El horario de largada estaba previsto para las 8:00 con una charla técnica a las 7:30, así que con mis compañeros pactamos que me pasaban a buscar a las 4:30. Me desperté a las 4:00, desayuné algo rápido y bajé con mis cosas, para estar a la hora convenida en la puerta de casa. En ese momento me llama Diego, que estaba en la puerta de la casa de Marcelo y no aparecía ... Lo llamaba al celular y no contestaba ...
También yo intenté y me pasó lo mismo. Finalmente, llegaron a casa a las 5:00 ... Marcelo había cambiado de celular y no lo escuchó, hasta que lo despertó el perro que ladraba. Sin comentarios ... dice que como yo le había dicho que saliendo a las 5:00 llegábamos bien, decidió dejarme descansar un poco más ... ¡sentado en la vereda!
Arrancamos con mucha expectativa y con un montón de comentarios sobre mi participación en La Misión. Sorry compañeros, pero ustedes preguntaron ... así que estuve como la mitad del viaje contando esa experiencia con lujo de detalles. Fuimos tomando mate y comiendo bizcochos que había llevado Diego. Allá por los 90K nos pasó Pablo Lapaz, raudo, y lo llamé al celular para conversar un poquito.
Llegamos al destino, nos correspondió el No. 5, y nos dedicamos a preparar las bicicletas para la carrera.
En la charla técnica, nos entregaron un mapa con los PC marcados (8), las Áreas de Transición (5) y las explciaciones en la Hoja de Ruta. A las 8:25 y después de una breve cuenta regresiva, largamos con la primera disciplina: running-trekking, cruzando el Arroyo de los Negros a unos 1000 metros. Casi enseguida, cruzando una parte con algo de barro, pisé mal y me "planché" ... recién habíamos salido y ya iba embarrado. "Comentario para tu crónica" dijeron mis compañeros. Fuimos con rumbo Noroeste hacia el PC1 (unos 5K), que estaba sobre un puente ferroviario, donde tomamos una fotografía, que debíamos mostrar en el PC2. Volvimos con rumbo Sur y nos metimos al monte, pues en realidad deberíamos haber tomado rumbo SE ... pudimos cruzar entre malezas y terreno muy sucio, para encontrar a una gran cantidad de corredores que también se habían pasado y volvían hacia el PC2. Llegamos todos bastante juntos a ese punto, para seguir después por la margen izquierda del Arroyo José Ignacio buscando el PC3 "Paso de las Piedras".
Anduvimos bastante perdidos, al extremo que después de mucho buscar, nos encontramos al costado de una cantera, muy cerca del punto de largada ... Debemos haber pasado a escasos 100 o 200 metros del PC3, pero no lo vimos. Decidimos seguir y alcanzar las bicicletas, que nos esperaban en el AT1 ubicado en La Corona. Llevábamos unos 12 kilómetros.
Llegamos a la Ruta 10, cruzamos caminando y salimos a la playa Garzón, donde estaba el PC6. Caminamos por la playa hacia el Este durante unos 2K, hasta alcanzar el AT 3/4, punto donde debíamos ir hasta la ruta 10 a buscar el kayac y equipo para la navegación. Marcelo se intentó poner el traje de neopreno y no le servia (se lo habían prestado). Al único que podía entrarle era a mí, así que finalmente decidí aprontarme para nadar ... ¡yo, que apenas floto! ¿Y ahora?
Después de varios intentos de poner el kayac en el agua y superar las olas que rompían, incluyendo algún revolcón dadas vuelta, pudimos entrar al agua. Mis compañeros remaban intentando superar la parte más difícil, en tanto yo iba agarrado de una cuerdita que habíamos atado, ayudándome con las patas de rana. En cuanto superamos la parte más difícil, pude "colgarme" de la parte trasera del kayac, y así intentamos avanzar. Estuvimos como una hora en el agua, sin posibilidades de avanzar sostenidamente -habremos hecho un par de kilómetros-, en tanto Marcelo se sentìa cada vez peor. Decidimos volver -cosa que hicieron también otros competidores- y no marcar el PC7. Ya no habíamos marcado el PC3, así que no nos iba a cambiar mucho. Con bastante peligro, pudimos retornar a la orilla ... más hacia el Oeste, otro grupo de competidores había tenido que recibir ayuda para salir del agua, y se la había visto bastante fea ...
Parece muy difícil hacer kayac en el océano ... además, resulta particularmente peligroso, según pudimos comprobarlo en la jornada de hoy. Según parece, el año pasado también sucedió algo por el estilo.
Juntamos nuestras cosas y llevamos el kayac a la zona al costado de la Ruta 10, no sin antes "quemarnos" la planta de los pies con la arena a temperatura altísima. Todavía me arde ... Marcelo casi no podía sostenerse, así que a la llegada de ese punto, decidió abandonar. Eso sí, la sonrisa no lo abandonó nunca.
Con el sol a pleno, subimos a las bicis en el preciso instante en que llegaba Pablo Lapaz y sus compañeros. Salimos a rodar a un buen ritmo, por una ruta de tierra en bastante buen estado. Alcanzamos el PC8 sobre Ruta 9, después de hacer unos 9 kilómetros. Continuamos hacia el Norte y después de unos 6K, llegamos a la meta. Marcelo ya estaba "bañado" y nos esperaba para sacarnos esta foto que testimonia el momento de nuestra llegada.
Recibimos un par de hamburguesas, un refresco y una medalla recordatoria. Cuando me voy a bañar y me saco el gorro, noto que estaba "pegado" a mi pelo ... tenía flor de corte y había sangrado bastante, aunque no me había dado cuenta. Haciendo memoria, me di cuenta que me lo había hecho cuando entramos al agua. Cuando enfrentamos una ola grande me tiró el kayac arriba y me golpeó la cabeza ... sin comentarios. ¿Cabeza dura, dijo?
Completamos nuestro recorrido en un total de 6hs 20 minutos, haciendo unos 41.5K de bicicleta, 19.5K de running y 2K de kayac. En la parte de bicicleta anduvimos bastante bien, pues pusimos 1h 55 minutos para hacer esos 41.5K. Indudablemente, lo nuestro no es el agua, al menos la de mar.
Guardo las anécdotas del retorno, pues forman parte de los pactos que hicimos con los compañeros de aventuras (algunas bromas, otras exageraciones, actos heroicos -o no tanto-, apuestas, desafíos ... ).
Nos vemos el próximo sábado en la Doble San Antonio, subiendo y bajando el cerro en Piriápolis.
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