponer líquidos. En el tramo final de la etapa, Mariana -una colega argentina- avanzaba con bastante malestar, fruto de los efectos de la altura, ya que llegamos a 2.650 msnm. MQ había llegado un rato antes, en tanto Robert y Milton llegaron un poco después que nosotros. Fernando Bonino había sido llevado desde el Km 20 con hipotermia, y había recibido un inyectable, lo cual nos asustó un poco. Al día siguiente, fue llevado por la Organización a Fiambalá.

Las Papas es un pequeñito poblado con 80 habitantes -en su gran mayoría, familiares- 24 de ellos en edad escolar, que esperan ansiosos la visita durante dos días al año de este grupo de "locos que corren". Abren sus muy humildes casas de adobe y nos ofrecen todo lo que tienen, para que pasemos lo mejor posible. El agua caliente se genera con calentadores a leña, donde algún lugareño está pendiente de que el fuego no se acabe mientras haya algún corredor esperando para bañarse. En conversaciones con algunos, me señalaban que durante dos meses al año quedan totalmente aislados fruto de las lluvias. "Nos preparamos y esperamos que el tiempo pase", me respondieron ante mi consulta sobre qué hacen ...

Un aspecto de enorme destaque: la Organización y corredores, llevan mochilas con útiles escolares y juguetes para los niños. Es impresionante ver el agradecimiento de estos chicos, y la forma como disfrutan de las cosas más elementales. Acompañan a los corredores que llegan durante los últimos metros, hacen una preciosa fiesta, juegan en la única callecita hasta altas horas...

Un rato después de llegar, subimos con Mauricio hasta el Santuario de la Pachamama, una elevación al lado del pueblito, donde los pobladores se reúnen a honrar a la madre tierra y realizan ofrendas. me traje algunas piedritas de recuerdo de ese lugar místico, que además tiene una vista a 360 grados, espectacular. ¡Qué frío que hizo en la noche!, pues me tocó dormir en una especie de salón comunal con techo de paja y sin puertas...pese a que pusimos carteles de la Organización para cerrarlo un poco, el viento los tiraba.

Etapa 2 - Las Papas - Lagunilla - Las Papas. 42.8 Km en 10 hs 10 min.

El desafío en esta instancia, estaba planteado tanto por el largo recorrido como por la altura a la que debíamos llegar. Los primeros 15 kilómetros fueron de ascenso fuerte, donde fui junto a Mauricio y Milton, hasta que empezaron a quedarse un poco. Nos avisaron que iban a cortar parte del recorrido en la parte más alta, previéndose unos 38.5 kilómetros. No fue así...

Ascendimos hasta los 3690 msnm. en la zona de Lagunilla, una laguna en la parte más alta de la montaña, donde nos indicaron que debíamos hacer el recorrido por su alrededor hasta un puesto que se veía del otro lado, durante unos 5 kilómetros. Juro que si encontraba a R2-D2 y a BB8 en el largo tramo de arena antes de llegar a la laguna, no me hubiese llamado la atención (incluso una enormes piedras me parecieron los vestigios de alguna nave espacial...). El viento hacía de las suyas en algunos tramos, pero el día seguía presentándose bastante despejado. Sentí que mis duendes me acompañaban en ese recorrido. Una vez completada esa vuelta (que, según parece, era la parte que no debíamos hacer...y por eso los 38.5 K "anunciados"), subimos un poco más por zona con muchas piedras, hasta alcanzar los 3710 msnm -el punto más alto-, y empezar a bajar hacia unas termas en construcción en la zona. Me sentía bastante bien, pese a la altura. Con 28 kilómetros ya cumplidos, llegué al puesto de hidratación que en el camino de ida me había marcado 15K, así que ya me dí cuenta que iban a ser 43K.
Dado que tenía hasta las 19:00 para completar la etapa, aprovechaba las bajadas para trotar un poco más rápido. Finalmente, con bastante cansancio pero sintiéndome entero físicamente, completé el recorrido a las 18:10, cuando ya el sol bajaba. Robert, Mauricio, Mariana y Milton llegaron un poco después, aunque esa espera se hace interminable pues el deseo de ver pronto a los compañeros que la montaña y el desierto "devuelven", genera ansiedad y nerviosismo. ¿Llegarán antes del corte horario? ¿Estarán enteros? ¿Cómo habrán soportado los efectos de la altura? Apenas me fui a bañar -me estaba congelando- llegó Mariana y no pude verla, al extremo que pensé que aún venía en ruta cuando me dijeron que ya estaba esperando para cenar...

Alrededor de las 22:00, con Robert disfrutamos de unas cervezas que conseguimos en el único comercio del pueblito, propiedad del cacique/autoridad municipal/padre y abuelo de varios, bien fría y a un módico precio de $ 60. Parece que tan aislados están, que ni siquiera llegan los efectos de la inflación. Ante la situación vivida durante la noche anterior, con Mauricio decidimos mudarnos a la casita de adobe donde había descansado Fernando, y que tenía dos lugares libres.

Etapa 3 - Las Papas a Punta del Agua - 33.7 Km en descenso, en 5 hs 48 min.

El recorrido fue el mismo del primer día, aunque ahora en sentido inverso. Pese a que me propuse hacerlo a ritmo bien controlado guardando energía para la larga etapa final, salí un poco más rápido que mis amigos. Alrededor de los 4 Km, me superó Robert que iba a muy buen ritmo. Recogí un buff y una visera de corredores que los habían perdido, a quienes encontré un poquito más adelante... ni siquiera se habían dado cuenta. Seguí avanzando hasta que aproximadamente a los 16 Km sentí un grito "Jota". Me doy vuelta, y eran Mariana, Milton y Mauricio, que venían cruzando el arroyo, así que los esperé y seguimos juntos durante un buen rato, hasta el último puesto de hidratación a unos 7 kilómetros de la meta.

