sábado, 14 de mayo de 2011

Duatlón Rústico Tranco Largo (San José)

Hoy por la tarde, finalmente fui a participar del duatlón rústico organizado por Tranco Largo, con largada en el K93 de la Ruta 3 (San José), en la Parrillada El Ombú. Me acompañó Carlitos Ruiz Zorrilla, y además llevamos a sus abuelos.
Ayer, después del entrenamiento en el gimnasio, me sentí dolorido en las piernas, así que tenía dudas de mi participación, pero me decidí y allá fuimos. Salimos a las 14:00 horas, para llegar al destino a las 15:00, lugar donde encontramos a algunos amigos de aventuras: Dardo Segurola y Analhía Pugliese, Ruben (el mozo del restaurante Viejo Barrio de Colonia). La disciplina constaba de 5K de running al inicio y 17K de MTB. Había un número interesante de corredores; algo más de 100 según comentó el organizador. Preparamos las bicicletas y las dejamos ubicadas en el lugar de largada, junto a los cascos y zapatillas. Con Carlitos habíamos previsto correrla al mismo ritmo, para evitar fundirnos.
A las 16:00 horas puntualmente, nos encolumnamos bajo el arco y largamos. Salimos por un camino de balasto a la izquierda, para doblar aproximadamente al K1 a la derecha y enfrentar una larga recta con una leve subida. Llegamos al barrio Picada Varela, donde nos metimos por sus callecitas. Carlitos iba un par de metros adelante, "llevándome" a su ritmo, hasta que doblamos al costado de la Ruta, casi bajo el puente que está enseguida del cuartel del Ejército donde se hace la largada y llegada de la carrera de 10K de la AAU. Ahí me dijo "me freno" (o algo parecido), ante lo cual le dije que aflojábamos el ritmo, pues íbamos muy fuerte. Casi enseguida, se nos pegó otro joven, que fue con nosotros hasta completar esa disciplina. Llegamos bajo el arco en 24'30", así que llevábamos un buen promedio. Nos hidratamos rápidamente, nos cambiamos las zapatillas y nos pusimos los cascos, para salir trotando con la bici al lado por unos 150 metros, hasta llegar al camino de balasto. Ahí noté que Carlitos se iba quedando atrás. Emprendí el camino y me sentí muy bien.
Rápidamente empecé a superar a otros competidores. Salvo alguna subida no muy pronunciada, en general el recorrido era bastante rápido. De esa manera, llegué a los 8.5K donde girábamos en U, en unos 21'30". El retorno fue un poquito más duro, ya que -además del cansancio lógico- había algo de viento en contra y el recorrido tenía una leve subida. Seguí superando competidores, salvo uno solo que me pasó sobre el final y que llegó unos 5 metros antes que yo. Con un tiempo de 45'20" para los 17.3K, completé el recorrido de MTB. Carlitos llegó un par de minutos después.

Mi tiempo total de carrera fue 1h 10'27". Llegada la entrega de premios, en mi categoría (50-59) llamaron al 4o puesto. Dije "a éste le gané"; llamaron al 3o y me pareció que también le había ganado. Cuando llegaron al 2do., dijeron "Jorge Xavier" ... no lo podía creer. ¡Y pensar que dudé hasta último momento si iba!

lunes, 9 de mayo de 2011

7a Media Maratón de Punta del Este - Crónica breve de un resultado inesperado

Mi participación en la 7a Media Maratón de Punta del Este, el pasado domingo 8 de mayo, se cumplió en contra de todas las indicaciones "lógicas", pues vengo de un esfuerzo físico bastante importante, ya que corrí el 03/04 la maratón de Santiago (Chile) y el domingo 01/05 los 82K de MTB del Desafío al Valle del Río Pinto (La Cumbre, Córdoba).
Dado que soporto el esfuerzo sin mayores consecuencias, finalmente me decidí a participar, con la intención de "cumplir" llegando en no más de 2 horas. Maite, mi hija, me acompañó a correr los 8K. Hacia allá estábamos saliendo, cuando Maite recibió un mensaje de Jacqueline (Atletas del Sur) que le comunicaba que con Laura Paipó (atleta ciega) habían perdido el ómnibus de la AAU como consecuencia del paro del transporte. Combinamos, y las pasamos a buscar para poner rumbo a Punta del Este con poco tiempo para llegar. Pero allá estuvimos, 10 minutos antes de la largada.
Tan justos llegamos, que casi no tuve tiempo de saludar a los amigos. Arrancamos a ritmo controlado desde la Parada 2 de la Brava, rumbo al puerto. Me olvidé de largar el cronómetro ... Fui corriendo un rato al lado del Abeja Castro, Jorge Dovat y Ana da Rosa, comentando sobre la carrera de MTB. Lentamente me fui adelante allá por el costado del Puerto, cuando alcancé a Robert Sendoya. Casi enseguida, encontramos a Willy de Armas, que venía con una leve molestia en una pierna. Decidimos ir juntos, hasta que llegamos -allá por los 9K- a la altura de la Parada 15 de la Mansa, donde pasamos a Asdrúbal Gandolfi y Fernando López Bianchi (Sayago Running). Después de la "foto de rigor" y las bromas, alcanzamos a Leandro Barrella y Daniel Clavijo (compañeros de Atletas de Sur). Doblamos en la Parada 15, a la derecha, para tomar la leve subida que lleva casi enseguida a Avda. Francia, por donde volvimos a doblar a la derecha. Ingerí el sobre de carbohidratos en gel que llevaba, para reponer energías. Cruzamos los 10K en 53'41" (prom. 5'18"/K), junto a Leandro y Willy.
Continuamos a buen ritmo, para seguir consumiendo kilómetros. La larga subida, allá por los 14K en Avda. Pedragosa Sierra, la hicimos sosteniendo el paso. Doblamos a la derecha, para poner rumbo a la rambla, a la altura de la Parada 17 de la Brava. ¡Cuánto viento! Nos quedaban 4K para hacer rumbo a la meta, y teníamos viento en contra ... pero la fortaleza del equipo puede más!
De esa manera, superando a muchos competidores en ese tramo, junto a Leandro y Willy completamos el recorrido en un tiempo neto total de 1h 51'10" (5'16"/K de promedio en la distancia), en lo que constituye mi nuevo record personal. ¡Pensar que había ido a cumplir! Los últimos 11,1K los hicimos a un promedio de 5'15", y completé el recorrido en 2'20" menos que el año pasado.
Maite había completado sus 8K en 1h 05' y se trajo una preciosa medalla de recuerdo.
¿Qué más puedo pedir? 

