Después de los "sinsabores" de la participación en los frustrados 80K de Yerba Buena a Tafí del Valle (Tucumán), y con algunas carreras en territorio nacional de por medio, el objetivo estuvo puesto en la Ultra Maratón Yaboty, en San Pedro (Misiones, Argentina). Originalmente me había anotado para correr los 90K, pero atendiendo a la sugerencia de mi compañero de viajes, Luis -Abeja- Castro, me cambié a los 42K (que en realidad fueron 47K).
Los aspectos "logísticos" fueron definidos a favor de la ida en Buquebús hasta Buenos Aires´(cosa que hice el jueves 9 a mediodía), y desde allí el viaje en ómnibus Vía Bariloche, partiendo de la estación Retiro a las 19:00 horas (después de ver por televisión al fenómeno Bolt en los Juegos Olímpicos), y llegando al destino en la "capital de las Araucarias", a las 11:30 del viernes 10. En un viaje tan largo, hay mucho lugar para las anécdotas, pero digamos que en su mayoría, los pasajeros íbamos a correr esta carrera, razón por la cual se hizo bastante llevadero entre bromas y comentarios. ¡Hasta una porción de torta me comí, invitado por un equipo argentino de Gral. Pacheco!
El retiro de kits se hacía a partir de las 14:00 horas en el centro del pueblo, ya que de lo contrario debíamos ir a otro lugar bastante más distante, para retirar también el comprobante que nos habilitaba a alojarnos en la Escuela Familiar Agraria (ubicada frente a la Terminal). Decidimos ir a almorzar y hacer tiempo hasta las 14:00 horas, y en el camino nos acompañó una corredora argentina -Mercedes Barale-, hasta que desde una camioneta nos invitan a subir y llevarnos hasta el centro. Impecable; era el encargado de la Escuela Agraria. Después del almuerzo en el único lugar abierto que encontramos, fuimos hasta el lugar de retiro del kit, donde encontramos a los amigos de Lokos x Correr, Paco y Elizabeth, que venían desde las Cataratas.
Acordamos hacer la carrera en conjunto, ya que normalmente llevamos un ritmo muy similar. Obviamente, fui entrevistado por la televisión ... En la noche, fuimos a la charla técnica, donde Federico Lausi -organizador- hizo una larga explicación del recorrido y demás condiciones que íbamos a enfrentar. Largábamos a las 9:00 AM e íbamos a encontrar 32o. de temperatura, en zonas donde no siempre hay sombra, así que había que prepararse adecuadamente.
Cenamos en la misma Escuela Agraria -pastas con pollo, como corresponde- y a la mañana desayunamos también allí. Paco y Elizabeth pasaron a buscarnos y fuimos a la zona de largada, donde ya había un número interesante de corredores. En la previa, fue el momento oportuno para sacarnos fotos. Una vez más, usé la mochila de hidratación que había llevado al Cruce de los Andes.
El arco inflable en la foto que sigue, es un precioso recordatorio de las "huellas" que vamos dejando en cada una de estas aventuras.
La largada se demoró unos 15 minutos. Emprendimos el recorrido a ritmo controlado, encontrando casi enseguida lo que iba a ser una constante: permanentes subidas y bajadas. Decidimos "caminar" en las subidas y trotar en el plano y bajadas. De esa manera, por caminos de tierras coloradas y rodeados de mucho verde, fuimos avanzando un poquito más rápido de lo "pactado". El piso era tan duro, que parecía apisonado con máquinas, al extremo que sentí bastante la planta de los pies y los talones.
A los 4K el camino giraba a la derecha, en tanto los corredores de 10K doblaban a la izquierda.
Con una vegetación exuberante, fuimos avanzando a paso firme. La larga fila de corredores iba cruzando por caminos vecinales e incluso por el fondo de algunas casas de pobladores de la zona, que seguían con atención a los "locos" corredores que eran capaces de "pagar para sufrir", como nos contó Federico Lausi en la charla previa. Muchos de esos vecinos, con seguridad, era la primera vez que veían tanta gente junta corriendo ... porque sí. Los niños sentados al borde del camino y aplaudiendo el paso, eran un precioso marco para esta aventura.
