En una fría y ventosa jornada, finalmente ayer se disputó la 64ª edición de la Doble San Antonio en Piriápolis –en esta oportunidad por primera vez sobre un recorrido de 10K-, que había sido prorrogada el sábado 24 como consecuencia de la enorme cantidad de incendios que asolaban aquella zona de nuestro país.
Llegamos cerca de 20 hs a Piriápolis e inmediatamente fuimos hasta el Club Ateneo a retirar los chips, donde encontramos al Popo Dos Santos y al montón de amigos de locuras que generamos en estas actividades. Como iba con muchas ganas de “lo primero”, en el Ateneo usé un baño que merecía estar con llave … era un atentado a la salud. No había merendado nada y el hambre hacía de las suyas, así que me compré barras de cereales y me tomé una botellita de Gatorade. Encontré a mis sobrinos (Ismael y Nicolás) que fueron a hacer su debut en estas actividades, acompañados por otros dos artiguenses, todos con atuendos poco serios (pelucas, leyendas en la espalda “Élite” y cosas por el estilo). Nos cambiamos en el auto –que había quedado a una cuadra de la largada y llegada- y nos sacamos algunas fotos, entre ellas una con el keniata que fue invitado a participar y que justo pasaba rumbo a la largada. Llegó 6º … con ese físico más que envidia casi diría que daba un poco de lástima.
Nos dirigimos a la largada para sacarle alguna foto a los más chicos, que corrían –dependiendo de la edad- sobre dos distancias: 500 mts y 2K. Había una enorme cantidad de gurises –como en general sucede en esta carrera, lo cual le da un toque distinto y multicolor. Empezamos a hacer algo de calentamiento (muy poco, pues casi no nos quedaba tiempo), y mientras trotábamos seguimos encontrando amigos y “locos”, lo cual ameritaba una vez más parar para las fotos. Nos sacamos fotos con el Colorado de Omar Gutiérrez, con los Rápidos Orugas (que parece que no corren más en el equipo), con mis sobrinos y sus amigos, y nos sumamos a los compañeros de Sayago Running que ya estaban en la fila. Ahí largamos algo pasadas las 21:30, junto a Rai, Fabián, Diego, el Popo, Juan, Gerardo, Ariel, Jorge R., Fernando, los Orugas, César, Augusto, Marcos (parece que estaba Carlitos, pero no lo vi), con un ritmo algo lento dada la enorme cantidad de gente y las dificultades para desplazarse sin tropezar.
El recorrido de 10K era igual al del año pasado, más 2K agregados sobre la rambla hasta el Puerto, lo que supone una distancia de 2k sobre el llano, 3K en la subida al Cerro, 3K en la bajada y nuevamente los 2K planos hasta la llegada. En lo personal, me costó un poco el primer tramo de la subida donde sentí que me quedaba sin aire, lo que hizo que bajara notoriamente mi ritmo para recuperarme, y llegué a la cima (la mitad de la carrera) en 29’ 35” (un promedio muy pobre de 5’ 55” por Km). En el recorrido identifiqué la casa de un compañero de trabajo en plena subida –José A. Licandro- que asistía junto a su familia a la carrera. Le pegué el grito esperando que me ofreciera algo … agua, alguna fruta, un aperitivo, el baño, alojamiento … yo que sé, algo … pero nada … pensé que lo había agarrado de sorpresa y que a la bajada me iba a estar esperando. En la bajada, nuevamente le grité ... pero nada. Se limitó a alentarme con un "fuerza Saldanha, que sos de Artigas" (Saldanha es mi 2° apellido, ya que en general yo me refiero a él de la misma manera diciéndole "Goldaracena").
En esta carrera en general bajo notoriamente mejor que cuando subo, y no siento molestias como en general le sucede a muchos corredores por el “uso forzado” de músculos que normalmente no entran tanto en juego cuando corremos en superficies más planas. En los 5K del descenso y el recorrido sobre la rambla hasta la llegada, puse 25’ 25” (promedio de 5’ 05” por K), lo que determinó un tiempo total de 55’ para los 10K (5’30” x K), que considero bueno dado que el año pasado –sobre una distancia de 8K- había hecho un promedio de 5’37”. Quien también viene mejorando notoriamente sus tiempos es Rai (se notan los resultados de su mejor estado físico), que nuevamente me ganó por algo más de 2 min, lo que demuestra que “técnicamente estoy en recesión” pues ya van 3 carreras que no lo puedo superar. El debut de mis sobrinos fue muy bueno, pues Nicolás (el más chico) me ganó (puso algo así como 54’) e Ismael (el más grande) llegó en 56’. Si entrenan un poquito, tienen mucho futuro.
Fuimos hasta el auto y le hicimos entrega "formal" a Fernando López Bianchi de su trofeo ganado por el campeonato del año pasado, en un sencillo pero emotivo acto en la oscuridad de la noche de Piriápolis, junto a su familia. Ahí salió una "invitación" para hacer la maratón (o mejor, la media maratón) de Santiago de Chile el domingo 5/4/09.
No hubo ducha al final, sino que nos cambiamos para poder soportar adecuadamente el viaje de vuelta, y fuimos hasta el carrito que está al lado de la Estación de Servicio ANCAP, donde mis compañeros comieron bastante y disfrutamos de un par de cervezas (y sentimos el muy fuerte viento y algo de frío sobre la rambla). Yo, como siempre me sucede después de una carrera, no tenía apetito. Salimos algo después de medianoche y llegué a casa casi a las 2 de la mañana, después de dejar a los compañeros.
En mi 88ª carrera llegué a 1.027,5 K en competencias oficiales exclusivamente de “running” (37,5 en el año 2009), y 1.265,5 K considerando además las carreras de MTB y triatlón que empecé a disputar sobre fines del año pasado. El próximo fin de semana nos espera el MTB, con un desafío nocturno el sábado 7 o los 45K en San Carlos. Allí estaremos.