domingo, 8 de mayo de 2011

7a Media Maratón de Punta del Este


A cuenta de mayor detalle: marqué mi nuevo PR en la distancia! Fui a "llegar", considerando el "palo" que le vengo dando a mi físico, y terminé llegando en 1h 51'10" de tiempo neto (5'16"/K). Pero además, el promedio durante toda la carrera fue el mismo que llevaba en los 10K ... Gracias a los amigos con quienes fui "tirando": Abeja Castro, Robert Sendoya, William de Armas y Leandro Barrella.
Me acompañó Maite, que corrió los 8K en 1:05:35.

jueves, 5 de mayo de 2011

XVI Desafío Río Pinto - 01.05.11 - La Cumbre, Córdoba (82K de puro MTB)

 Después de mi participación en la Maratón de Santiago 2011 (03.04.11), el gran desafío que seguía era –valga la redundancia- el Desafío al Valle del Río Pinto, carrera de MTB que se disputa anualmente en La Cumbre (Córdoba, Argentina), con un recorrido total de 82K. Ya el año pasado había tenido la preciosa oportunidad de correr esta carrera, cuando también fueron los amigos Víctor Trillas, Raúl Caetano y Pablo Lapaz.


“Así soy yo”

En esta oportunidad, hasta unos días antes me acompañaba Víctor, que no iba a correr pues no consiguió cupo, pero se prestaba para “hacerme el aguante” y ayudarme en la conducción. Pablo no estaba muy decidido a ir –pese a que estaba inscripto- pues está entrenando para la Azimut Expedition Race el próximo 22.05.11.

“Breve descripción de mi persona”

“Mido un metro ochenta y uno, tengo un sillón azul, en mi cuarto hay un baúl y me gusta el almendrado ... “ No, falso, eso es de la canción. En realidad esta parte debería tener que ver con la pasión por practicar deportes; en este caso, el MTB. Como dije, corrí mi 10ª maratón a principios de abril, así que el entrenamiento para la carrera de MTB fue bastante escaso, limitándome a “rodar” por zonas poco parecidas a las que iba a encontrar en la carrera. Y ... es que “así soy yo”, corro cuanta cosa se me mete por delante, salvo que implique tirarme al agua a nadar ... ahí, con suerte, “floto”.

En los entrenamientos previos –y escasos- por el Prado, me encontré en un par de oportunidades con Pablo. El domingo anterior me dijo que si íbamos con Víctor, de repente también se sumaba. Me dediqué a hacer algunas salidas por la rambla durante la Semana de Turismo, después de pintar el apartamento … Mi “entrenamiento” nunca pasó de las 2 horas de bicicleta por la rambla o por el Prado, “haciéndome tiempo” en las mañanas (nunca más de 45 minutos) después de dejar a mis hijos en sus lugares de estudio y antes de irme a trabajar.

Finalmente, el miércoles 27 Víctor me planteó sus dificultades, ante lo cual llamé a Pablo … “Medio manijazo” bastó para sumarlo. Decidimos salir el viernes 29 a las 7.30, con las bicicletas semi-desarmadas dentro de la camioneta.


“Yendo a la casa de Damián”


El viaje de ida nos llevó 13 horas, sin mayores dificultades, donde fuimos turnándonos en el manejo. La “sobredosis” de música nos permitió escuchar hasta tangos … obviamente, “El Cuarteto de Nos” nos acompañó un buen rato, en particular en esa parte donde dice: “… por qué me cuesta tanto llegar”.

Encontramos algo de lluvia a la altura de Rosario (Argentina), donde incluso vimos un par de camiones volcados al costado de la ruta. Obviamente, en esa parte fuimos con bastante precaución para evitar problemas.

A las 20:30 estábamos en La Cumbre, donde entramos para ir hasta la Expo para encontrar a los uruguayos que habían ido en las excursiones y habían llegado a primera hora de la tarde. Después, nos fuimos hasta Capilla del Monte, donde teníamos alojamiento en el Hotel Montecassino.


“Sólo quería comer dos canelones”


A la hora de la cena, las pastas fueron la opción elegida: ñoquis rellenos acompañados con una cerveza. Verlo comer a mi compañero es todo un desafío … ¡qué capacidad!

El sábado a primera hora, después del desayuno, pusimos rumbo a La Cumbre. En la entrada, doblamos a la derecha para ingresar al camino a Cuchicorral, donde algunos uruguayos iban a ir temprano en bicicleta hasta la zona donde se hacen vuelos en parapente. El camino es solamente para 4x4 … así que después de hacer unos 9K, decidimos volver.




“Somos muchos más que vos”


Llegamos al hotel donde se retiraba el kit. Se estaba haciendo la carrera de los niños, donde había un montón de chiquilines disfrutando de su momento de gloria. Después de sacar algunas fotos, retiramos el kit, correspondiéndome el No. 2826 en la Categoría C1.

El total de inscriptos era de 4200 personas en las 16 categorías, de los cuales 390 correspondían a la mía. Sí, más que en todas las categorías en una muy numerosa carrera que pueda disputarse en Uruguay y en el verano. Estuvimos un muy buen rato en la Expo, donde me compré un casco, una camiseta manga larga para ciclismo y algunos regalos.

A la hora del almuerzo, encontramos a otros uruguayos. Una vez más, correspondió pastas: tallarines con tuco acompañados con otra cerveza.



“Vino en mi jeringa”


Volvimos al hotel a preparar las bicicletas, en particular a instalar las jeringas con lubricante que habíamos comprado para las cadenas, buscando evitar el terrible roce y desgaste que se genera como consecuencia de la gran cantidad de polvo que se levanta en el recorrido. Todo quedó preparado, así que decidimos salir a rodar un rato por la ruta. Hicimos un total de 20 kilómetros, donde cruzamos por la capilla que le da nombre a la Villa, justo en el momento en que llegaba una procesión. Después de ello, preparamos el mate y nos quedamos en el hotel a descansar un rato.

“Cuando ya no importe”


Durante el descanso, estuvimos conversando bastante sobre temas “trascendentes” (casi diría metafísicos …), la razón de esta pasión casi demencial por el deporte que nos lleva a viajar tantos kilómetros para participar de una carrera durante un rato, el tiempo “robado” a las familias y a otras actividades para poder entrenar, todo por la sensación de “quedarse sin aliento” durante un buen rato. Incluso Pablo hacía referencia a la inscripción que pretendería en su “lápida”, pidiéndome que fuera a recordarlo (si es que lo sobrevivo) haciendo referencia a sus “locuras”.