A partir de ese punto, Milton se fue adelante con un ritmo de marcha realmente envidiable, en tanto Mariana y Mauricio quedaron un poquito atrás. Nos esperaba un muy leve ascenso con mucha arena suelta y piedras, para finalmente llegar a la meta. Estuvimos un largo rato esperando por el traslado a las Termas de Fiambalá, unos 60 Km de Punta del Agua, ya que tuvimos algunas dificultades logísticas con los vehículos de la organización.
Los vecinos prepararon un fueguito y mate, así que pudimos conversar bastante mientras esperábamos. Finalmente, en camionetas e incluso en la ambulancia, fuimos trasladados hasta el lugar donde dormiríamos esa noche, en la zona municipal de las Termas.

Después de instalarnos, con Mauricio y Robert preparamos el mate y decidimos ir hasta las termas, con un ascenso bastante pronunciado a una distancia de unos 800 metros. Hicimos "dedo", así que una camioneta que subía nos llevó hasta la entrada. Después de un buen rato conversando y aprovechando para relajar los músculos, volvimos al salón municipal. Ahí, Milton nos sugirió ir a cenar a un pequeño restaurante ubicado al lado, cosa que hicimos para evitar la enorme cantidad de corredores que compartían el salón. Sabia decisión, ya que pudimos además disfrutar de unas cervezas, y recibir el ya famoso "sandwiche de bondiola" preparado por Milton.

Poder descansar a la noche, fue algo complicado dada la enorme cantidad de gente y la existencia de un solo baño para caballeros y dos para damas, así que muy temprano en la mañana, ya estábamos levantándonos para ir a desayunar nuevamente al mismo lugar de la cena. Los corredores que largaban los 80K se habían sumado al contingente, pues también salían desde el mismo lugar, razón por la cual empezamos a ver "caras nuevas". En la previa, circuló la versión de que se iba a cortar parte del recorrido para "compensar" en algo lo que habíamos hecho de más en la segunda etapa, pero largamos sin ninguna confirmación.

Etapa 4 - Termas de Fiambalá a Fiambalá - 62 Km en 12 hs 56 min.

Temprano a la mañana, Mariana nos comentó que pensaba abandonar pues no se sentía bien. Muy posiblemente, fuera más la fatiga mental que física, como suele suceder en este tipo de competencias tan duras por etapas. Por suerte, la insistencia -en particular, de Milton- hizo efecto y decidió cumplir con todas las etapas. Largamos a las 8:00 en bajada, para tomar por senderos de arena durante unos 8 kilómetros. Robert enseguida me superó a muy buen ritmo. Llegamos al primer puesto de hidratación, ubicado al ingreso al lecho seco del río, por donde debíamos seguir hacia la derecha, rodeados por las enormes barrancas, en la más clara evidencia de lo que crece el río en época de lluvias. Durante ese largo tramo, avancé junto a un grupo de corredores argentinos, hasta que -llegando al 2° puesto de hidratación- empezó a bajar algo de agua (muy posiblemente, abrieron alguna compuerta) que generaba un barro bastante pegajoso.

Seguimos unos kilómetros más, para salir del lecho y empezar a subir hacia el tercer puesto de hidratación, ubicado en el Km 26. Cuando salía, veo llegar a Milton, así que estuvimos conversando brevemente. Seguí subiendo hacia la zona de minas a cielo abierto durante un buen trecho, complicado por las enormes piedras, arena suelta y el ascenso permanente por zonas peligrosas. Alcancé el punto más alto, y comencé a bajar para llegar al 4° puesto de hidratación, donde estaban haciendo un asado...para la gente del staff!

Seguí bajando, para salir finalmente a la ruta que lleva a las Termas, muy cerca del punto de largada de la etapa. Hice aproximadamente un kilómetro, para llegar al punto donde los corredores de 165K, 80K y 50K, ingresábamos a la izquierda para subir nuevamente por un enorme cañadón con barrancas y grandes piedras. Tenía un margen de 2 hs 15 minutos en relación a la hora de corte, y según me indicaron, debía hacer unos 6 kilómetros entre ida y vuelta (una especie de "rulo"). Avancé, para ver bien a mi derecha, al otro lado de la enorme grieta o cañadón, a los corredores que bajaban, divisando entre ellos a Robert. Lo saludé a la distancia, pero según me confesó después, no me identificó.

Subiendo siempre, llegué al punto más alto de ese tramo, donde me indicaron que debía comenzar a bajar. Consulté si registraban mi paso, y recibí respuesta negativa... No hubo ningún control, así que eventualmente alguien podría haber cortado camino y bajar antes. En fin, cosas a corregir. En ese tramo en bajada, alcancé a Jorge (otro uruguayo, fernandino) que venía bajando con bastante malestar, y a otro corredor que también venía haciendo arcadas y preocupado por el límite horario, pues se había quedado sin carga en el reloj. 45 minutos tenemos, para hacer no más de 3 kilómetros, le dije. En ese tramo, sentí que Mauricio me gritó desde el otro lado. Además de la alegría de saber que venía en carrera, le pregunté por Mariana y Milton. "Quedaron atrás", me gritó.

Fuimos bajando, para finalmente llegar al puesto con 5 minutos de margen ("en el anca de un piojo") a las 18:55. Quedaban los últimos 8 kilómetros de arena y piedras rumbo a Fiambalá, en bajada, con horario límite a las 21 horas. Enseguida encendí la linterna frontal. Pese a que siempre se veían las luces de la ciudad a lo lejos, costaba encontrar muchas de las señales, pues las cintas rojas se enredaban en las ramas y ocultaban los adhesivos reflectivos. Encontré a Mónica -la esposa de Víctor, que venía con Milton- y Gerardo -que se había quedado sin baterías en su frontal-, que conocían muy bien el recorrido, así que avanzamos en conjunto.

