jueves, 7 de noviembre de 2013

Ultra Trail Altas Cumbres Serranas - Aiguá 2013

En homenaje a la memoria de mi cuñada, Claudia de Aranda, que perdió su dura y desigual batalla contra el cáncer.

El pasado sábado 2 poco después de las 17.00 horas, largamos la carrera denominada "Ultra Trail Altas Cumbres Serranas" desde el Centro Deportivo Municipal de Aiguá (Maldonado), en su primera edición, con la organización de Toros Eventos Deportivos (Prof. Ruben Trigo). En el anuncio, se señalaba la existencia de dos distancias: 100 y 60 Km, con la posibilidad de correr tanto en forma individual como en parejas.

Después del abandono en la Half Mision de Serra Fina, fue el reencuentro con una carrera de larga distancia, así que tenía alguna duda sobre mis posibilidades. Originalmente me había anotado para correr 100 Km., posteriormente -cuando invité a Sebita Paulós (20 años, compañero de mi hijo)- me cambié a 60 Km. y una semana antes, cuando corrí los 10 Km de Las Piedras por el campeonato de la AAU y me encontré con Martín Zanabria y David Vega, me convencieron y volví a pasarme a los 100 Km (¡y también Sebita!).

Viajamos en la camioneta de Martín Z, junto a Paola Nande y Andrea Ayala. En otros vehículos también fueron Jorge Nin, David Vega y Alejandra Isabella, Elbio Carrasco, además del "hermano de la vida" Pablo Lapaz. El reencuentro con otro montón de amigos ultras, siempre resulta particularmente interesante, pues uno se siente identificado y reflejado en los saludos y comentarios previos.



Bajo alerta meteorológica color naranja por las persistentes lluvias y viento, largamos por una ruta de balasto, por donde transitamos unos 5 km a buen ritmo, para posteriomente tomar un camino a la derecha, momento en el que transitamos por zonas de excepcional belleza, con mucho zigzag y subidas y bajadas permanentes (con predominio de las subidas). 

Durante ese tramo, fui avanzando con Paola y Sebita, ya que los compañeros Jorge N. y Elbio C. se fueron un poco adelante con un ritmo más sostenido. Allá por los 15 Km. vimos algo más adelante a Elbio, momento en el que le "pegamos el grito" y nos esperó, justo cuando Sebita empezaba a sentir un poco el ritmo y se quedaba un poquito atrás, así que decidí seguir más lentamente, intercalando trotes y marcha fuerte, en tanto Paola se juntaba a Elbio y se iban adelante.

Poco después del Km 20, encontramos un cruce de un arroyo bastante ancho, pero gracias a las piedras y el alambrado existente, pudimos cruzar sin mojarnos, junto a Analhía Pugliese que se nos había acercado bastante. ¡Qué lindos rinconcitos que tiene nuestro país! Sin dudas, el trabajo de Ruben Trigo y su gente haciendo el diseño del recorrido, debe haber estado muy divertido.

Seguíamos teniendo a la vista a Paola y Elbio, así que cuando llegamos al PC ubicado en el Km 26 -donde estaban las bolsas con la ropa que habíamos entregado a la Organización-, nos volvimos a encontrar. Fue un buen momento para abrigarnos, ya que la noche había llegado, seguía lloviznando y soplaba viento. Estábamos por salir, cuando llegaron Mirco Leiva y Maia Boccone, que corrían en pareja, y que me sorprendieron con la cantidad de sandwiches que tenían... ¡Sí, ofrecieron compartirlos!

Tomamos nuevamente por una carretera de balasto, ya en plena noche, con las linternas encendidas y bajo una mezcla de niebla y llovizna. Vimos cruzar a Ruben Trigo en su camioneta, que estaba haciendo el recorrido y verificando la situación de los corredores.

Las anécdotas en esas situaciones, hacen el camino muy entretenido. Sebita se había recuperado muy bien, al extremo que hacía cálculos sobre el ritmo que llevaba cuando alcanzamos el Km 30, y proyectando el tiempo final en la hipótesis de que pudiéramos mantener el ritmo hasta el final. Allá por el Km 36 empezamos a cruzarnos con los líderes de la carrera que ya habían llegado al punto más lejano y estaban haciendo el camino inverso, entre quienes encontramos a Pablito Lapaz, Martín Zanabria, David Vega y Jorge Nin. Nuevamente Paola y Elbio se fueron adelante, en tanto con Sebita decidimos mantener nuestro ritmo, hasta que llegamos a la entrada por un trillo de tierra hacia la izquierda, donde había un nuevo puesto de control e hidratación.

Hicimos unos 4 kilómetros por ese camino hasta el Km 40, punto donde Sebita ya estaba sufriendo el esfuerzo. En el puesto de hidratación, ingirió un gel... que le provocó molestias estomacales. En ese momento, nos superó Andrea que venía a muy buen ritmo.

El retorno fue complicado para Sebita, pues a su cansancio le sumó el malestar persistente. Duro, en las condiciones climáticas más difíciles -lluvia, niebla, viento, frío-, mi compañero empezó a cuestionarse. Hice uso de todos los aprendizajes a lo largo de tantas carreras de aventura, para intentar mantener su ánimo en alto, pero era indudable que físicamente estaba llegando a sus límites. Cruzamos a Luis Castro y Javier Cuadrado, que estaban haciendo con dificultad el camino de ida.