“El gordo y el alfajor”

Volvimos a la expo para hacer las compras de último momento, y después fuimos a cenar al mismo lugar de la noche anterior, en Capilla del Monte. Al pasar frente a un local de venta de alfajores donde habíamos comprado el año anterior, la dueña nos reconoció … y nos dio a probar un alfajorcito. Prometimos volver al día siguiente, después de la carrera, cosa que no hicimos ... ¿será un motivo para volver?

“Hay que comer”

En esta ocasión, la cena fue más fuerte: una buena pizza con muzzarella, acompañada con una Pepsi, buscando reforzar la generación de energía. El lugar estaba lleno de ciclistas con sus familias, así que nos sentimos “acompañados” por ese montón de locos que comparten la misma pasión.

Nos fuimos a intentar dormir … pero es mentira que se puede descansar en la noche previa a una gran fiesta como la que nos esperaba. Alrededor de las 3:00 mi compañero estaba conectado con su netbook, en tanto yo intentaba quedarme quietito buscando “pegar los ojos” … Sentimos llover, así que temimos encontrar un terreno muy barroso.

A las 7:00 estábamos desayunando, gracias a la amabilidad de la gente del hotel que nos preparó el desayuno más temprano de lo habitual. Cargamos todo y emprendimos rumbo a la zona de largada, en La Cumbre.


“Cómo ha cambiado mi barrio”


La ciudad hervía de gente … los vecinos aprovechaban para armar zonas de estacionamiento, cuidar autos, preparar comidas, ofrecer servicios de lavado de bicicletas, etc. Como dijo Pablo, nos hacía recordar la película “El baño del Papa”.

Pablo largó a las 8:45, en tanto yo largué a las 9:15 (la mía fue la 6ª categoría en largar). Me encolumné bastante al final de la fila, junto a un par de corredores argentinos (uno de ellos, un cordobés que debutaba en la carrera), con quienes estuvimos conversando sobre el recorrido. Me sentía un “experto” dando consejos sobre los diferentes tramos. Ante la pregunta del cordobés sobre dónde entrenaba en Uruguay para una carrera como esa, tuve que decirle que no tenemos grandes elevaciones que nos permitan entrenar como correspondería.

“Horas de vuelo”

La largada simbólica se hizo exactamente a las 9:15 frente a la Dirección de Turismo de La Cumbre, cuando anunciaron por parlantes que los punteros –que habían largado a las 8:00- ya iban llegando al K50 … Salimos a ritmo controlado por dentro de la ciudad, para llegar a la zona de largada cronometrada, de donde salimos a las 9:30. Dado que el año pasado puse 5h 23’, me había fijado como objetivo, tratar de hacer menos de 5hs.

Apenas largamos, el cuentakilómetros dejó de funcionar … intenté corregirlo moviéndolo un poco, pero no hubo caso, así que decidí guiarme por el reloj y las indicaciones en el recorrido. Hacía mucho frío pero no llovía, y como consecuencia de la lluvia de la noche, el terreno estaba bastante firme (no se levantaba polvo). Los primeros 4K se hacen por caminos de tierra, hasta llegar a la entrada a Cuchi Corral. Entre la Ruta 38 y la tranquera de ingreso, soplaba un viento de costado bastante fuerte, que molestaba el avance y me tiraba sobre la derecha. La subida es leve pero pronunciada, hasta que llegamos a la doble tranquera de ingreso a Cuchi, donde alcanzamos los 1.130 msnm. Por aquí superé a Miguelito Rivadavia, de RochAventura.

Enseguida, comienza una bajada a la izquierda, complicada por lo peligrosa ya que se dobla a alta velocidad en terreno muy feo, con verdaderos precipicios a los costados. Se sienten ruidos que parecen quejidos de la bicicleta, que aguanta el terrible “palo” que le vamos dando, en tanto los dedos muchas veces nos duelen de tanto presionar frenos y hacer cambios, tratando de no caernos y aprovechando al máximo la fuerza de la bajada.

Llegamos a los 16K, donde cruzamos un vado con poco agua. Esta última parte es la más complicada, ya que tenemos el famoso “empedrado” peligroso de no más de 500 metros, donde una caída te puede hacer quedar fuera de carrera o romper la bicicleta. A los 18K cruzamos el Vado del Río Pinto, que le da nombre a la carrera. Llegué a los 20K en un tiempo muy bueno: 54’, bastante menos de lo que pongo habitualmente en mis entrenamientos.

En el K20 entramos al valle, donde se puede rodar a buena velocidad ya que en general el recorrido se hace en una leve bajada. Cruzamos por una iglesia al costado del camino y por una escuela rural, hasta que alcanzamos el K26 donde volvimos a cruzar un vado sobre el Río Pinto. El sol había salido a pleno y ya se empezaba a sentir, aunque la velocidad nos permitía seguir disfrutando del frío de la mañana. Seguía una larga bajada, hasta alcanzar el K40. Llevaba 1h 41’, un promedio de velocidad impresionante para mí. Por allí está el Camping Quilpo, y casi enseguida comienza la parte más dura de la carrera, donde uno en general se arrepiente de no haber ahorrado más energías.

“No sé qué hacer conmigo”

Comenzaba una larga subida hasta el K53, con un desnivel total de 500 metros. Es la famosa subida de San Marcos Sierras. El paisaje es impresionante para donde se mire, con ciclistas en toda la extensión cual una enorme serpiente que se despliega en el recorrido. En esta zona, no tuve más remedio que poner pie a tierra en tres ocasiones y subir caminando, ya que las piernas ya no me aguantaban … Aprovechaba para ingerir carbohidratos en gel, barritas de cereales, ticholos, y tomar Gatorade y agua. A los 52K llegamos al mirador, donde estaba un puesto de hidratación y frutas. Casi enseguida, comenzaba una bajada, pero que continuaban en dos repechos más cortos, que me “destrozaron” anímicamente. Llegué a los 60K en 3h15’, es decir que los últimos 20K los hice en 1h 34’ …

A partir de allí, en general se seguía subiendo aunque de un modo no muy pronunciado. A los 65K cruzamos por la zona denominada El Cajón, para alcanzar casi enseguida el costado de Capilla del Monte y poner rumbo a La Cumbre. El terreno cambiaba bastante, ya que abandonamos el camino de tierra para encontrar partes rodeados de monte, con senderos con algo de barro, agua y huellas profundas. A los 73K cruzamos al lado de San Esteban, salimos al costado de la ruta y alcanzamos la alcantarilla que cruza por debajo, para pasar hacia nuestra izquierda. Un cartel indicaba que quedaban 4K … ¡ya estamos ahí! El reloj indicaba que podía llegar en menos de 5h. Era la hora de apelar a las últimas reservas de energía. Ya nos sentíamos en La Cumbre, sintiendo el sonido de los parlantes de la zona de llegada. No era la música de “Carros de Fuego”, pero parecía …

Finalmente, con un tiempo neto total de 4h 57’53”, completé el recorrido de 82K. En relación con el año pasado, bajé mi tiempo en 25’29” y alcancé el objetivo trazado antes de largar. No sufrí ningún percance, y me sentía entero, salvo las molestias normales sobre las piernas y articulaciones. ¿Qué más se puede pedir?

