“Únete a la manada”, reza el folleto de promoción del campeonato
español de ultratrail (Spain Ultra Cup), que se inició en las distancias de 83
km (con 4300 md+) y 44 km (1200 md+) en la Trans Gran Canaria HG (en adelante,
TGC), que junto a las de 125 km (con 8000 md+), 31 km (750 md+) y 19 km (300
md+) se disputaron los días 4, 5 y 6 de marzo pasados en la isla Gran Canaria.
El campeonato español continúa con otras 8 competencias en Castelló, Madrid,
Granada, Girona, Huesca, Vizcaya, Lanzarote y Murcia. Como verán, hay para
todos los gustos.
¿Cómo surgió este desafío? En el
año 2013 cuando fui a correr la CCC en el Mont Blanc sobre 101 kmts, recuerdo
un stand de promoción de esta carrera, con fotos de los más grandes corredores
de ultra trail del mundo, y un espacio vacío para colocar la cabeza y tomarse
una foto, cosa que hice ("Dejá vu"?). En el 2015, en oportunidad de la Gore-Tex Transalpine Run sobre 268
kmts entre Alemania, Austria, Suiza e Italia, un corredor español –Miki- nos
recomendó especialmente ir a correr la TGC. “Les va a encantar”, y no se
equivocó. Por tanto, un par de semanas después del retorno de ese desafío y
como parte del proceso de “depresión pos-carrera” como le denomino a esa
sensación extraña de vacío, cuando uno alcanzó un sueño largamente anhelado y
extremadamente desafiante (“una locura”, diría cualquier persona normal), me puse a
buscar nuevos desafíos en la Web, tratando de combinar nuevamente una
competencia de ultra trail de montaña, con algún viaje de placer.
Recordé el comentario de Miki y encontré la información en www.transgrancanaria.net, le comenté a Adriana y me terminó de convencer al decirme que me acompañaba. Así que me anoté en la distancia “Advanced” (83 km), ya que tenía 22 horas para completarla, lo cual me dejaba –si todo salía bien- en condiciones de continuar disfrutando de unos días de vacaciones. Un par de semanas después, ingresé a la página y encontré las distancias más cortas, así que también Adriana se inscribió en la “Promo” (19 km) con 6 horas para completarla.
Recordé el comentario de Miki y encontré la información en www.transgrancanaria.net, le comenté a Adriana y me terminó de convencer al decirme que me acompañaba. Así que me anoté en la distancia “Advanced” (83 km), ya que tenía 22 horas para completarla, lo cual me dejaba –si todo salía bien- en condiciones de continuar disfrutando de unos días de vacaciones. Un par de semanas después, ingresé a la página y encontré las distancias más cortas, así que también Adriana se inscribió en la “Promo” (19 km) con 6 horas para completarla.
“Con paciencia primero y paciencia al final, y sin que falte jamás
nunca la tenacidad, alguien puede idear lo más descabellado, y lograr desde
luego que se haga verdad” George Psychoundakis, mencionado por Christopher
McDougall en “Nacidos para ser héroes”.
Aproximadamente un mes después y
ya habiendo resuelto los aspectos logísticos –lugares, fechas, pasajes,
alojamientos- los “Hermanos de la Montaña” decidimos ir a Ultrafiord, en el Parque
Torres del Paine en la Patagonia chilena (www.ultrafiord.com).
Después de consultar con el entrenador –Mauricio Ramírez (MR)- me sumé a la
distancia de 70 Km, considerando que se corre entre el 14 y el 16/04 próximos.
Espero ahora pasar el “filtro” del médico deportólogo… ya que necesito el
certificado médico.
“Sin arete no hay paideia. Tienes la mente pero no el
cuerpo, y sin la ayuda del cuerpo, la mente no llega todo lo lejos que
debiera”. Christopher McDougall.
