Ayer domingo 09.11.08 se corrió la MTB Cannondale en Cerros Azules. Fue mi debut en esta especialidad, junto con Rai (que había tenido un anterior debut en una modalidad parecida). ¿Cómo definirla? Resulta una experiencia inigualable. Lo más parecido que se me ocurre es una mezcla de media maratón con la carrera aventura Sendero de los Carros. Con el poco entrenamiento que teníamos, nos hicimos a la la ruta, saliendo a un ritmo sostenido, hasta que encontramos la primera bajada por un terraplén en la cabecera de un puente. Cruzamos por cuanto camino complicado a uno se le ocurra, y también por largos tramos de balastro y pedregullín, donde se podía andar a ritmo sostenido pero con precaución para no caerse. El sol caía a pleno, y pese al protector solar que usamos, igualmente tenemos las marcas.
Allá por el K15 -aprox. 1 hora de recorrido-, cruzando un pueblito cuyo nombre desconozco, percibo que venía con la rueda trasera pinchada. Bajé y le dí un poco de aire, lo que me permitió continuar un poco, tratando de ver si Rai se aproximaba como para darme una mano con el cambio de la cámara (nunca lo había hecho ...). Cuando paré por 2a vez decidido a hacer la reparación, aparece Marcelo (el compañero que fue con nosotros) y me pregunta si necesitaba ayuda. Obviamente le dije que sí, y en un ratito me ayudó a hacer el cambio, mientras llegaba Rai. Seguimos algo más lentos, y repusimos agua en una canilla pública. Avanzamos hasta el K25, donde encontramos el primer puesto de rehidratación. Ahí noté que Rai se venía quedando lentamente. Continué por caminos bastante desparejos -incluso anduvimos medio desorientados-, pero finalmente no nos habíamos perdido. Así, llegué a la famosa subida del Betete, donde literalmente hay que andar por el medio del monte, en subida, entre piedras enormes, esquivando espinas y barro, durante un tramo interminable. Incluso dice Rai que se cuestionó tanto su participación en esta aventura, que pensó en poner la bici a la venta ... Vio un venado de campo a la salida del montel algo solamente posible en zonas como éstas.
En el medio de la subida crucé a otro competidor que iba algo acalambrado, y decidió sentarse a descansar. Le avisé que Rai venía más atras. Saliendo del monte, empieza la bajada del Betete ... agarrate Catalina. La velocidad de bajada mete miedo. La bici parece que se parte, rebotando en las piedras sueltas. El freno debe manejarse con precaución, pues se corre el riesgo de caer. En ese terreno y a esa velocidad, no debe ser nada recomendable.
Allá por el K35 noto que nuevamente tenía la rueda trasera baja. Le dí un poco de aire y llegué al K37 -donde había frutas y agua- con otra competidora, que me pregunta si venía alguien más. Al menos dos, le contesté, a lo que Jorge Beltrán (de la organización, y que estaba en el puesto) respondió que eran varios más. Nuevamente le puse aire a la rueda trasera y retomé el camino, ya un poco más parejo, hasta que a los 3 km de allí tuve que parar nuevamente a inflar la rueda, oportunidad en que la competidora me volvió a pasar.
A partir de allí, siguió un camino "horrible", entre medio de pastizales, lleno de pozos por las pisadas del ganado, y cada tanto un charco de puro barro. ¡Qué sufrimiento! Caminé bastante, ya que la rueda pinchada me preocupaba. Avancé así durante un buen rato, hasta que finalmente ese camino se terminó y empezó nuevamente un tramo (final) de balastro. Decidí inflar nuevamente mi rueda y me puse en marcha, para llegar a la meta en 3h 40 min. Para mí, nada mal dado que era mi debut, y las dificultades con las pinchaduras.
Rai llegó con el otro competidor que pasé en medio de la subida del Betete, en 4h 07 min., según dijo, "destrozado". Pablo había llegado en algo menos de 3 horas (ídolo ..., prometió que hoy nos va a dar algunos "consejos" a partir de nuestra experiencia). Estamos prontos para otra. Ah! Debutamos con el olímpico Milton Wynants, que compitió en esta carrera como parte del equipo GT.
No hay comentarios:
Publicar un comentario