Finalmente, llegamos a la meta a las 20:56. Robert había llegado un rato antes, en tanto Mariana no había hecho el último tramo de 6 kilómetros en el cañadón, siendo derivada directamente a la meta, y Mauricio llegó un poquito después pues había sido cortado en el último control, al no llegar al límite horario. Andrés Montero había completado sus 30 kilómetros (que fueron 32), y Fernando continuaba en recuperación. Dado que habían solucionado su alojamiento allí en Fiambalá, decidieron quedarse en tanto los demás nos fuimos a Tinogasta -50 kilometros- donde nos alojamos en el Hostal Sisabel.
Carrerón, para todos. Con mucho aprendizaje, resulta particularmente grato seguir descubriendo estos lugares mágicos, místicos, y con gente tan especial. "La gran carrera del desierto argentino recorrió senderos de montaña y desierto, transitando por el paso de San Buenaventura, Las Papas, la denominada Ruta del Adobe, termas de Fiambalá y las altas cumbres entre caminos mineros, atravesando valles, cruzando arroyos de deshielo, ascendiendo altas montañas, cruzando un desierto de interminables obstáculos y durmiendo en pequeños poblados al pie de la Cordillera de los Andes. Puedo considerarme muy afortunado, pues no he sentido efectos de la acumulación de competencias tan duras, donde el entrenamiento consistente en Cantero Entrenamientos tiene mucho que ver. En esta oportunidad, tengo el privilegio de decir que completé una competencia en desierto sobre un total de 172 kilómetros con un desnivel acumulado positivo de 5100 metros, en un tiempo total de 35 horas 19 minutos (54° posición en la general, 14° en la categoría).

¡Salud, compañeros! Y hasta el próximo desafío.

jueves, 2 de mayo de 2019

¿Correr 135 Km por etapas en Portugal? Peneda Gerês Trail Adventure, imperdible experiencia

En Semana de Turismo del año 2018, Miguel A. Rivadavia publicó fotos de una competencia que estaba disputando en Portugal, que me llamaron la atención. Cuando lo consulté por esos lugares, me refirió a “Peneda Gerês Trail Adventure” señalándome que era una competencia que no podía dejar de hacer (“como te gustan a vos”, me dijo), en particular en su versión de 7 días. Cuenta con la organización de Carlos Sá Nature Events, y ofrece cuatro opciones: 4 y 7 días, categorías Starter y Advanced en cada caso, lo que determina la posibilidad de correr 212 kilómetros (7 días Advanced), 134 kilómetros (7 días Starter), 135 kilómetros (4 días Advanced) y 80 kilómetros (4 días Starter). Ofrece además un programa para acompañantes, razón por la cual Adriana también estuvo presente.

El Parque nacional Peneda-Gerês (PNPG) es el único parque nacional de Portugal, y está situado al noroeste, en el límite con España (Galicia). Comprende los municipios de Melgaço, Arcos de Valdevez, Ponte da Barca, Terras de Bouro y Montalegre. Aunque no tiene alturas muy importantes, presenta algunas montañas que le dan un toque característico: Laboreiro, Peneda, Soajo, Amarela, Gerês y Pisco. El punto más alto -Nevosa- alcanza los 1545 msnm, y está atravesado por numerosos ríos, arroyos y cascadas en las laderas de los montes. Varios pueblitos de pocos habitantes se ubican en las zonas altas, junto a terrenos de siembra buscando aprovechar al máximo los escasos lugares cultivables, razón por la cual la competencia adquiere un tinte particular ya que es común transitar junto a casitas tradicionales con paredes de granito y tejados, o incluso por zonas de plantaciones. Algunos lugares que no dudo en calificar como “maravillas”, son Sistelo, el Santuario da Peneda, el milenario Ponte da Mizarela (desde donde se hizo la largada de la primera etapa) y Pitões das Júnias.
En general el clima es bastante húmedo y algo frío, llegando incluso a nevar en las partes más altas, todo lo cual se hizo sentir durante los días de competencia ya que prácticamente estuvimos sometidos a una permanente llovizna con escasos ratos de sol.

Por razones logísticas, la competencia tiene un número limitado de participantes, que son trasladados de un punto a otro en buses contratados por la Organización, y nos alojamos en hoteles de muy buen nivel. En su 6a edición, se verificó la participación de 171 corredores en sus diferentes modalidades. En la mía -7 días Starter- fuimos 38. También estuvo presente la uruguaya Silvia Meikle, residente en Bélgica, que compitió en 4 Días Advanced.
Volamos a Oporto el día jueves 11, vía Madrid, para llegar el viernes 12 a la mañana y alojarnos en el Hotel Castelo de Santa Catarina. La ciudad resulta muy agradable, con preciosos paseos que hicimos caminando. El día sábado a la mañana -8:30- nos trasladamos hasta el centro, desde donde nos llevaron en buses de la Organización hasta la Vila do Gerês, para alojarnos en el Hotel Universal. Retiramos el kit -me correspondió el N° 121 y fui identificado como Jorge Saldanha (por el origen portugués de mi apellido materno)- y un lindo bolso para el traslado de nuestras pertenencias desde un punto a otro.