La pretemporada con el profe MR me vino muy bien, ya que comprendió tres semanas con trabajos de fortalecimiento en la arena y en las canteras del Parque Rodó. Lo complementé con algunos –pocos- entrenamientos en el Cerro Pan de Azúcar y en el Cerro de Montevideo, completando así lo que llamo “mantenimiento”, ya que a esta altura puedo considerarme afortunado pues no he sufrido lesiones (salvo algún dolorcito, que se va con descanso), realizando alguna carrera “dura” cada dos meses aproximadamente.
Mi compañero de aventuras Pablo
Lapaz se inscribió en los 125 kmts., pero finalmente se cambió a los 19 Kmts
para correr con Claudia. Viajaron unos días antes y se alojaron en Meloneras,
donde se hizo la expomaratón y la llegada de las competencias. Nosotros nos
alojamos en Las Palmas (la capital de la Gran Canaria), pensando en disfrutar además del paseo. Llegamos a
nuestro destino el día 2/3 y pudimos descansar y conocer algunos lugares
preciosos de la isla.
El 3/3 Pablo nos pasó a buscar
–había alquilado un auto- y fuimos hasta la Expo-Meloneras a retirar el kit (me tocó el N° 1479). Disfrutamos de la cena de pastas, tomamos algunas
fotos y compramos algunos recuerdos de la carrera, aprovechando además para
pasear un poco por Meloneras. El kit comprendió una remera técnica de carrera,
caramañola, una visera, buff (el cuellito), cinturón y un par de bolsas para depositar ropa y
retirarla en El Garañón (km 39.2) y en la meta. Dado que la previsión de tiempo
era bastante “tolerable”, decidí solamente dejar la bolsa para la meta, con
ropa y calzado para cambiarme a la llegada, pensando en que iba a completar el
recorrido no antes de medianoche y después debería tomar el bus a Las Palmas.
“Una meta, un sueño”. Con este
atrayente eslogan, la TGC de 2016 aterriza de nuevo en nuestra
isla, con las pilas cargadas, llena de novedades y llena de nuevos retos. Y un
año más plagará nuestros caminos de montaña de miles de atletas dispuestos a
eso, a conseguir su meta, a conseguir su sueño. Ángel Torres, Vicepresidente
del Cabildo de Gran Canaria.
Muchos de los principales
corredores de esta disciplina del mundo, se dan cita en esta carrera. Tal es el
caso de Nuria Picas, campeona mundial del año 2015, con quien tuve el
privilegio de tomarme una foto en oportunidad del retiro del kit. Otros de los
nombres famosos, son Sebastien Chaigneau, Pau Capell, Javi Domínguez, Sonia
Escuriola, Efrén Segundo. Parece que a Nuria la “sequé”, pues terminó
abandonando por una lesión, habiendo corrido poco más de 20 kilómetros.
“Muchas personas corren para
saber quién es más rápido. Yo corro para saber quién tiene más agallas” (Steve
Prefontaine). Yo le agrego: “Corro
para disfrutar de inolvidables paisajes, de la compañía de desconocidos que
comparten la misma pasión y se transforman en hermanos de aventuras, buscando
siempre nuevos límites”.
PUNTOS DE CONTROL y AVITUALLAMIENTOS
AVITUALLAMIENTOS
|
PTO. KM
|
ALTITUD
|
HORA CIERRE
|
|
Valleseco
|
7,5
|
977 m.
|
9:00
|
|
Teror
|
13,6
|
589 m.
|
10:30
|
|
Talayón
|
20
|
1240 m.
|
12:30
|
|
Tejeda
|
28,4
|
1050 m.
|
14:30
|
|
Garañón
|
39,2
|
1672 m.
|
17:15
|
|
Tunte
|
51,7
|
887 m.
|
20:40
|
|
Ayagaures
|
63,8
|
310 m.
|
00:30
|
|
Parque Sur
|
77,6
|
31 m.
|
04:00
|
|
Meta
|
81,2
|
15 m.
