La jornada estaba ideal para ejercicios al aire libre, ya que a primera hora se presentaba bastante fresca, aunque el sol hacía suponer que íbamos a tener un clima agradable. Prácticamente no había viento, y las escasas nubes dibujaban figuras en el cielo. En esta oportunidad -al igual que en el caso de la San Fernando- fui en el ómnibus de "Tubino Viajes y Turismo ...", que salió a las 7:00 AM desde la Plaza de los Treinta y Tres (frente al cuartel de bomberos), para llegar al destino, a la altura del K 116 en la entrada de Cabañas del Tío Tom, un ratito antes de las 9:00.
Terminé de cambiarme -me correspondió el No. 414- y puse rumbo a la playa, donde encontré al gran Fernando Martínez, compañero de D-Mentes e ideólogo de nuestra próxima participación en el Cruce de los Andes. También estuvimos conversando un buen rato con el amigo Marciano Durán, casi "dueño de casa" en esa zona, ya que -además de su rol como Director de Cultura de la Intendencia de Maldonado-, por ser un corredor empedernido, es habitual encontrarlo entrenando por el Arboretum Lussich. Se precia de ser un profundo conocedor de todos sus rinconcitos.
Con Fer estuvimos conversando sobre aspectos organizativos de nuestra próxima aventura, y de la prácticamente nula colaboración y apoyo que hemos conseguido para Uruguay x Livestrong y el Inst. de Neurología del Hospital de Clínicas. No importa, igualmente allá vamos con nuestro esfuerzo.
También estuvo el amigo Víctor Trillas, que fue con su familia y luciendo orgulloso la camiseta de los D-Mentes. Me vino muy bien, pues pude sacar algunas fotos y le dejé la cámara a Fernanda, que se encargó de sacar otras en la llegada.
Subimos caminando por ese tramo junto a Willy de Armas, para evitar "quemarnos". Ingresamos al Arboretum y ahí pudimos volver a trotar, en una parte con mucha sombra natural. Los aromas que se disfrutan son inigualables. Completé los 5K en un tiempo acumulado de 27'49". Entre avances lentos en las zonas de subida, llenas de raíces, arena y restos de ramas, fuimos conversando bastante con Willy. En una gran bajada llegué a mi mayor "velocidad": 4'03"/K. Se pone bastante difícil poder frenar en esas condiciones, resultando peligroso por las posibilidades de caer.
Llegamos al punto más alto, para disfrutar de la excepcional vista que se tiene desde esta zona privilegiada de Uruguay, donde se aprecia la Laguna del Sauce y el mar. Bajamos para completar los 10K en un tiempo acumulado de 58'31" (5'51"/K de promedio). Ahí encontramos una zona de hidratación, en la salida del Arboretum. Unos metros antes, una atleta de habla inglesa estaba al costado del camino con dos acompañantes, con un terrible golpe en una pierna.
Cruzamos hacia Solanas, donde corrimos por el costado de la Interbalnearia. En la entrada, estaba nuevamente Pablito y familia. Sus gurises (Sofía, Mateo y Cata), al distinguirme a la distancia, empezaron a corear mi nombre. ¡Qué hinchada! Fue una nota muy divertida.
Ingresamos a Solanas, corrimos por sus calles y caminos de arena, para encontrar un nuevo punto de hidratación y frutas. A los 15K llevaba 1:28:01 (promedio de 5'52"/K), así que estaba manteniendo el ritmo en buenas condiciones.
Salimos al costado de Laguna del Sauce, corrimos -con bastante calor- frente al Hotel del Lago, para salir finalmente hacia la represa sobre el arroyo Potrero que está al costado del predio del Batallón 14. Allí estaba un puesto de Gatorade. ¡Qué bueno! Absolutamente frío y altamente disfrutable. ¿Qué más se puede pedir? Corriendo, disfrutando de la naturaleza en su estado más puro, lleno de aromas y sonidos muy agradables, "sufriendo" algo de cansancio y calor, y recibiendo un vaso de Gatorade bien frío ...
Salimos del predio del Batallón a la altura de la Interbalnearia, para doblar a la izquierda y alcanzar casi a los 20K, el cruce del arroyo Potrero ... Completé los 20K en un tiempo acumulado de 1:58:35 (con un promedio de 5'56"/K). Curzando el arroyo, veo que el corredor que iba adelante casi "desaparece" en el agua, ya que en el medio estaba bien hondo ... por suerte era un tramo muy corto, pero hasta ahora nunca había encontrado este arroyo tan profundo. Suerte que no había llevado la cámara de fotos, pues a varios se les mojó. Enseguida de cruzar, ingresamos hacia Chihuahua, momento en el que veo a Willy que corría unos 200 metros adelante. Decidí apurar un poquito el paso, para tratar de alcanzarlo, cosa que conseguí en la subida a la enorme duna que nos separaba del mar.
Recibimos nuestra medalla recordatoria, fruta abundante, agua saborizada Salus y Gatorade.
El próximo fin de semana me esperan los 59K de MTB en Lapataia. Allá vamos ...
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