1a. etapa
A la tarde, nos trasladamos hasta el Ponte da Mizarela desde donde se hizo la largada de la categoría Advanced. Enseguida, los competidores de la categoría Starter fuimos llevados a Fafiäo, desde donde largamos rumbo a la Vila do Gerês, por un recorrido algo técnico con una fuerte subida y posterior bajada en una distancia total de 10.3 kilómetros, un desnivel acumulado positivo de 687 metros llegando como punto más alto a los 831 metros, que completé en 1:47:30 ocupando la 20a. posición en la categoría.

2a. etapa
A primera hora de la mañana, entregamos los bolsos a la Organización ya que a la llegada nos alojamos en el Hotel Ribeira Collection, en Arcos de Valdevez. En tanto la categoría Advanced largó desde Gerés, la Starter lo hizo desde Germil con llegada a Ponte da Barca, con una distancia total de 19.6 kilómetros, un desnivel acumulado positivo de 331 metros (ya que en su mayoría fue en bajada) llegando a una altura máxima de 618 metros, que completé en 2:43:42 ocupando la 16a. posición en la categoría.La jornada se presentó con una llovizna bastante persistente, lo que complicaba un poco en los descensos técnicos por zonas con piedras mojadas.
En la tarde, pudimos pasear un poco por la ciudad, aprovechando para mover los músculos a ritmo suave mientras conocíamos algunos lugares característicos.

3a. etapa
Nuevamente nos enfrentamos a una etapa con tramos en bajada, salvo la primera parte en subida que nos llevó a los 683 metros de altura, con un desnivel acumulado positivo de 267 metros. En tanto la categoría Advanced largó desde Arcos de Valdevez, bajo lluvia, la categoría Starter largó desde Lordelo, con llovizna, viento y bastante frío. Fueron 24.8 kilómetros -la etapa más larga de nuestra categoría- que completé en un total de 3:16:45 ocupando la 17a. posición, con un tramo bastante largo por la ecovía al costado del río. A la tarde y después de descansar un poco, fui hasta la piscina del hotel donde pude disfrutar del jacuzzi, que vino muy bien para relajar un poco la musculatura.

4a. etapa
Nuevamente entregamos los bolsos a primera hora, ya que al cabo de la etapa, nos alojábamos en Melgaço. Tanto la categoría Advanced como Starter, coincidimos en el lugar de largada y recorrido. Largamos desde la preciosa Sistelo -una de las 7 maravillas de Portugal- con bastante frío, para culminar en Lamas de Mouro. Fueron 23.3 kilómetros de distancia total, bastante técnicos, con un desnivel acumulado positivo de 1410 m y llegando a una altura máxima de 1.288 msnm. En la zona más alta, cruzamos bajo una granja eólica, con sus enormes molinos haciendo un sonido grave y profundo, zona en la cual divisamos nieve muy cerca del sendero.Es indudable que esos enormes molinos provocan una cierta ruptura con la riqueza del paisaje natural del Parque, generando una sensación desagradable a la vista, pero el progreso muchas veces tiene estos efectos.

En la bajada, increíblemente, estuve perdido por unos 600 metros, ya que no identifiqué una bifurcación del camino (perfectamente marcada...venía mirando hacia abajo), hasta que me dí cuenta que no tenía a nadie ni delante ni detrás, y no divisaba cintas. Retorné y encontré el sendero, así que tuve que apurar el paso para evitar que quienes competían en mi misma categoría, me superaran o sacaran mucha diferencia.
Finalmente, completé el recorrido en un tiempo total de 4:30:02, ocupando la 28a. posición.
En la zona de meta, pudimos darnos una ducha con agua caliente y almorzar. Posteriormente, se hizo la entrega de premios de las categorías de 4 días, que culminaban su desafío.

5a. etapa
Nuevamente ambas categorías largamos juntos, desde la frontera con España, lo cual le dio un toque diferente. El recorrido de 18.1 kilómetros fue bastante suave, con continuas subidas y bajadas pero sin un desnivel importante, acumulando un total de 680 metros y llegando al punto más alto, a los 201 metros. La llegada en Melgaço, después de 2:57:18 de carrera y ocupando la 23a. posición, estuvo muy buena, pues nos permitió disfrutar del pasaje por dentro de las murallas de un castillo, para culminar en la plaza del pueblo.
Después de una ducha en el lugar, disfrutamos de un almuerzo, para posteriormente irnos caminando hasta el Hotel Monte Prado donde pude disfrutar de la piscina en la tarde. Poder mover los músculos en el agua y posteriormente aplicar crema antiinflamatoria y hacerme algunos masajes, me permitía una recuperación muy razonable.

6a. etapa
Nuevamente las categorías se separaron, largando la Advanced desde el espectacular Santuario da Peneda, en tanto la Starter lo hizo desde el Miradouro da Peneda, para recorrer un total de 19 kilómetros con un desnivel acumulado positivo de 747 metros, llegando al punto más alto en los 825 msnm. La acumulación de etapas se hacía sentir, ya que el hecho de correr todos los días -aunque no fueran distancias muy largas- provoca un natural desgaste muscular y dolores, pese a lo cual no puedo quejarme del desempeño.
Marqué un tiempo total de 3:17:52, ocupando la 21a. posición en la etapa. La llegada a la zona del Castillo de Lindoso estuvo dura -por la subida pronunciada al final- pero espectacular por la belleza del lugar.

7a. etapa
Y llegamos al último día. Pese a que nos habían indicado que la distancia era de 15 kilómetros, en realidad fueron 19.4 que completé en 2:54:43, con un desnivel acumulado positivo de 639 metros y llegando al punto más alto, a los 1172 msnm., ocupando la 26a. posición en la etapa. En tanto la categoría Advanced largó desde Pitões das Júnias, la Starter largó desde Travassos do Río, para culminar en Montalegre.Después de una ducha en el gimnasio de llegada, disfrutamos de un almuerzo (suave, en mi caso) para posteriormente dirigirnos caminando hasta el alojamiendo cercano, en la Casa do Castelo.