El compañero Pablo, había llegado en un excelente tiempo de 4h10’, aunque no se siente plenamente satisfecho ya que pretendía hacer no más de 4hs. Se olvida que el año pasado hizo 4h27’, y que está entrenando para correr la Azimut en un par de semanas …


“Hoy estoy raro”


La sensación después de tamaño desafío, es bastante extraña. Uno se queda “desganado”, como buscando un nuevo motivo para seguir corriendo, o incluso cuestionándose sobre lo que acaba de conquistar. Algunos buscamos alguna razón para quejarnos, hasta cuando todo nos sale bien: que el viento en contra, el frío, la cantidad de gente que corría más lento, lo fuerte de la subida, lo peligroso de la bajada, cualquier cosa sirve para encontrar una razón más para sentirnos orgullosos (aunque digamos lo contrario).

“Mírenme”

Me colgué la bandera uruguaya al cuello. Un cordobés me gritó “uruguayo”, me pidió para sacarse una foto conmigo “ya que me recordaba del año pasado”, pues había leído la entrevista que publicó Ciclismo XXI … es más, me dijo “sos profesor universitario y trabajás en un banco”. En enero estuvo con su familia veraneando en La Paloma, y cuando pasaron por Montevideo estuvo tratando de localizarme … sin comentarios. Y pensar que todo esto se generó porque escribí una crónica y publiqué fotos en este blog, que fueron leídos por Leandro Murciego, periodista de Ciclismo XXI, que me pidió para publicar una entrevista.

“Comer solo un pastel”

Después de mucho esperar a Pablo (estuvimos desencontrados como una hora y media), hicimos lavar las bicis y volvimos al hotel. Llamé a casa para reportar el resultado, nos dimos un buen baño y nos tiramos a descansar un buen rato.

A la noche, fuimos a cenar. Como suele sucederme, me quedo con poco apetito después de tamaño esfuerzo, así que en esta ocasión nos comimos tres empanadas cada uno, acompañadas con Pepsi.

“No quiero ser normal”


¿Qué sigue después de esta carrera? Por lo pronto, en el horizonte está la media maratón de Punta del Este el próximo domingo, las carreras de 10K de la AAU, la Salomon Running Race en Sierra de las Ánimas el 05.06 … y posiblemente la Half Mision en San Javier y Yacanto (Córdoba) denominada “Ultra Trail del Champaquí, sobre 80K.

El  viaje de vuelta fue muy placentero, con comentarios y recuerdos de lo vivido en esas horas en Córdoba. Nos llevó un total de 12 horas (llegamos a las 19:30), pese a que "nos metimos" a la ciudad de Rosario (Argentina), sin querer, pues le erré a la salida hacia Santa Fé. Perdimos cerca de 45' dando vueltas por el centro, el Parque Independencia, el Monumento a la Bandera ... todos los lugares por donde transcurre la Maratón de Rosario.

"Mi lista negra"

No podía faltar en esta crónica. ¿A quiénes incorporar? A los que “te pasan como parado” en la carrera, a los que te ganan “parándose en los pedales” en los últimos 100 metros, a los que “te tiran mala onda”. Pero no, por suerte son muy pocos; la gran mayoría muestra una solidaridad impresionante. La medallita recordatoria también podría ser mejor ... fíjense que es media "chuminga"; la del año pasado era mucho más vistosa.

Hoy, ya a jueves 5, debería poner en la lista a los organizadores, ya que por problemas en la toma de tiempos (el sistema electrónico no funcionó), están armando las planillas de resultados mirando las filmaciones y anotaciones manuales …



(Por si no lo percibieron, los subtítulos responden a canciones de El Cuarteto de Nos)

martes, 26 de abril de 2011

XVI Desafío Río Pinto - 01.05.11 - La Cumbre, Córdoba

Altimetría del recorrido del XVI Desafío Río Pinto, que disputaremos junto al compañero Pablo Lapaz -y la compañía de Víctor Trillas- el próximo domingo. ¿Se imaginan esos 12 kilómetros en permanente subida, entre los 41K y los 53K, en plenas sierras?
Allá vamos!!!

lunes, 18 de abril de 2011

10K Mercedes Bimbo (AAU)

En la jornada de ayer, se disputó la 5a fecha del Campeonato de 10K de la AAU, en la ciudad de Mercedes, con el patrocinio de Bimbo. Después de mi participación en la Maratón de Santiago, fue mi retorno al campeonato ya que había faltado a la fecha de Villa Española por el viaje a Chile.
Decidí ir en los ómnibus de la AAU, razón por la cual me desperté a las 5:00 AM, lo cual me permitió ver el final de la carrera de Fórmula 1 en China ganada por L. Hamilton, mientras desayunaba. Hacía un rato se había descargado una fuerte lluvia sobre Montevideo y gran parte del país, así que cargué con todo y me llevé un paraguas ... pero no un par de calzados deportivos para cambiarme. Apenas salí caminando rumbo a Plaza Cuba, a las dos cuadras ya me había mojado los pies ...
A las 6:05 estaba en la Plaza, donde encontré a Manuel, Rosario y Jacque (compañeros de Atletas del Sur), y un montón de compañeros de carreras -entre ellos, Luis Ekker- con quienes estuvimos conversando un buen rato. A las 6:25 me envió un mensaje Víctor diciéndome que no habían salido del Obelisco pues estaban atrasados. Y seguía lloviendo ...
Después de mucho esperar, a las 7:05 llegaron los buses. Subimos al No. 5 y fuimos conversando y tomando mate con Víctor y los compañeros de equipo (aunque algunos dormían plácidamente).
El largo viaje fue propicio para recordar algunas carreras y planificar otras, en particular la ida a La Cumbre, Córdoba, el próximo 01.05 a disputar el Desafío al Valle del Río Pinto (carrera de MTB sobre 84K).
Llegamos casi a las 11:00 al destino, razón por la cual la hora de largada se atrasó. Había dejado de llover, aunque continuaba nublado. Encontramos a los compañeros de equipo que ya estaban allá desde el sábado (Marcelo, Any, Leandro), y a los amigos con quienes compartí el viaje a Santiago (Julio, Abeja, Pedro).
Después de las fotos de rigor, hicimos un breve calentamiento. La largada se hizo a las 11:50. Salimos por la rambla de Mercedes hacia el Oeste, para tomar casi enseguida un tramo con adoquines, y posteriormente salir a una calle de tierra con algo de barro como consecuencia de la lluvia.