Pese al fuerte calor que sentíamos, igualmente la oportunidad era muy propicia para hacer "avioncito" en las zonas de bajadas, como lo muestran el Abeja y Elizabeth en la foto.
A los 12K encontramos el primer puesto de hidratación, donde nos reaprovisionamos, tomamos mucho líquido y recibimos abundante fruta. Allí, los corredores de 21K doblaban a la izquierda, en tanto nosotros seguíamos por el camino principal.
Me mojé abundantemente y nuevamente emprendimos el trote. Aproximadamente a los 21K encontramos el PC2, donde estaba un nuevo puesto de hidratación. La atención de las personas allí instaladas fue excelente. Nuevamente ingerí mucho líquido, en especial para "bajar" el gel que me había tomado a los 18K, cuando ya sentía el cansancio. Casi enseguida, los corredores nos fuimos distanciando. Empezaba un largo camino sobre trillos de pasto, con ingresos a la zona de bosques, donde el clima era bastante más húmedo. Correr en este tipo de terrenos me resulta más placentero que hacerlo por piso duro ... pero lo bueno dura poco.
En el recorrido, cruzamos un arroyo con agua a la altura de las rodillas. Pero ello fue suficiente para que Elizabeth se cayera y se le mojara la cámara fotográfica ...
Continuamos a ritmo más lento, ya que nuevamente encontramos camino de tierra firme, con permanentes subidas. El calor se hacía sentir muy fuerte. Llegando al 3er puesto de hidratación -allá por los 31K- se me rompieron los lentes ... Paramos, nos alimentamos bastante, tomamos mucho líquido y seguimos el camino. Ya faltaba menos. En este tramo, allá por los 35K, creo que alcancé el famoso "muro" ... me sentí un poco mareado, con el estómago revuelto, mucho calor y pesadez en las piernas. Pensé en ingerir otro gel, pero temí vomitarlo. Decidí esperar tomando mucho líquido, hasta llegar a los 36K. Allí sí lo tomé ... y se me pasó la molestia. Evidentemente, estaba sintiendo una falta de azúcar. También me comí un par de ticholos y una barrita de cereales.
En el camino, encontramos algunos paisajes impresionantes de este rinconcito de Argentina. Esos cruces de arroyos con puentes de madera medio desvencijados, son un espectáculo para la vista y el espíritu.
Finalmente, con un total de 6h 05', completamos los 46K 760 metros, en un tiempo menor al que habíamos previsto con mi compañero. Por tal razón, nos sentimos más que satisfechos del resultado. Cruzamos junto a Paco y Elizabeth, con la bandera de los Lokos x Correr desplegada.
La carrera de 90K (en realidad fueron 86K) fue ganada por el uruguayo Alejandro Cáceres, en tanto Rogelio Fernández culminó 3o. (ambos, de Maldonado).
¡Y Elizabeth Recuero culminó en la primera posición en su categoría!!! Medio en broma, le dije a mis compañeros que sentía que por primera vez había ganado una carrera en una categoría distinta ... "damas + 50"!!! La uruguaya Libia Vico también fue 3a. en su categoría, así que en el momento de la entrega de premios, fue una fiesta "uruguaya" vivida en San Pedro.
Recibimos una preciosa medalla recordatoria, que pasará a formar parte del medallero que tengo en casa.
Gracias a los amigos de "I love runn", tenemos el registro de nuestra llegada a la meta. También nos sacaron una foto enseguida de la llegada, con la alegría "pintada en el rostro", luciendo orgullosos las banderitas uruguayas que cargamos.
El retorno lo hicimos en el vehículo de Paco y Elizabeth el domingo por la mañana, ya que tenían lugar. "Renunciamos" a los pasajes en ómnibus, para llegar a Montevideo el domingo a la noche y poder descansar "en casa".
A los compañeros de aventura, un enorme "gracias" por haber tenido el privilegio de compartir, de principio a fin, una preciosa carrera. En el horizonte, ya asoman otros desafíos.
Nos vemos, "en la ruta"
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