En resumen, marqué un tiempo total de 21:28:16 para los 134.5 kilómetros de recorrido de la categoría “7 días Starter”, ocupando la 14a. posición en la general, la mejor ubicación al cabo de cada etapa, como resultado de la consistencia y resistencia a lo largo de los días. En tanto muchos competidores estaban sufriendo las consecuencias físicas del esfuerzo -con ampollas, esquinces, heridas- en mi caso no sufrí ninguna lesión, salvo los dolores musculares propios del esfuerzo diario. Usé calzado deportivo Altra, el mismo que estoy utilizando en distancias largas, y me resulta realmente cómodo. Registré un desnivel acumulado positivo de 4760 metros, llegando como punto más alto a los 1.288 msnm.
A la noche, se hizo la entrega de reconocimientos y premios a los participantes, en ocasión de la cena de despedida. A la mañana siguiente, los buses nos llevaron hasta Guimaräes, donde pudimos disfrutar de un paseo por una fortaleza, el Castillo de los Duques y zonas históricas, para finalmente llegar a Porto, donde nuevamente nos alojamos en el Hotel Castelo de Santa Catarina. Esa tarde y el día siguiente, fueron aprovechados para pasear nuevamente por la zona del puerto, absolutamente colmada de turistas en su mayoría españoles que aprovechaban el fin de semana, además de comprar algunos recuerditos y regalos.
¿Volveré? Es una experiencia que calurosamente recomiendo a todos los amigos, ya que por un precio razonable, podemos disfrutar de una competencia realmente inolvidable en un entorno místico y con paisajes maravillosos, alojándonos en hoteles de muy buen nivel y disponiendo de alimentación y bebidas muy abundantes en cada etapa. El personal de la Organización está siempre dispuesto a solucionar cualquier situación que eventualmente se presente, y nos hizo sentir muy bien, mostrando un humor muy particular aún en los momentos de mayor actividad. Vean la foto...
Sin lugar a dudas, es una carrera organizada por corredores, que conocen muy bien la enorme cantidad de senderos del Parque Nacional, y que tienen un excelente vínculo con los municipios y los pobladores de la zona, que brindan todo su apoyo.

Fue mi competencia N° 62 de "Maratones y Ultramaratones". Y seguimos sumando.

sábado, 27 de abril de 2019

Renacimientos, Tiger Woods y Ajax

En ocasión de mi reciente participación en Peneda Gerés Trail Adventure en Portugal, tuve oportunidad de leer alguna prensa, lo que me motivó a comentar un par de hechos de los últimos días: el renacimiento de Tiger Woods y la resurrección del “fútbol total” en manos del Ayax.

Dice José Luis Hurtado (periodista de Marca), que hay deportistas tan buenos que por más que lo intentan, no logran destruirse del todo, haciendo referencia al gran Tiger. Recuerda que hace un par de años, fue detenido por agentes del orden en una autopista, publicándose en la prensa de ese momento, su ficha policial con mirada perdida en lo que se presagiaba como su final. “Para algunas cabezas el éxito es un agobio y un aburrimiento. Tiger se saltó todas las estaciones del ánimo a lo grande, pero es demasiado bueno”, señala Hurtado. Hoy, a sus 43 años, acaba de volver a coronarse ganando un Masters, nuevamente el de Augusta.

La referencia al Ayax de Holanda, ineludiblemente debe comprender a la época de Cruyff, gran responsable de la creación de un estilo de “fútbol total” según el cual el Ayax “no sabe jugar mal”. Solamente ha podido ser “destruido” por la gorda billetera de los grandes clubes europeos, pero cada tanto es capaz de renacer, como en la actualidad dejando por el camino al poderoso Juventus y su pléyade de estrellas (nada menos que en Turín).

Ya nos estamos acostumbrando a identificar a De Ligt (con sus 19 años, estilo desenfadado y cara de bebé), De Jong, Van de Beek, Neres… con la genial instrucción de su entrenador Erik ten Hag: “No pido que salgan a competir; basta con que salgan a divertirse”. ¿Será Barcelona el futuro destino de De Ligt, haciendo así realidad su sueño de jugar junto a su ídolo de la infancia Luis Suárez?

Este sorprendente Ayax salió con desenfado a recuperar el encanto del “fútbol total”. Se despojaron de toda preocupación laboral sin renunciar al beneficio del entusiasmo. “No salieron a trabajar: salieron a jugar”, concluye Julio César Iglesias.

Y no hay dudas que las cosas hechas con entusiasmo, diversión y calidad, siempre salen bien.


domingo, 31 de marzo de 2019

Champa Ultra Race y Cabo Polonio Trail


Un año cargado de desafíos

Muchas de las frases que circulan en redes sociales sobre el comportamiento de los corredores, hacen referencia a una condición: la capacidad para hacer cosas muy extrañas para el común de los mortales. Así, pueden leerse comentarios desde salir de la zona de confort, entrenamientos en condiciones climáticas y horarios poco normales, hasta la ya famosa referencia de Marciano Durán en "Esos locos que corren” cuando señala que son capaces de recorrer 200 kilómetros para correr 10. Ya le he dicho a Marciano que se quedó muy corto… hicimos 2.300 kilómetros.