Alcancé el primer kilómetro en 4'30", algo más rápido de lo recomendado para mis posibilidades. Doblamos hacia la izquierda bordeando un recodo del río, para alcanzar los 2K en 9'10". Por allí superé a Leandro y al Tiki, y casi enseguida a Kike Franklin (mi compañero de entrenamientos en el Gimnasio). Volvimos a doblar a la izquierda y tomamos una calle de bituminoso, con rumbo al Este, para enfrentar la primera subida -corta pero se hacía sentir-, alcanzando los 3K en 14'00".
A los 4K llegué en 19'00", casi en el centro de Mercedes, donde me alcanzó nuevamente el Tiki Olivera. Ya empezaba a sentir el esfuerzo, así que no pude mantener su ritmo. Cruzamos el arco de los 5K en 24'30", después de enfrentar una subida no muy pronunciada pero algo extensa -algo así como 500 mts.-, que me hizo sufrir. Kike Franklin también me había vuelto a superar.
A partir de allí, decidí tratar de administrar mis fuerzas ya que estaba sintiendo el esfuerzo. De esa manera, fui manteniendo el ritmo, para alcanzar los 9K ya nuevamente en la rambla, en 44'00". En ese tramo final, noté que algunos corredores a quienes había superado, me estaban dejando atrás.
En los últimos 200 metros, también me superó Leandro en un pique sostenido que no pude seguir. Crucé la meta en un tiempo neto de 49'12" para la distancia total de 9.990 mts. (tiempo bruto oficial: 49'40", lo cual da un promedio de 4'58"/K). Bajé en 3 minutos mi tiempo del año pasado en este recorrido, razón por la cual me siento satisfecho con el resultado alcanzado. En el campeonato, ocupo la posición 40 en mi categoría, y 331 en la general de Caballeros. Por equipos, los Atletas del Sur pasamos a la 9a. posición (estábamos en la 11a.).
Después de mucho esperar a los conductores de los buses, pudimos salir rumbo al Cuartel del Ejército a darnos un buen baño. La atención fue muy buena, ya que además de las instalaciones, pudimos conseguir agua caliente para el mate. A las 15:00 estuvimos nuevamente en la rambla, para salir rumbo a Montevideo casi a las 16:00 hs.


El retorno se hizo tratando de averiguar el resultado del partido de Peñarol con Liverpool, mediante mensajes y llamadas a los celulares. Finalmente, a las 19:15 llegué a casa, después de una larga jornada. Me espera un entrenamiento sostenido en bicicleta durante esta semana, preparando el Desafío al Valle del Río Pinto.

sábado, 16 de abril de 2011

Half Mision - San Javier y Yacanto (Córdoba) - 10 y 11/09/11

La Half Mision 80 km “Ultra Trail del Champaqui” se llevara a cabo en estas pintorescas villas serranas y el recorrido sera por el colosal e imponente Cerro Champaqui subiendo por la Cuesta de los Cerros y bajando por la cuesta de las Cabras y pasando por los tradicionales puestos del Champaqui donde podran reaprovisionarse de comida. Estará totalmente señalizado y se llegara a los 2700 msnm. La carrera es muy simple, una largada y una llegada y un tiempo máximo de 24 hs para completar el recorrido. Durante la carrera pasaran por varios arroyos donde podrán juntar agua. Al ser una carrera que abarca la noche deberan llevar un minimo equipamiento obligatorio como campera de abrigo, linterna, botiquin etc. La organización desplegara a varios patrulleros que estarán en sitios claves para evitar que nadie se pierda y para asistir a algún corredor en problemas. La largada sera desde la plaza de San Javier y la llegada en el Gran Hotel Yacanto.

domingo, 10 de abril de 2011

10.000 mts A PURA SANGRE - Maroñas Running

 
Ayer por la tarde, participé en la carrera organizada en el Hipódromo de Maroñas, en lo que fue el retorno a la distancia después de mi participación en la Maratón de Santiago 2011. No estaba seguro de participar en las carreras de este fin de semana (Maroñas y Florida), y por tal razón no me había inscripto en ninguna. Dado que me sentí físicamente entero después de la maratón, en la semana decidí correr. La primera opción fue ir a hacer los 8K de Florida, carrera que me gusta mucho y que se hace para colaborar con una escuela (creo), pero cuando intenté registrarme, me encontré con que los cupos estaban agotados ... Así que me anoté en la "Maroñas Running" el pasado viernes y retiré la camiseta a última hora, correspondiéndome el No. 1337.
Puse destino al Hipódromo a las 14:00 hs. Apenas llegué, retiré el chip y encontré al Abeja Castro, con quien estuvimos conversando y recordando las "aventuras" trasandinas. Y el "bestia" hoy se iba hasta Florida a correr ... Encontramos a Felipe "Correcaminos" que el próximo miércoles viaja a Madrid a disputar la maratón, a Quique Franklin, y a los amigos de Halcones con sus pelucas verdes (Zaffa, Gucci, Jorge Dovat).

Nos encolumnamos y nos planteamos salir a 6'/K. Puntualmente se hizo la largada (15:30) e hicimos el primer tramo sobre la pista de arena. Salí a mi ritmo y noté que los Halcones se quedaban levemente atrás, así que decidí mantener el paso tratando de ver si podía aguantarlo.
Después de hacer unos 2K aprox., salíamos a la parte de bosque, donde crucé a Fernando Zimet (compañero del Banco) que iba exigido, y a Richard Martínez (compañero de entrenamientos de hace unos años en el Urunday Universitario).
Salimos a la calle, para bordear todo el Hipódromo y cruzar por la entrada principal, donde estaba el puesto de hidratación y muchos compañeros sacando fotos (Anthony, Pollito, Julio Barreto). Volvimos a entrar al Hipódromo cruzando por debajo del arco de Gatorade "Cool Zone", giramos a la izquierda donde encontramos los 4K y casi enseguida entramos nuevamente a la pista. Crucé los 5K frente al arco de llegada, en 27', y casi enseguida divisé al Popo Dos Santos, que corría con la camiseta del año pasado. Nos sacamos fotos, y me preguntó qué hacía corriendo después de la maratón ...
En esta 2a vuelta, no sentí ninguna molestia. Cuando cruzamos nuevamente por el puesto de hidratación, ahora si me llevé un vaso de agua, ya que venía sintiendo sed. Ingresamos a la pista, para cruzar el arco que daba inicio al "Sprint" final, sobre 700 metros. Completé el recorrido en un total de 54'52" de tiempo neto (5'29"/K), ocupando la posición 561 en la general y 53 en mi categoría. En el "sprint" puse 3'42" (5'17"/K), ocupando la posición 542 y 52 en mi categoría. No hay caso, me siento mejor en las distancias largas ...
El próximo domingo, nos espera la 5a fecha del Campeonato de la AAU, en Mercedes. Nos vemos.

jueves, 7 de abril de 2011

Mi décima maratón (Maratón de Santiago, Chile, 03.04.11)

 
El pasado domingo tuve la enorme satisfacción de participar en la Maratón de Santiago 2011, en lo que fue mi 10ª vez en la “distancia reina”. La verdad es que me ha costado bastante ponerme a escribir este relato, pues no le encontraba un título adecuado que me permitiera “soltar la imaginación” y capturar todas las sensaciones vividas en esta verdadera fiesta.

