En un fin de semana con condiciones del clima muy cambiantes, tuve el enorme placer de participar -por 2o. año- en la Salomon Running Race disputada en Villa Serrana, sobre un recorrido total de 46K (según la organización) en la categoría Extreme Individual (con el No. 147). Dado que la competencia se desarrolla durante los días sábado y domingo, con los compañeros Pablo Lapaz (y Claudia), Ruben Beledo (con Silvana, Belén y Facundo), Luis Castro y Álvaro Bentancor, habíamos decidido acampar en la zona de camping, saliendo de Montevideo el viernes por la tardecita.
Nos encontramos a las 20:00 hs. en el K25 de la Ruta 8 (Barros Blancos), donde levanté a Alvarucho. Entre mucho mate y escuchando a "El Cuarteto de Nos", finalmente llegamos a nuestro destino alrededor de las 22:00 horas, con una oscuridad importante que nos hizo dudar del lugar de entrada. Hechas las consultas por teléfono con los organizadores y gracias al apoyo de un corredor que ya estaba instalado, pudimos ingresar con los vehículos y armar las carpas. A las 23:00 prendimos el fuego ... terminamos de comer el asado como a las 2:00 de la mañana, y nos fuimos a descansar. En mi caso, compartí carpa con Álvaro y el Abeja. Prometí no contar que el Abeja llevó colchón inflable y ... ¡sábanas!
El sábado a la mañana, después de desayunar, fui a retirar mi kit. Nos vestimos "para la fiesta" -lo que comprendió una afeitada (siempre hay tiempo para el cuidado personal) ... - y me encontré con los compañeros sureños Marcelo Bariatti, Ramón Parodi y Juan C. Chuminatti, con quienes me saqué la foto de rigor. ¡Aguanten los sureños!
A esa altura, nuevamente nos encontramos con Jorge Dovat y Enrique Kike Navas, con quienes compartimos el recorrido en la carrera del año pasado. Llevaba la mochila de hidratación a la espalda, lo que me permitió hidratarme suficientemente y combatir las consecuencias del impresionante calor. Las piernas ya sufrían con el desnivel del terreno. Como dice la máxima de los ultramaratonistas: "si no ves la cima, camina", así que lo hicimos en varios tramos empinados, tratando de reservar energías para el resto de la carrera.
Entre comentarios sobre carreras, programas de actividades futuras e incluso algunos aportes tomados de libros escritos por corredores, fuimos devorando los kilómetros y se nos hizo más llevadero el recorrido. A los 7K estaba el primer puesto de hidratación. Aproximadamente a los 8K, doblamos a la derecha para ingresar sobre caminos de pasto, con rumbo al Salto del Penitente. El recorrido era precioso, pero duro.
Cerca del final de ese tramo, nos cruzamos con los corredores que ya volvían. Giramos en U y emprendimos el retorno. En el 2o puesto de hidratación, recibimos Gatorade y frutas. Con mucho calor e intercambiando trotes y caminatas rápidas, doblamos a la derecha donde estaba el primer puesto de hidratación, para seguir nuevamente por caminos de pasto. Aproximadamente a los 21K salimos nuevamente a un camino de balasto con una cierta bajada rumbo a la zona de llegada, lo que nos permitió recuperar terreno y bajar a ritmo interesante (alrededor de 5'/K). Ya faltando unos 2K, mi compañero Abeja tuvo que recurrir a la protección de los arbustos ... me gritó que siguiera. Continué a ritmo lento mirando siempre hacia atrás para ver si venía, pero no hubo caso ... Finalmente, completé el recorrido en un total de 2:49:56 en tanto el Abeja llegó 2 minutos después.
Con el calor reinante, nos metimos al agua de la represa para refrescarnos un poco. Fue el único "baño" del fin de semana. Después del almuerzo (pastas, como corresponde a un corredor que se precie) y de un buen descanso a la tarde, sentimos que el tiempo cambiaba fuertemente, ya que se nubló y bajó notoriamente la temperatura, con amenazas de lluvia.
Decidimos prender el fuego en uno de los fogones de la zona de camping, y hacer una buena parrillada. Fue el momento para las bromas y promesas de "venganza", en particular entre Pablo y Rubito (¡pese a que corrían en pareja!). ¡Carne y achuras en la noche previa! Eso no es nada ... el Abeja apareció con un líquido amarillento con hielo, y las botellas de cerveza seguían pasando ...
Considerando las condiciones del clima, Rubito decidió cambiar de lugar su carpa y se instaló debajo del toldo, al lado de la nuestra. Durante la noche, cayeron algunas gotas y sopló fuerte el viento, pero no pasó de eso. A la mañana del domingo, empezamos a sentir el ruido de la gran cantidad de gente que venía a participar de la etapa de 21K. Entre ellos, encontré al compañero Fabián Marrone, amigo con quien comparto los entrenamientos en el Gimnasio Sayago, y me quedé esperando la presencia de Víctor y Ruben Trillas que habían anunciado su intención de ir ... los bizcochos y tortas fritas de Piriápolis deben haber resultado más tentadores para Víctor, que una carrera en las sierras.
Entre los compañeros de aventura que llegaron, también estaba el gran Willy de Armas, con quien hemos compartido varias carreras, así que no fue necesario ningún acuerdo previo: corrimos juntos. Estaba estrenando bermudas (es característico en Willy). Dada la experiencia que traemos con el Abeja, fuimos durante todo el recorrido compartiendo instrucciones sobre la carrera.
En esta oportunidad, el recorrido comprendió la fuerte subida durante unos 2K, para posteriormente girar a la derecha e ingresar a una zona con caminos de pasto y por dentro del monte, donde encontramos -a los 3.8K- a un corredor con un esguince de tobillo, en el piso. En esa zona el terreno estaba bastante desparejo, con bajadas pronunciadas, piedras sueltas, barro y pozos, que hacían aconsejable extremar los cuidados para evitar lesiones. A los 4K salimos a la altura de la largada, cruzamos el puente al costado de la represa en Villa Serrana y empezamos a subir nuevamente por caminos de balasto y pasto. En los puestos de hidratación recibimos también frutas y cereales, con una atención que muestra respeto por los competidores.
En algún momento me sentí cansado y les dije a mis compañeros que siguieran, pero decidieron mantener el paso para llegar los tres juntos. De esa manera, con un tiempo de 2:07:18 completamos la etapa.
El Abeja se había adelantado unos 200 metros, pero decidió esperarnos para cruzar la meta. De esta manera, con un tiempo total de 4:57:14 completé los 46K del recorrido de ambas etapas (según la publicación oficial), ocupando la posición 48 en la categoría "Extréme Individual". En Caballeros 50-59, quedé en la 3a. posición.
Después de la llegada, recibimos una medalla recordatoria, mucha hidratación, fideos instantáneos de Las Acacias, frutas, barritas de cereales ...
Nos cambiamos, desarmamos las carpas, hicimos un almuerzo compartido y emprendimos el retorno a Montevideo. El cansancio se siente bastante, pero me queda la satisfacción de haber bajado bastante mi tiempo del año pasado, haber sumado kilómetros de entrenamiento pensando en los desafíos que se vienen, y de haber compartido un fin de semana espectacular con amigos y en contacto con la naturaleza.
Gracias Pablo, Rubito, Abeja, Alvarucho, Willy ... y todos los que encontré en ambas jornadas.
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