¿A qué viene toda esta introducción? A que para el corriente año, decidí armar un programa de actividades bastante cargado, aprovechando la ida a competir en la CCC del Mont Blanc (asegurada, pues tenía los puntos suficientes y había quedado fuera en el sorteo en los dos últimos años). Así, corrí los 10K de San Fernando (Maldonado) el 05.01, seguí con los 21K de Punta Ballena Trail Run el 20.01, el ascenso al Volcán Lanín el 28 y 29.01, los 16K de Reto al Mataojo en Pueblo Edén el 03.02, los 17K del Reto al Amanecer en Piriápolis el 17.02 (donde tuve el privilegio de ser “corredor sanitario” y operar como “escoba” cerrando la competencia, gracias a la invitación del organizador Roberto Saule), los 15K de Trillos Noche (¡qué bueno correr en la noche, y por las barrancas de Kiyú!), los 19k de Desafío Dos Arroyos por arena entre los arroyos Carrasco y El Pinar, para irme a correr Champa Ultra Race en San Javier (Traslasierra, Córdoba) el 8 y 10.03. Y aquí hago un paréntesis. Como consecuencia de un desperfecto en mi calzado en Dos Arroyos, terminé corriendo descalzo, lo que me provocó una tendinitis en el talón del pie derecho, así que estuve tomando antiinflamatorio y usando tobillera hasta el día previo al viaje…

Terra Incognita

Uso ese término que se incorporaba como inscripción en los mapas antiguos, para referir a las tierras situadas más allá de las zonas conocidas por la civilización occidental. En realidad, miento un poquito o bastante –considérenlo una “licencia poética”- pues ya he estado en esa zona de Traslasierra, Córdoba en otras oportunidades, llegando un par de veces a la cumbre del Cerro Champaquí con sus casi 2900 msnm (metros sobre el nivel del mar). Mi primera ultra fue la Half Mision, precisamente allí. ¿Cómo olvidar las maravillosas vistas desde la cumbre, el impresionante viento y frío reinante, la interminable madrugada por el Sendero de las Cabras, el zumbido penetrante de los cables de alta tensión en la noche cerrada, el cielo absolutamente despejado repleto de estrellas donde se dibujan las más extrañas figuras, e incluso la trucha al roquefort de La Fonda de Buca?

Nunca había corrido Champa Ultra Race, y por tanto allá fuimos junto a Pablo Lapaz, Elena Pareja y Yovanna Barreto (que se sumó en los días previos), entrenadas por el amigo Paul Medina, con quien coincidí en El Cruce Columbia 2013.

Lo de “incognita” o “ignota” podría referir también a las compañeras de viaje y carrera, pues fue la primera vez que compartimos una aventura de este tipo. Es más, con Yovanna he compartido varias carreras, pero con Elena creo que nunca me había cruzado. Viajamos en el auto de Pablo el jueves 6 –salimos a las 5:15 AM- para llegar a Villa Las Rosas (donde teníamos el alojamiento) a las 19.00 horas. Viaje largo, plagado de anécdotas y comentarios sobre carreras, que incluyó una parada en plena sierra de Córdoba para comprar vino “patero”, queso y salamín. La temperatura estaba bastante elevada, así que con Pablo pudimos disfrutar de la piscina del lugar.

En la madrugada, se descargó una tormenta fuerte. A la mañana, teníamos corte de energía pues habían caído algunos árboles y cables de electricidad. Mientras desayunábamos, vimos pasar por el camino a dos amigos uruguayos –Gonzalo Sosa y Guillermo Pereira, del grupo de Roberto Saule-, que habían llegado a las 5:00 AM después de un muy largo viaje desde Maldonado, y de haber estado dos horas detenidos por la caída de un árbol en la carretera. Junto a otros uruguayos (el Pato Acevedo y “Runtrail Bike” del grupo MQ entre ellos) y dos argentinas, liderados por Laura Barrios, estaban alojados relativamente cerca de nosotros.

Hasta las 17:00 horas, no hubo energía eléctrica. De nuestro grupo era el único anotado para correr el “Kilómetro Vertical” (KMV), que largaba desde la Estancia La Constancia, a escasos kilómetros de San Javier, pero por un camino muy poco transitable, así que decidimos ir con tiempo. La temperatura había bajado bastante.

Cuando retiré el kit, me señalaron que era el primero en largar, exactamente a las 16:00. ¿Será consecuencia de la “ansiedad”, por haber sido el primer inscrito? Recordando el KMV que corrí junto a Pablo en la Transalpine Run 2015, y considerando mi tendinitis, estimé un tiempo de 1:30. Había una tenue llovizna, así que emprendí el camino con la 2ª piel y la remera de carrera. Los siguientes competidores largaron cada 15 segundos, y por tanto al poco tiempo empezaron a superarme. El ascenso se hizo duro, exigente, en particular a partir de los 2 kilómetros de carrera (nos esperaba una distancia total de 5 kilómetros). No me preocupó, pues busqué cuidarme y disfrutar del recorrido, sacando fotos.

Completé el ascenso en 1:27:57, superando solamente a 4 de los 52 competidores del KMV, pero me sentí realmente satisfecho. Me abrigué a mitad del ascenso pues el muy fuerte viento y frío, se hacían sentir al extremo que las ráfagas amenazaban con tirarnos. Decidí bajar “al palo”, aunque solamente se computara el tiempo del ascenso, para tomarlo como entrenamiento, y lo hice en 1:02. Abajo, me esperaban Pablo, Yova y Elena, disfrutando de un café en las cómodas instalaciones de la Estancia… Pensaba señalar aquí que no me estaban esperando en la meta y que por tanto no tengo fotos de mi llegada; opté por señalar que estaban reponiendo energías en un lugar calentito… Es broma, obvio. Lo positivo: no sentí molestias en el tobillo.

Después de un buen asado en la noche, el sábado fue día de descanso. Ello nos permitió disfrutar de una preciosa feria de alimentos y artesanías en la plaza de Villa Las Rosas, donde almorzamos pastas caseras y cerveza artesanal.