Las opciones que cruzaron por mi mente pasaban por: “Una fiesta para el alma y el cuerpo”, “Un fin de semana construyendo puentes indestructibles”, “Y ahora ... ¿qué sigue?”, “El cuerpo tiene memoria”, “Cómo seguir creciendo a los 51 años” ... Como cualquiera me parecía bueno, decidí titularlo directamente haciendo referencia a la 10ª participación. Y punto.

“La banda”

La historia empezó allá por octubre – noviembre del año pasado, cuando la idea de participar nuevamente en una carrera en Santiago fue tomando forma. Ya había hecho la media maratón en el año 2009, y el nivel de la prueba me pareció excelente, a lo que se suma la facilidad para viajar por vía aérea (Pluna: pueden enviarme algún obsequio por la promoción que les hago ...). En ocasión de la Salomon en Punta Ballena en el mes de enero, fuimos conversando con Pedro Rodríguez sobre esta posibilidad, y ya allí surgió le decisión de ir. A ello se sumó enseguida Carlitos Ruiz Zorrilla, que con sus 19 años fue a hacer los 21K.

A la semana, en ocasión del viaje a correr los 10K de Real de San Carlos, se sumó el “Abeja” Luis Castro. Seguía sacando pasajes e inscribiendo gente. Hice la reserva en el Apart Hotel San Marino, y de a poco ampliaba la cantidad de pasajeros. Le comenté también a Daniel “Molékula” Costa, quien también se sumó. Finalmente, Julito Curbelo decidió acompañarnos en los primeros días de febrero. Delegación completa, con alguna variante para el retorno, ya que Molékula volvía el domingo de noche y Julio el lunes de noche; los demás el lunes de mañana. Al poco tiempo, nos enteramos que Carlos “K-brón” Barboza también iba, aunque volaba el sábado y volvía el domingo.

“El cuerpo tiene memoria”

Frase célebre que pronuncié ante el Abeja, mientras compartíamos el duro “Salomon 50K” en Villa Serrana. Y vaya si la tiene. La preparación previa para la maratón, no fue todo lo rigurosa que se recomienda, ya que debo haber hecho no más de cuatro “fondos”, que en ningún caso pasaron los 20K. Pero el entrenamiento consistente de mucho tiempo, da sus frutos, al extremo que –pese a que estaba intentando hacer distancias largas- igualmente seguía mejorando mis tiempos en los 10K (en la fecha de Trinidad, una semana antes, igualé mi récord en la distancia).

El miércoles 30 marqué los pasajes a primera hora de la mañana, y les envié los datos a los compañeros de viaje, con todas las especificaciones sobre equipajes y documentos necesarios. Confirmé que podíamos llevar yerba, así que ya estaba completa la cuota de “uruguayez”. El viernes fui a trabajar, y combinamos con el Abeja y el Molékula para encontrarnos a las 18:10 en Av. Italia y Propios. Carlitos vino por casa a las 17:30 y su abuela “me lo encomendó” … ¡qué responsabilidad, esta de llevar a un joven de 19 años, a correr una media maratón en el exterior! A las 17:20 recibí un mensaje de Pedro, donde me decía que en 10 minutos llegaba al aeropuerto … ¿ansioso, dijo? Cuando le respondí que llegábamos a las 18:30, me contestó que había ido temprano pues debía atender a la prensa, en su condición de capitán de la delegación …

“La ley de Murphy”

Si hay posibilidades remotas de que algo salga mal, saldrá mal. Apenas íbamos por Av. Italia y Comercio, cuando me llama Pedro para decirme que había perdido su cédula … y que tenía que ir “volando” hasta Identificación Civil en el Geant, a hacerse una nueva. Le avisé al Abeja, y lo levanté a Pedro fuera del aeropuerto, para salir “al mango” a tratar de solucionar el problema. Llegamos alrededor de las 18:40, explicó su problema mostrándole el pasaje y … le pidieron la denuncia policial. Insistió un poquito y lo mandaron a pagar el trámite a una Casa de Cambios y volver. La Sra. que lo había atendido, hablaba con una amiga por teléfono … Eran las 19:00 horas y yo estaba al borde de un ataque. Finalmente, a las 19:08 salió con su nueva cédula! Tiempo récord, como para volver y llegar al aeropuerto a las 19:20. Entramos “volando” ya que yo tenía todos los pasajes. Hicimos el trámite de embarque y … ¡nos instalamos en el avión!

Murphy nos hizo un amague, pero pudimos superar el inconveniente. El vuelo se demoró más de lo previsto, así que nos dio tiempo para que Julito se comprara una nueva cámara de fotos.

“Solos en la madrugada, no estamos solos”

El viaje fue super tranquilo, con los “debutantes” en avión (Abeja y Pedro) conversando bastante … hasta que Pedro se durmió. El “Diputado Rodríguez” impresionaba por su facha impecable. Poco después de las 23:00 estábamos en Chile; cambiamos dinero y tomamos el ómnibus al centro, junto a amigos brasileños que venían de Porto Alegre y que también iban a competir. Bajamos en la Terminal, frente a Estación Los Héroes, y emprendimos el camino cerca de medianoche, a pie, rumbo a nuestro Apart Hotel, ya que según el conductor del ómnibus nos quedaba a unas 5 cuadras … ¡eran 14! Tan “abombado” iba, que me pasé de la dirección una cuadra más, y tuvimos que volver, hasta que encontramos nuestro destino, un precioso edificio al lado de la Comisaría 1ª de Carabineros, muy cerca de la Estación Bellas Artes.

Nos instalamos y bajamos a buscar algún lugar para comer algo. Caminamos como 20 cuadras por el centro, y todo estaba cerrado, hasta que –a la vuelta del Apart Hotel- encontramos un negocio abierto donde compramos bebidas, fiambre y pan de sándwiches, en lo que fue nuestra primera cena en Santiago.. Nos fuimos a dormir como a las 2:30 de la madrugada, escuchando unas conversaciones fuertes que se colaban por las ventanas del edificio.

