La M4 Nativa del sábado fue una carrera diferente para mí, pues después de poco más de un año en esta aventura de correr, me acompañó Gonza (mi hijo) en su debut en los 10K (con sus 14 años). El objetivo desde antes de largar fue llegar enteros, y si era posible, en menos de 1 hora 15 minutos. Cualquiera dirá: “¡qué objetivos tan pobres!”. Para nosotros fue un enorme desafío.
Lo dejé junto a Seba en un cumpleaños a las 15:00 horas (ya con la camiseta de Sayago Running), y los pasé a buscar a las 17:30 horas. A eso de las 18:00 ya estábamos por la largada, donde encontramos a Víctor. El resto del equipo, nada …
Saludé a un montón de amigos que he ido consiguiendo en estas locuras (el Pelado Peña de Los Rojos, Omar Guisolfo de los Energéticos, el ultramaratonista Luisito Ekker de Ruteros 60 –record nacional en 100K- que también había traído a dos de sus hijos, Marito Moraes que se vino desde Artigas, y tantos otros). Como me dijo Gonza:”te conocés a casi todos”. Es que hemos ido construyendo un gran grupo. Ni que hablar de los “anónimos” que te gritan “aguante Sayago”.
Cerca de la hora de largada, aparece Rai, Paulo, Seba y ya no me acuerdo quien más. Las instrucciones sobre el encuentro “en el arco que da al Este” quedaron como anécdota.
A las 19:00 y lleno de instrucciones hacia Gonza, arrancamos a nuestro ritmo, tratando de no caernos en la locura de la largada. Ritmo lento, pero constante. Allá por el kilómetro y ½, Gonza me dice que le duelen las rodillas y que está cansado … Le reclamo llegar al menos hasta el km 2 para recién ahí caminar algo. No aguantó …
Entre trotes suaves y caminatas rápidas, cuando nos dimos cuenta estábamos en el primer puesto de agua. Me puse a cantar a viva voz, tratando de infundirle ánimo, y pidiendo el aplauso de la gente. Así fuimos avanzando, hasta que llegamos a Punta Carretas. Compartimos hurras, cantos y aliento con los otros corredores que nos acompañaban.
Después de mucho apelar a Gonza para que mantuviera un ritmo constante, cuando cruzamos el primer arco en la última curva del recorrido, el “bestia” se mandó un pique de 100 mts. (¿fuerza contenida?) que me dejó de boca abierta, al extremo de que me costó enormemente alcanzarlo. Llegamos en 1 h. 13’ 21”. Objetivos cumplidos. Seba (chico) nos esperaba en la meta, para asombrarnos con sus 46’ 57” también en su debut en 10K. El año que viene está definiendo el campeonato en su categoría.
Gonza con sus dolores en las rodillas. Nada mal para ser su debut, y por el hecho de que no entrenó nada. Yo con la satisfacción de haber tenido su compañía en la carrera. ¿Qué más puedo pedir?
Lo dejé junto a Seba en un cumpleaños a las 15:00 horas (ya con la camiseta de Sayago Running), y los pasé a buscar a las 17:30 horas. A eso de las 18:00 ya estábamos por la largada, donde encontramos a Víctor. El resto del equipo, nada …
Saludé a un montón de amigos que he ido consiguiendo en estas locuras (el Pelado Peña de Los Rojos, Omar Guisolfo de los Energéticos, el ultramaratonista Luisito Ekker de Ruteros 60 –record nacional en 100K- que también había traído a dos de sus hijos, Marito Moraes que se vino desde Artigas, y tantos otros). Como me dijo Gonza:”te conocés a casi todos”. Es que hemos ido construyendo un gran grupo. Ni que hablar de los “anónimos” que te gritan “aguante Sayago”.
Cerca de la hora de largada, aparece Rai, Paulo, Seba y ya no me acuerdo quien más. Las instrucciones sobre el encuentro “en el arco que da al Este” quedaron como anécdota.
A las 19:00 y lleno de instrucciones hacia Gonza, arrancamos a nuestro ritmo, tratando de no caernos en la locura de la largada. Ritmo lento, pero constante. Allá por el kilómetro y ½, Gonza me dice que le duelen las rodillas y que está cansado … Le reclamo llegar al menos hasta el km 2 para recién ahí caminar algo. No aguantó …
Entre trotes suaves y caminatas rápidas, cuando nos dimos cuenta estábamos en el primer puesto de agua. Me puse a cantar a viva voz, tratando de infundirle ánimo, y pidiendo el aplauso de la gente. Así fuimos avanzando, hasta que llegamos a Punta Carretas. Compartimos hurras, cantos y aliento con los otros corredores que nos acompañaban.
Después de mucho apelar a Gonza para que mantuviera un ritmo constante, cuando cruzamos el primer arco en la última curva del recorrido, el “bestia” se mandó un pique de 100 mts. (¿fuerza contenida?) que me dejó de boca abierta, al extremo de que me costó enormemente alcanzarlo. Llegamos en 1 h. 13’ 21”. Objetivos cumplidos. Seba (chico) nos esperaba en la meta, para asombrarnos con sus 46’ 57” también en su debut en 10K. El año que viene está definiendo el campeonato en su categoría.
Gonza con sus dolores en las rodillas. Nada mal para ser su debut, y por el hecho de que no entrenó nada. Yo con la satisfacción de haber tenido su compañía en la carrera. ¿Qué más puedo pedir?
1 comentario:
buena padrino!!!!! q divino lo q escribis!!!!! vamos!!!!!!!!
beso grande!!!
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