El domingo a las 6:30 AM, Pablo largó sus 44 K. Fui a llevarlo, oportunidad en la que encontré a Mari Cervini, Carlita Dadomo y Diego Fava, y volví a descansar un poquito; dormir, imposible, pues largaba a las 9:30, al igual que Yova, pues había decidido bajarme a los 26K (en lugar de los 44K) para cuidar mi tobillo. Elena largó los 18K, a las 9:50.

Open the blast doors

Esta frase está tomada de Star Wars Episodio IV. ¿No tiene mucho que ver con correr subiendo el Champaquí, verdad? Bueno, me vino a la memoria y listo. Acéptenlo.

Apenas largamos desde la Plaza de San Javier, empezamos a subir por el camino asfaltado –que en mis anteriores participaciones era de balastro- con una pendiente fuerte. Hicimos un kilómetro hacia arriba, cuando ya vi que Yova se iba adelante a paso firme. Ingresamos por un camino de tierra hacia la derecha en general en subida, con algunos descensos. Así avanzamos, compartiendo con quienes iban a menor ritmo, aprovechando para conversar y tomar fotografías. Llegamos hasta el punto donde se separaban las distancias, en el Cerro de la Cruz. Seguimos subiendo por caminos bastante limpios y con el cielo nublado.

Avanzando de esa manera, llegamos al Puesto de Don Carlos Ferreyra, lugar muy conocido en la zona y donde siempre he pasado en cada carrera corrida allí. Iban unos 9 kilómetros, y aproximadamente 1h 42 minutos, así que me sentía satisfecho con el ritmo. Me rehidraté y comí algo de alimento, y continué mi camino al pie de las Sierras Grandes. Seguimos por un tramo con subidas y bajadas, bastante trabado, para llegar al lugar donde el camino se juntaba con quienes corrían los 18 K. A partir de allí, nuevamente continuamos subiendo por un sendero bastante limpio, para llegar al punto más alto de nuestro recorrido a los 13K, 1430 msnm, entrando a la Estancia La Constancia con poco más de 2hs 30 minutos de carrera.

Después de rehidratarme nuevamente, crucé el puentecito donde se había hecho la largada del KMV, para subir unos pocos metros, saludar a José ("Clavo de Hierro", amigo de estas aventuras que estaba en la organización) y a partir de allí, tomar la Cuesta de las Cabras bajando por la denominada Huella del Infiernillo. El sendero está bastante lleno de piedras, así que se hizo algo lento. En el Km 18, encontré un nuevo puesto de hidratación, donde alcancé a Julio Ernesto Espinosa, un amigo argentino que hacía su debut en la disciplina y que tenía a su esposa esperándolo. Según me dijo, le había prometido que llegaba en unas 5 horas, así que le dije a Eduardo que llegábamos en menos de 4:30. Dado que mi ocasional compañero venía con alguna molestia muscular, cada tanto paraba a estirar y recuperarse. Nos superó Gustavo Reyes, ganador de la distancia mayor, 62K.

Encaramos la Quebrada de Ambrosio, llena de cruces de arroyos así que no hubo más remedio que mojarnos, pese a que hasta ese momento había podido mantenerme seco. Llegamos a la bifurcación de la Hondonada, Km 23.5, para continuar por un sendero con barro y siempre cruzando arroyos, divertido pese a las dificultades. Finalmente, llegamos al último kilómetro de acceso a San Javier, asfaltado y en bajada, para desplegar toda la velocidad junto a mi ocasional compañero, momento en el que le dije: “seguí adelante, que te esperan”. Insistió en que llegáramos juntos, así que le sugerí hacer el “avioncito”, para completar el recorrido en 4:14:56 para los 25.6 kilómetros de recorrido total (9:58/km, promedio satisfactorio para mis condiciones y por el hecho de haber corrido el KMV, 40 horas antes), ocupando la posición 35 en la categoría y distancia. El abrazo de Julio Ernesto con su esposa y las lágrimas de alegría a la llegada, quedarán en el mejor de los recuerdos.

“No existe la casualidad ni las coincidencias”

Pese a que Yova y Elena ya habían completado sus desafíos, me costó bastante encontrarlas… habían ido a tomar una cerveza. Es más, Yovanna fue primera en su categoría con un excelente tiempo de 2:58:43, con casi 7 minutos de margen sobre la 2ª colocada. Elena había completado sus 18 kilómetros en 2:58:22 (corrió prácticamente al mismo ritmo que yo), ocupando la posición 55 en su categoría. Estuvimos esperando un buen rato a Pablo, que completó sus 44K en 8:45:29 (57 en la categoría y distancia).

Después de alimentarnos y esperar la entrega de premios –de Yovanna y Gonzalo Sosa (primero en la general de caballeros de 26K, con un impresionante registro de 2:07:52)- volvimos al alojamiento para bañarnos y juntar todo el equipaje, ya que debíamos emprender el retorno. Salimos a las 18:50, con una leve llovizna y bastante tránsito en las sierras de Córdoba, por ser domingo. Pese al intento de dormir cuando el otro maneja, con una carrera con tantas anécdotas es muy difícil hacerlo, en particular para el hiperactivo Pablo, así que terminé manejando la mayor parte del recorrido. Después de un viaje bastante cansador, llegué a casa a las 8:10 de la mañana, para bañarme e ir a mi clase en Facultad (ese día tenía el inicio de actividades…).