“Qué linda está la fiesta, mamá”

El sábado por la mañana, después de tomar unos mates, emprendimos el camino hacia la Estación Mapocho, donde se hacía la Expo Maratón a partir de las 9:00. Estuvimos 15 minutos esperando junto a varios corredores, hasta que se abrió. 

El panorama era espectacular, con una organización envidiable, con stands de primer nivel donde te obsequiaban todo tipo de cosas, y con chicas dignas de un desfile de modelos. ¡Y cuál de todas más simpática! Desayunamos, almorzamos, volvimos a desayunar, sacamos un montón de fotos, nos entrevistaron … nos sentíamos como niños en una mañana de Reyes.

Emprendimos el retorno al Apart Hotel, para pasar por el Mercado Central donde algunos compraron regalos. En un supermercado, compramos las “provisiones” para los dos días que íbamos a pasar; entre ellas, una botella de Pisco Sour “Campanario”. Después de un almuerzo rápido, nos tiramos un rato para volver en la tarde a la Expo Maratón. Encontramos a K-Brón que recién había llegado, y estuvimos recorriendo después el centro de Santiago, la Plaza de Armas, la zona del Palacio de la Moneda donde estaban terminando de armar la infraestructura de la carrera, y me compré un par de Nike.
A la noche, hubo “pasta party” preparada por el Abeja … todo un cocinero. Durante esa cena, el Molékula nos deleitó con sus ingeniosos chistes, uno atrás del otro ... “Doctor, doctor ... “. Nos fuimos a dormir un poco más temprano, dejando todo preparado para la carrera, previendo levantarnos a las 6:00 para desayunar.

"Locura tengo por tus ojos" 
 
Tempranito nos pusimos en pie, para subir hasta la habitación de los compañeros, donde nos enteramos de las vicisitudes de la noche. La máquina de afeitar del Abeja, que se puso a funcionar sola a las 3:00, el Negro Pedro que se levantó a las 3:15 ... para volver a cenar!!! ... y poco después de las 4:30 para volver a comer algo, preparar el mate y bajar ...

“La gente va llegando al baile”

Nos vestimos para las fotos, y registramos el momento de la salida rumbo a la maratón. En el camino, ya fuimos encontrando un montón de gente que comparte la misma pasión. La fiesta se respiraba en el aire. “Se viene, se viene, se juega, se juega”, diría Rodrigo Romano en Tenfield-VTV.

Resulta envidiable el orden y la seriedad de la organización de una fiesta de este tipo. Encontramos especimenes de todos los tipos y nacionalidades en una verdadera fiesta multicolor, y presenciamos la llegada del presidente Piñera y su esposa, que fueron a participar de la largada de la maratón (y que fue abucheado en cuanto se puso a hablar). 

Después del calentamiento, emprendimos camino hacia la entrada de los competidores de 42K … quedamos super apretujados a escasos 100 mts. de la largada, pero completarlos nos llevó 3’40”.

“Larrrrrgaron”

Exactamente a las 9:00 y con una salva de cañones, se dio inicio a la competencia. Con el Abeja y Julito decidimos salir a ritmo controlado (6’/K), pero en cuanto se disipó un poco el enorme grupo, nos dimos cuenta de que estábamos “rodando” entre 5’45” y 5’50”.  A los 5K estaba el primer puesto de hidratación, completo, con agua y Gatorade en abundancia.

Avanzamos a ese ritmo constante, para completar los primeros 10K exactamente en 59’, con un permanente chequeo de nuestro estado, conversando y dándonos ánimo mutuamente. A la altura de los 11K, cruzamos frente al Estadio Nacional, cuna de los tres últimos títulos de la copa Libertadores de Peñarol (66, 82 y 87), momento en el que sacamos fotos y –en voz alta- dejé constancia del momento mágico que estaba viviendo. 

Ya a esa altura, en cuanto identificaban las banderas uruguayas que llevábamos, además de gritarnos “charrúas” o “uruguayos”, nos decían “aguante Peñarol”, o incluso alguno gritó “carboneros”. No hay caso, en el país y en el exterior, el Manya es el más grande.

"Houston, we have a problem"

Casi enseguida, empecé a sentir unas terribles ganas de lo primero ..., y Julio también. El Abeja “quería despedir a un amigo”, y recién habíamos pasado por baños químicos. Así que le sugerí que buscáramos una estación de servicio o del Metro, para aprovechar los baños. Pero había que salir de la carrera e ingresar a territorio desconocido. Casi en los 15K, donde estaba el 2º puesto de hidratación, ingerí un sobre de carbohidratos en gel que me dio el Abeja. En cuanto vimos un murito sobre la derecha, hicimos la parada técnica ... No entro en detalles, pero perdimos al menos 3 minutos.
Ya con menos peso, retomamos el camino. A los 20K, llegamos en 2h 01’ (1h 02’ en estos segundos 10K, con la parada incluida), así que podemos decir que llevábamos una regularidad envidiable. A los 21K, mitad de la prueba, llegamos en 2h 08’ donde había nuevamente un puesto de hidratación, que desde los 15K se instalaron cada 3K, con agua, Gatorade y esponjas para refrescarnos, y cada 10K con frutas y carbohidratos en gel. Un lujo de atención.

A los 24K ... ¡me acordé de Felipe “Correcaminos” Rego! Si, aunque no lo crean, pues me pidió que dejara constancia de que estaba corriendo esa mañana su carrera No. 200, en Villa Española. En fin, después dicen que los corredores estamos medio locos.

Ya a esa altura notábamos que Julito se quedaba un poquito atrás, así que bajamos un poco más el ritmo, para tratar de mantenernos en grupo. Los barrios por los que pasamos eran preciosos, con una vista espectacular de la Cordillera, pese a la nube de smog que cubre a la ciudad (y que se divisa a simple vista). Notaba que en general, lentamente superábamos a competidores que iban más adelante, lo cual era una señal de que podíamos mantener sostenidamente el ritmo, en tanto otros ya estaban sufriendo el cansancio.

"The wall"
 
En lo personal y junto al Abeja, puedo decir que no lo encontramos, pues no sufrimos consecuencias del “famoso” muro entre los 27 y los 32K. Es más, allá por los 26K entramos a un túnel largo, donde ya vimos que Julio se quedaba. 

