viernes, 28 de agosto de 2009

A veces me pregunto, ¿por qué me pregunto tanto?

Si mal no recuerdo, la frase pertenece a Facundo Cabral. Estoy en esos días en los que uno se siente “especial” (me pasa casi siempre ...), con optimismo y disfrutando de lo que hago, pero también cuestionándome –y cuestionando- mucho de lo que (me) sucede. Encaro mucha cosa, y me hago un montón de preguntas en forma permanente. He aprendido a escuchar mucho y con atención, para evitar los juicios equivocados. Trato de ponerme siempre en el lugar de los otros y ver “por sus ojos”, para entender muchas conductas. Hay algunas que no me terminan de cerrar, por suerte. Sigo resistiendo la idea de haber perdido –espero que temporalmente- a Pablito en el equipo. Nos falta alguien, con esa cuota de “locura” tan particular, muchas veces poco entendible pero muy humana. Sé que lo vamos a encontrar en cualquier carrera, por algún camino del Uruguay subido a su Zaskar o haciendo alguna de aventura, pero no será lo mismo. Al menos, para mí.

No podemos considerarnos un equipo maduro, si nos pasan estas cosas. No podemos tolerar pacíficamente estas pérdidas. Ya nos pasó con Paulo y Federico. Hay ausencias que se sienten, y no hacemos nada para acercarnos. ¿Alguien sabe algo de Sebastián Aguirre, de Pablo Parodi, de Luisito Briozzo, de Dieguito Araújo? Por suerte “recuperamos” a Jorge Ruiz el pasado fin de semana, pero hay otras ausencias que se sienten. ¿Nos acompañarán en oportunidad de la carrera en Sayago? ¿Los sumaremos a las carreras “festivas” o “comerciales” de fin de año?

¿Y qué hacemos mientras tanto con nuestros afectos? ¿Podremos correr nuevamente con Pablito Lapaz disfrazado y repartiendo caramelos en la San Felipe y Santiago? ¿Resistiremos la tentación de sentirnos un equipo “grande” para sentiremos “equipo” a secas? ¿Alcanza con usar una misma camiseta y tener una bandera que nos identifique? ¿Necesitamos una “fecha propia” del Campeonato de la AAU? Cada vez que pienso en las pérdidas que sufrimos como consecuencia de las diferencias que se generan ante tamaña responsabilidad y los diferentes roles y estilos personales, me cuestiono si tiene sentido. Quiero seguir creyendo que sí. Quiero seguir encontrando a cada uno de los compañeros del equipo como tales.

¿Será la crisis de crecimiento? ¿O la falta de madurez? ¿O las diferencias personales? Pero se supone que un equipo precisamente debe fomentarse reconociendo sus diferencias y potenciando sus fortalezas. ¿Dónde le erramos? ¿Alcanza con tener más de 350.000 visitas al blog, sacar 1000 fotos por carrera, hacer las mejores entrevistas a “locos que corren” y escribir las “Crónicas de los Viernes”? ¿Por qué para algunos de nuestro equipo ello no es motivo suficiente para que se mantengan con nosotros? ¿Qué m... estamos haciendo que no nos ocupamos y lo interpretamos diciendo “Fulano es así”?

No tengo las respuestas, o mejor, las que formulo no me alcanzan. Espero que a los demás compañeros del equipo les pase lo mismo. Si es así, creo que aún estamos en buen camino.


"Todo aquel que ya no pueda más detenerse a preguntarse y sorprenderse, es tan bueno como un muerto, sus ojos están cerrados. Me dedico el 90% de mi tiempo a formular la pregunta correcta, el resto a la solución. No tengo un talento especial, soy sólo apasionadamente curioso." A. Einstein

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