¿Vieron por qué digo que Marciano Durán se quedó muy corto? Prefiero a Forrest Gump, interpretado por Tom Hanks, cuando dice “la vida es una caja de bombones, nunca sabes qué te va a tocar”. Es que con Yova y Elena no habíamos compartido experiencias así debíamos aprender a convivir con nuestras diferencias. Resultó todo un descubrimiento –como en general me ha pasado- con imperdibles intercambios y anécdotas, que enriquecen nuestras vidas. ¿Puede haber mayor fortuna?

5K Asociación Down

Una semana después y con un cierto descanso, participé de los 5K Asociación Down aquí en el Prado, aprovechando para tomar muchas fotografías y conversar con amigos. Es ese tipo de desafíos a los que me encanta sumarme, ya que me permite hacer deportes de modo solidario, y sin preocuparme por los tiempos y ritmos. La tendinitis seguía molestando un poco, pero no me impedía trotar.

Cabo Polonio Trail

Y el sábado 23, me fui a correr al Cabo Polonio. Después de hacerlo en 2015, no había vuelto a este circuito. Coordinamos con Andrés Silva, y lo levanté a las 4:30 AM para posteriormente pasar a buscar a Leo –uno de los compañeros de Andrés en la Agencia Nacional de Vivienda, que fue a disfrutar del asado- en Ciudad de la Costa, para llegar a la entrada del Cabo a las 7:25 AM (muy temprano…). A las 8:30 tomamos el camión, que nos dejó en el destino, para alojarnos en el Hostal Sueño Profundo, donde ya estaba Cristina Da Cunha desde el viernes pues había viajado con Luciano Caro. Los demás compañeros de Andrés llegaron cerca de mediodía, pues habían tenido problemas en el vehículo y viajaron en ómnibus.

“Ave Caesar, morituri te salutant” (Salve César, los que van a morir te saludan)

Andrés y Cristina largaron los 60K a las 12:30. Mariana Quiñones, los compañeros de Cantero Entrenamientos Nacho Puig y Julio Sosa, largaron los 42K a las 14:30. En mi caso, largué los 21K a las 15:30 junto a Dardo Parentini, Andrés y Renée Montero, fijando como objetivo marcar no más de 3 horas para todo el recorrido. Es cierto que es un promedio pobre, pero se trata de un circuito muy duro, con casi todo el recorrido sobre arena blanda, así que más vale ser precavido. Andrés se me fue un poquito adelante –“voy a correr tres carreras de 7 kilómetros cada una” me dijo-, rumbo a la entrada al Cabo, por el sendero de los camiones en leve subida y por arena totalmente suelta. Completamos los 6K en el puesto de hidratación que estaba al ingreso del sendero, momento en el que alcancé a Andrés y encontré a Diego Rodríguez Fariña (había largado junto a su padre Milton, los 60K) con un fuerte dolor en la rodilla y pensando en abandonar, cosa que finalmente hizo.

Tomamos hacia el Este por el sendero rumbo a la desembocadura del arroyo Valizas, interminable y siempre con arena suelta. Después de mucho esfuerzo, llegamos al 2° puesto de hidratación, ubicado en el Km 13, momento en el que disfrutamos de dulces, fruta e hidratación. Seguimos por tres kilómetros atravesando las enormes dunas del Cerro de la Buena Vista, para salir al costado del océano y emprender el tramo final rumbo al Cabo.

Con alguna molestia en el talón –la maldita tendinitis- pero pudiendo mantener el ritmo, finalmente completé mi recorrido de 25.6 km en un tiempo total de 2:47:46 (8:08/km, promedio bastante mejor que en mi anterior participación) ocupando la posición 54 (entre 80 en la distancia). Mariana Quiñones –MQ- fue primera entre las mujeres en los 42 kilómetros, con un tiempo envidiable de 5:32:14. Fernando Bonino –compañero en la próxima aventura en Fiambalá, Catamarca- fue 2° en la general en 60 Km, y Andrés completó el recorrido en 9:14:00. Pese a todo el tiempo que estuvimos esperándolo, finalmente no lo vimos llegar pues estábamos controlando el asado y yendo a la costa…imperdonable. Asado, cerveza, vino … fueron el cierre casi perfecto, a lo que se agregó el canto (desafinado, obvio) de los compañeros del Pato, en el Hostel.

Breve descripción de mi persona, canta El Cuarteto de Nos

Registro 9.064 kilómetros en 491 competencias oficiales hasta el momento, 5089 kilómetros de ellos en trail y 3975 en calle. Afortunado, sin dudas. He vuelto a los entrenamientos dentro de mis posibilidades, ya que mis ocupaciones no siempre me permiten asistir. La molestia en el tendón no se ha ido, pero tampoco me complica, y en general se va cuando entreno, después del calentamiento. He optado por mantenerme en relativa quietud, para tratar de recuperarme totalmente, razón por la cual desistí de participar en los 20k de Aborigen Trail en las sierras cerca de Gregorio Aznárez, Maldonado que se corre ahora.

“Veni, Vidi, Vici” (Vine, Vi y Vencí)
Ojalá culmine este 2019 haciendo honor a esa frase de Julio César, aunque con seguridad, en mi caso, el “triunfo” se limita a completar las competencias que tengo programadas. Entre el 13 y el 20/04 me esperan los 144K de Peneda Gerés Trail Adventure, del 8 al 11/05 los 165K de Fiambalá (Catamarca), el 23/6 la Maratona do Río, los días 30 y 31/08 los 100K de la CCC en el Mont Blanc, el 5/10 los 50k de Gramado X-Treme Race y el 2/11 los 50K de Cochrane Patagonia Trail (Chile). Además, espero poder participar de competencias de trail en Uruguay, y alguna de 10k en calle para cumplir con un compromiso moral con la Agrupación de Atletas del Uruguay.

“Yo no sueño en la noche, yo sueño todos los días. Yo sueño para vivir” (Steven Spielberg)