Algunos corredores que venían más atrás empezaron a superarnos, como fue el caso de Paco Romano y Elizabeth Recuero (Lokos por Correr), y casi enseguida Maia Boccone y Mirco Leiva. Ya llegando al PC ubicado en el Km 50, nos superaron Gerardo Soto y Dardo Silva.

La llegada al PC fue una bendición para Sebita, pues pudo sentarse y tomar una Coca Cola gentilmente cedida por Elizabeth y Paco, que ya estaban saliendo para continuar su carrera, demostrando una vez más la enorme solidaridad que existe en estas disciplinas. Mi compañero decidió abandonar, pues su físico ya no daba para más y sentía un profundo malestar estomacal, que finalmente lo llevó a vomitar. Ante la seguridad transmitida por la organización sobre los cuidados a Sebita y el anuncio de que lo trasladaban en auto al gimnasio en Aiguá junto a Analhía Pugliese -que en la ida había decidido abandonar-, continué mi camino junto a mis nuevos compañeros, Gerardo y Dardo.

Dardo había amagado quedarse en el Km 50, pero Gerardo lo convenció de seguir. Resultaron unos terribles tipos, con quienes compartí los momentos más duros de la carrera en lo más profundo de la noche, por caminos en general en subida aparentemente por las laderas de las sierras. Digo "aparentemente" pues en la oscuridad de la noche, no se distinguía casi nada. Gerardo también iba con molestias estomacales y también sufrió consecuencias similares a las de Sebita... pero pudo seguir. En el puesto del Km 62, recibimos café caliente y Gerardo pudo tomar un par de sopas instantáneas, lo que le permitió recuperarse razonablemente. Nos quedaban 27 kms. así que las estimaciones sobre la hora de llegada nos permitían ser razonablemente optimistas, pues todos íbamos a llegar en menos tiempo del estimado originalmente.

Enseguida de ese puesto, empecé a sentir una molestia en la planta del pié izquierdo, y casi enseguida en el derecho... un par de enormes ampollas se estaban formando, así que no hubo más remedio que "apechugar".

Cuando la mañana empezó a llegar, se podía divisar la silueta de las sierras que nos rodeaban. Las flechas que marcaban el recorrido, nos llevaron a ingresar a un campo hacia la izquierda, por donde transitamos por caminos de pasto y con mucho barro. Un poco en broma y un poco en serio, maldecíamos a Ruben Trigo que -estando tan cerca de Aiguá por la carretera- nos había hecho ingresar a esa campo para "alejarnos".

Hicimos un par de kilómetros por esa zona, para posteriormente salir nuevamente a un camino de tierra y -enseguida- encontrar el PC ubicado a falta de 12 Kmts. de la meta, por donde habíamos pasado a la ida. En ese tramo, sentí que ambas ampollas se rompían, y -después del alivio momentáneo- el dolor se hizo bastante mayor, así que intenté avanzar apoyando fundamentalmente los talones. Ahora se cuenta como una anécdota, pero en el momento... ¡vaya si nos hace dudar de lo que estamos haciendo! En ese tramo, empezamos a cruzar a los corredores de los 60 Kmts. que habían largado a las 6:20 y llevaban unos 10 Kmts. de carrera.

Finalmente, divisamos Aiguá. Marchando a ritmo bastante más lento, ingresamos a la ciudad para ponernos a trotar a falta de 100 metros, cuando sentimos los aplausos y gritos de aliento de los compañeros que esperaban. Llegamos los tres juntos, levantando los brazos y sintiéndonos plenamente conformes con el desempeño, en un tiempo total de 15 hs 59 min 40 seg. para los 89 Km del recorrido, con 1625 metros de desnivel acumulado positivo.

¿Qué decir de mis compañeros? Todos llegaron en tiempos excelentes, demostrando el temple del que están hechos. ¡Hasta Andrea, que se había perdido en el camino y tuvo que hacer un tramo de más! Todos estuvieron al firme, esperando la llegada de cada uno, mostrando el compromiso con la suerte de los demás. Sebita estaba también con una sonrisa de oreja a oreja, satisfecho con su record personal en tiempo y distancia, ya que fue la primera vez que alcanzó los 50 Kmts. Sin lugar a dudas, tiene un enorme futuro en estas disciplinas, ya que con su temple y constancia, más un adecuado entrenamiento, con seguridad le vamos a ver la espalda en poco tiempo.

A todos los amigos con quienes compartí esta aventura, un enorme ¡gracias! por la solidaridad y la buena onda mostrada en todo momento, en particular a Gerardo y Dardo por el apoyo en los momentos más duros. A Ruben Trigo y sus colaboradores, un profundo reconocimiento por la muy buena iniciativa, que con seguridad tendrá ediciones posteriores. El recorrrido lo merece. Es más, me animo a decir que ni siquiera las condiciones meteorológicas consiguieron empañar la fiesta en lo más mínimo, y -sin dudas- puede tener impacto internacional ya que algunos amigos del exterior me preguntaron por la carrera.

Alcancé los 950 kmts. en competencia en el presente año 2013, así que -si todo sigue sin dificultades- posiblemente alcance los 1000 kmts en el año. Por ello, además de la dedicatoria inicial, le sumo el homenaje a mi querida compañera de trabajo Raquel, que está enfrentando con enorme optimismo y alegría su lucha contra el cáncer.

Nos vemos, en la ruta.

No hay comentarios: