Durísima. ¿Qué más puedo decir? Hace ya un tiempo que confirmé mi participación en la primera fecha de la serie de carreras de MTB organizadas por SUCA Sports, inscribiéndome en la distancia "Endurance" sobre un total de 59K. Con el entrenamiento para el Cruce de los Andes, prácticamente no hice MTB salvo las idas y vueltas -de vez en cuando- en bicicleta a trabajar. Pero obviamente no puedo considerarlo un "entrenamiento" pues me lleva no más de 15 minutos, sobre calle. Me venía bien esta participación, pues el próximo domingo tengo la carrera de aventuras "De Sol a Sol Verano", combinando running, MTB, kayac y nado, todo con orientación. A ello le agrego que el recorrido de la carrera es bastante bueno, ya que tiene unos 40K sobre caminos de tierra, y unos 20K sobre trillos de pasto con parte dentro del monte y cruzando algunos arroyos. Lo "duro" de esta carrera siempre fue el fuerte calor que hace a esta altura del año, así que me preparé con suficiente hidratación.
Pero ... no contaba con que esta mañana, en cuanto me levanté, me iba a encontrar con la lluvia que caía sobre Montevideo. Ello llevó a que algunas de mis acompañantes -que habían preparado todo para pasar un rato agradable en Lapataia- decidieran no ir. Adriana (y Vivi) se quedaron, así que me acompañó solamente Maite (mi hija), a quien levanté poco después de las 7:30. Llegamos al destino y fui a retirar el kit de la carrera, correspondiéndome el No. 024. Terminé de preparar la bicicleta Scott (la "carbonera", por su colores similares a los de Peñarol) y fui a la zona de largada, con una tenue llovizna que seguía cayendo.
Apenas nos colocamos en la largada, se largó la llovizna, suave pero persistente. Salimos a tren controlado por unos 500 metros, aunque hubo tres que ya se engancharon y cayeron apenas habíamos salido. En cuanto salimos, la lluvia se largó de un modo más sostenido, al extremo que costaba ver. Debía ir mirando hacia abajo para evitar las gotas sobre los ojos, pero tratando de levantar la vista para poder ver a quienes iban adelante. El barro que largaba mi bicicleta, más el que tiraban quienes pedaleaban adelante, hizo que ese tramo fuera complicado.
Aproximadamente a los 18K, encontré a un par de competidores que se habían enganchado (uno de los 39K que volvía, con una que iba ...). Pese a que estaban en el piso, ya había otros competidores que los estaban auxiliando y no presentaban dificultades mayores, salvo el golpe que se pegaron. A los 19K estaba el primer puesto de hidratación, para cruzar enseguida la Ruta 9 (punto donde retornaban los de la distancia corta). Seguimos y a los 25K encontré a otra corredora que se había caído sola al morder el borde del camino. En determinado momento casi me pasó eso en una fuerte bajada, dado que no pude frenar como consecuencia del piso mojado, y "pegué" sobre un bordecito para volver casi de milagro a la ruta. Podría haber sido una terrible "piña" que dejara sus consecuencias, pero quedó en una anécdota mínima y un susto pasajero.
A los 29K y fruto de que casi todos vamos mirando hacia abajo, quienes me precedían siguieron por el camino que veníamos recorriendo hacia la izquierda, cuando las cintas señalaban que debíamos entrar por un trillo de pasto, al costado del alambrado. Les pegué el grito, pero siguieron ... Casi seguramente estuvieron haciendo kilómetros de más, perdidos en el recorrido. ¡Y estaba lindo para hacer más distancia de la prevista!
Después de ese trillo de pasto, vino el tramo más complicado. Mucho barro -pero mucho, eh-, camino muy feo, y entramos al monte. La bici iba permanentemente resbalando, al extremo que en determinado momento -cuando ví que quien iba adelante se cayó dos veces- decidí bajarme y seguir caminando. La enorme cantidad de barro y pasto acumulado sobre ruedas, frenos y cambios, prácticamente impedían avanzar. Y de ese barro bien negro ... todo pegoteado, con restos de pasto que se metían entre los cambios y frenos. Ese tramo de unos 4K, entre caminatas y pedaleadas, nos llevó hasta un arroyo donde todos paramos a lavar las bicis. ¡Por fin! Recordaba este recorrido de mis participaciones anteriores, pero nunca con este nivel de "dureza". Me llevó no menos de 5 minutos poder despegar todo el barro y quedar en condiciones de seguir. A los 34K retomamos un camino de tierra firme, momento de pedalear fuerte.
Como señaló otro competidor cuando lo superé: hoy alcanza con llegar, eso ya es un triunfo. Así que me dediqué a mantener el ritmo, para encontrar a los 41K el último puesto de hidratación en el puente bajo la Ruta 9. Me dijeron que faltaban 8K ... cuando en realidad, según mis cuentakilómetros, faltaban 18. Y tenía razón.
De esa manera, con lo último que me quedaba de fuerzas, alcancé la meta en un tiempo neto de 3 h 10 min. No fue mi mejor tiempo en este recorrido, pero hoy lo importante era llegar. Después de un buen "manguerazo" en Lapataia para sacar el barro más grueso, me cambié y emprendimos el retorno con Maite.
Cuando llegué a casa, tenía la rueda trasera de la bici totalmente en llanta. ¡Si se habrá portado bien la "Carbonera", que me permitió llegar a la meta! Ya le hice un service "casero" profundo (limpieza y lubricación), para dejarla en condiciones pensando en el próximo domingo.
Sigo pudiendo soportar estos desafíos sin mayores dificultades, así que no me puedo quejar. Nos vemos, "en carrera", como siempre.
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