Llegamos cerca de 20 hs a Piriápolis e inmediatamente fuimos hasta el Club Ateneo a retirar los chips, donde encontramos al Popo Dos Santos y al montón de amigos de locuras que generamos en estas actividades. Como iba con muchas ganas de “lo primero”, en el Ateneo usé un baño que merecía estar con llave … era un atentado a la salud. No había merendado nada y el hambre hacía de las suyas, así que me compré barras de cereales y me tomé una botellita de Gatorade. Encontré a mis sobrinos (Ismael y Nicolás) que fueron a hacer su debut en estas actividades, acompañados por otros dos artiguenses, todos con atuendos poco serios (pelucas, leyendas en la espalda “Élite” y cosas por el estilo). Nos cambiamos en el auto –que había quedado a una cuadra de la largada y llegada- y nos sacamos algunas fotos, entre ellas una con el keniata que fue invitado a participar y que justo pasaba rumbo a la largada. Llegó 6º … con ese físico más que envidia casi diría que daba un poco de lástima.
Nos dirigimos a la largada para sacarle alguna foto a los más chicos, que corrían –dependiendo de la edad- sobre dos distancias: 500 mts y 2K. Había una enorme cantidad de gurises –como en general sucede en esta carrera, lo cual le da un toque distinto y multicolor. Empezamos a hacer algo de calentamiento (muy poco, pues casi no nos quedaba tiempo), y mientras trotábamos seguimos encontrando amigos y “locos”, lo cual ameritaba una vez más parar para las fotos. Nos sacamos fotos con el Colorado de Omar Gutiérrez, con los Rápidos Orugas (que parece que no corren más en el equipo), con mis sobrinos y sus amigos, y nos sumamos a los compañeros de Sayago Running que ya estaban en la fila. Ahí largamos algo pasadas las 21:30, junto a Rai, Fabián, Diego, el Popo, Juan, Gerardo, Ariel, Jorge R., Fernando, los Orugas, César, Augusto, Marcos (parece que estaba Carlitos, pero no lo vi), con un ritmo algo lento dada la enorme cantidad de gente y las dificultades para desplazarse sin tropezar.
El recorrido de 10K era igual al del año pasado, más 2K agregados sobre la rambla hasta el Puerto, lo que supone una distancia de 2k sobre el llano, 3K en la subida al Cerro, 3K en la bajada y nuevamente los 2K planos hasta la llegada. En lo personal, me costó un poco el primer tramo de la subida donde sentí que me quedaba sin aire, lo que hizo que bajara notoriamente mi ritmo para recuperarme, y llegué a la cima (la mitad de la carrera) en 29’ 35” (un promedio muy pobre de 5’ 55” por Km). En el recorrido identifiqué la casa de un compañero de trabajo en plena subida –José A. Licandro- que asistía junto a su familia a la carrera. Le pegué el grito esperando que me ofreciera algo … agua, alguna fruta, un aperitivo, el baño, alojamiento … yo que sé, algo … pero nada … pensé que lo había agarrado de sorpresa y que a la bajada me iba a estar esperando. En la bajada, nuevamente le grité ... pero nada. Se limitó a alentarme con un "fuerza Saldanha, que sos de Artigas" (Saldanha es mi 2° apellido, ya que en general yo me refiero a él de la misma manera diciéndole "Goldaracena").
En esta carrera en general bajo notoriamente mejor que cuando subo, y no siento molestias como en general le sucede a muchos corredores por el “uso forzado” de músculos que normalmente no entran tanto en juego cuando corremos en superficies más planas. En los 5K del descenso y el recorrido sobre la rambla hasta la llegada, puse 25’ 25” (promedio de 5’ 05” por K), lo que determinó un tiempo total de 55’ para los 10K (5’30” x K), que considero bueno dado que el año pasado –sobre una distancia de 8K- había hecho un promedio de 5’37”. Quien también viene mejorando notoriamente sus tiempos es Rai (se notan los resultados de su mejor estado físico), que nuevamente me ganó por algo más de 2 min, lo que demuestra que “técnicamente estoy en recesión” pues ya van 3 carreras que no lo puedo superar. El debut de mis sobrinos fue muy bueno, pues Nicolás (el más chico) me ganó (puso algo así como 54’) e Ismael (el más grande) llegó en 56’. Si entrenan un poquito, tienen mucho futuro.
Fuimos hasta el auto y le hicimos entrega "formal" a Fernando López Bianchi de su trofeo ganado por el campeonato del año pasado, en un sencillo pero emotivo acto en la oscuridad de la noche de Piriápolis, junto a su familia. Ahí salió una "invitación" para hacer la maratón (o mejor, la media maratón) de Santiago de Chile el domingo 5/4/09.
No hubo ducha al final, sino que nos cambiamos para poder soportar adecuadamente el viaje de vuelta, y fuimos hasta el carrito que está al lado de la Estación de Servicio ANCAP, donde mis compañeros comieron bastante y disfrutamos de un par de cervezas (y sentimos el muy fuerte viento y algo de frío sobre la rambla). Yo, como siempre me sucede después de una carrera, no tenía apetito. Salimos algo después de medianoche y llegué a casa casi a las 2 de la mañana, después de dejar a los compañeros.
En mi 88ª carrera llegué a 1.027,5 K en competencias oficiales exclusivamente de “running” (37,5 en el año 2009), y 1.265,5 K considerando además las carreras de MTB y triatlón que empecé a disputar sobre fines del año pasado. El próximo fin de semana nos espera el MTB, con un desafío nocturno el sábado 7 o los 45K en San Carlos. Allí estaremos.
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