Con el Abeja decidimos esperarlo un poco, para tratar de que se pusiera a rueda y llegar los tres juntos. Cruzamos el túnel, y enfrentamos –llegando a los 27K- la subida más importante de toda la carrera, corta pero sostenida. Nos hidratamos en el puesto y esperamos a Julio. Cuando vimos que venía como 100 mts atrás, decidimos retomar el camino a ritmo lento, después de hacerle señas.

Llegamos a los 30K en 3h 04’, es decir que esos terceros 10K los hicimos en 1h03’ ... un relojito. Enseguida del puesto de hidratación, estaba una banda musical dando un toque de alegría a la carrera. Además, la gente se agolpaba en la vereda y alentaba mucho a todos los maratonistas.  A partir de ese momento, empezaba la bajadita hasta la llegada. Habíamos hecho 30K subiendo un desnivel total de 150 metros, y ahora nos quedaban 12K para volver a bajarlos. El alma se templaba pensando en que lo más difícil ya había pasado. El Abeja grababa imágenes cada 3K con su cámara, y dejábamos constancia de cómo veníamos.

Cada tanto chequeaba mentalmente el estado de mi cuerpo. Recorría músculos y articulaciones, para percibir alguna molestia. Salvo el cansancio que sentí en las piernas durante los primeros 10K (fruto de las largas caminatas del sábado), y alguna molestia en el muslo izquierdo que al rato desaparecía, no sentí ningún dolor.

"Larry, Moe y Curly"
 
Aproximadamente a los 32.5K divisamos a Carlos K-Brón Barboza, que iba caminando. En cuanto nos pusimos a su lado, nos dijo que le había pegado a un bulón atornillado al piso, al extremo de que venía sufriendo y sintiendo que era su peor maratón. Había puesto 50’ en los primeros 10k la bestia ...  “No los puedo seguir”, señaló durante los 100 metros que corrimos juntos, así que continuamos a nuestro ritmo.

“Si te vas, no, no no, no me voy a matar,

sabés, mejor, llevate si querés el televisor,

mientras hacés la valija, escuchá esta canción”

El Abeja ya empezaba a “sostenerme”, pues cada tanto me señalaba que el ritmo que llevábamos era muy fuerte (lo manteníamos casi desde el principio), a lo cual inmediatamente me sumaba diciéndole que debíamos aflojar un poquito. Se puso a cantar temas de Memphis La Blusera, a lo cual le respondía aportando alguna estrofa a viva voz. Así, era habitual que los demás corredores y el público se sorprendiera escuchándonos decir “Si te llevás la cama, Chuchi, dejame el colchón ...”. Obviamente, saludábamos golpeando las manos de cuanto niño estaba al costado, dándonos aliento.

"El discurso del Rey"

De esa manera, llegamos a los 40K en 4h 08’ (1h 04’ en los últimos 10K). A los 41K me quedé sin batería en la cámara de fotos ... El Abeja nuevamente grabó el mensaje, donde confieso que “me quebré” cuando le dediqué la maratón a mi viejo, que a sus 81 años vive pendiente de mis aventuras allá en Artigas, añorando sus años de corredor (¡y nunca se animó a correr una maratón!). Extrañé a Adriana, Maite, Gonza, Vivi, mis hermanos, sobrinos, compañeros del equipo y entrenamientos ...

El sonido del calzado golpeando sobre el piso de la Alameda Libertador Bernardo O’Higgins me hizo recordar que había comprado championes nuevos la noche anterior, y que los estaba estrenando, algo que se recomienda no hacer. Pero por suerte no tuve ninguna consecuencia.

Cruzamos al costado del Cerro Santa Lucía, y ya divisamos la torre de ENTEL, la bandera chilena frente al Palacio de la Moneda y el arco de llegada. Con el Abeja, decidimos llegar con la bandera uruguaya desplegada en un pique final arrollador.

“Carros de fuego”
Sí, cuando nos metimos en el vallado formado en la llegada, nos faltaban unos 300 metros. Mi  compañero de ruta prendió su cámara y se puso a grabar. Apuramos el paso y superamos a varios corredores que estaban cerrando su participación. Con una sonrisa, cruzamos la línea de llegada en un total de 4h 19’52” de tiempo neto. Los últimos 2.195 mts los hicimos en menos de 11’52”, ya que no tengo el registro exacto del paso por los 40K. Un premio a la regularidad, con un promedio de 6’10”/K y con muy escasas variaciones durante todo el recorrido. Ocupamos la posición 1452 y 1453 en la general, 126 y 127 en nuestra categoría V 50-54.

Nos fundimos en un fuerte abrazo y nos agradecimos mutuamente. La verdad es que mi compañero de ruta se portó de maravillas, sosteniéndome en el momento más duro, en especial a partir de los 35K, cuando podría haber llevado un ritmo más fuerte que el mío y “me llevó”. Un grande, sin dudas. Es una de esas experiencias inolvidables que esta vida me brindó.

"Temple de Acero"
  
Apenas nos rehidratamos y nos alimentamos, encontramos a Carlitos (que había completado su media maratón en 2h 29’23”) y al Molékula, que había llegado en la posición 443 con 3h 32’53” (un lujo). Esperamos la llegada de Julio (llegó en la posición 1975 con 4:54:34) y de Pedro (posición 2193 con 5:18:37). A Carlos “K-Brón” Barboza no lo vimos llegar (había arribado en la posición 1896, con 4:53:02).

Emprendimos el retorno al hotel, caminando. Nos vino muy bien, pues así movíamos los músculos y evitábamos alguna complicación muscular. Después de un baño reparador y de descansar un rato, comimos algo en el apto. El Molékula volvió en el avión de 20:50 a Montevideo, en tanto los demás –salvo Julio, que volvió el lunes también a las 20:50- tomamos el que salió a las 8:50 desde Santiago.

 

Físicamente me siento muy bien, sin cansancio ni molestias musculares. Espiritualmente, conformamos un precioso grupo, con integrantes pertenecientes a diferentes equipos de la AAU, pero por sobre todas las cosas, nos divertimos un montón y aprendimos a respetarnos desde nuestras diferencias. Es la mayor riqueza que podemos encontrar en la vida en sociedad, donde siempre estamos aprendiendo de los demás; alcanza con tener el alma abierta a los encuentros, para poder sentirse a gusto con personas con profesiones o actividades tan distintas, pero con la misma pasión por correr.

A los compañeros de aventura, un enorme ¡GRACIAS! Y ojalá que la vida nos siga dando oportunidades para encontrarnos y compartir estas locuras. Run, Forrest, run.

A quienes llegaron con la lectura hasta este punto, espero no haberlos aburrido. Traté de reflejar todas las sensaciones vividas, de la manera más auténtica.

Hay muchas fotos colgadas en Facebook, tanto por mí como por los demás compañeros de viaje.