|
05:00
|
|
Como se aprecia, los límites de
tiempo eran más que razonables, lo cual me venía muy bien pensando en no
“quemarme” ni física ni mentalmente, ya que no conocía el terreno y debía
mantener energías para la parte final de la carrera, cuando ya el sol bajara y
me afectara el cansancio y el sueño. Por ello, en oportunidad de la
inscripción marqué “18 horas” en la pregunta referida al tiempo estimado. Leí
declaraciones de Sonia Escuriola, ganadora de la edición 2015, quien decía: “La carrera parece fácil, pero hay que
aguantar el ritmo los primeros 40 kilómetros para llegar con piernas a los
últimos 42 y poder correr con mucho desnivel negativo”.
Después de una noche en la que
prácticamente no dormí (siempre me pasa), a las 3:40 AM me levanté para
desayunar algo rápido, equiparme para la carrera y tomar un taxi hasta la
Fuente Luminosa (bastante cerca del hotel), desde donde nos llevaban en bus a Fontanales saliendo a las
4:45. Llegamos con un poco de frío alrededor de las 6:00, cuando ya pasaban
corredores de los 125 Km que habían largado a las 23:00 horas desde Agaete, y
que compartían el recorrido con nosotros a partir de nuestra largada.
Durante el tiempo de espera en
Fontanales, tuve la oportunidad de conversar con algunos corredores, a quienes
les llamaba la atención que alguien de Uruguay estuviese presente (me
identificaban pues llevaba la banderita colgada en la mochila). Después de
algunas fotos, nos ubicamos para salir, ingresando yo al corral de “+ de 17
horas”. Me saqué la campera y me quedé con la camiseta técnica de competencia y
las manguitas que había llevado del Mont Blanc, para evitar el frío en los
brazos.
Fontanales – Valleseco
A las 7:11 AM se dio la orden de
largada, saliendo por una calle en subida fuerte, para tomar enseguida por un
sendero de tierra, lo cual obligaba a caminar ya que resultaba imposible
superar a alguien. Ya había una muy leve llovizna, casi diría una neblina, que
apenas humedecía el aire, lo cual hacía un clima muy propicio para correr (como
me gusta a mi). Este primer tramo fue por zonas muy propicias, combinando
terreno firme con subidas y bajadas por senderos de tierra, lo que me llevó a
completar los primeros 7.5 Kmts en poco más de una hora, cuando tenía dos para
llegar al corte. En Valleseco ya llegamos con luz solar a pleno, con calles con
lugareños alentando a los competidores y una verdadera fiesta en la plaza del
pueblo, donde estaba ubicado el primer puesto de avituallamiento. Repuse algo
de agua, comí un puñado de maníes y salí a enfrentar el siguiente tramo.
Valleseco – Teror
Los siguientes 6 kilómetros
fueron también por senderos preciosos, que se sentían “mullidos” como resultado
de la humedad, permitiéndome avanzar disfrutando del terreno, en general en
bajada hasta alcanzar los 589 msnm. Llevaba 2 hs 08 minutos de carrera, así que
llevaba un ritmo muy razonable considerando que el corte de tiempo estaba
previsto a las 10:30 AM (3 horas y media de carrera). Disfruté de un café caliente, dulce, queso y maníes.
Teror – Talayón
Este tramo fue de 6.5 kilómetros, con una fuerte subida
hasta los 1240 msnm. Tomamos enseguida un sendero en subida pronunciada, con
escalones entre algunas casas. A este lado de la montaña, el cielo seguía muy
nublado. Posteriormente tomamos un sendero de tierra para continuar subiendo,
hasta que salimos a una carretera donde había bastante público esperando el
paso de los corredores, para enseguida tomar otro sendero rodeado por árboles y
seguir subiendo.
Talayón – Tejeda
Fueron 8.4 kilómetros, tramo en el que seguimos subiendo
hasta los 1600 msnm aproximadamente, y posteriormente bajamos a los 1240 msnm. Cruzamos
al otro lado de la montaña, y el clima cambió radicalmente, como me habían
dicho un par de corredores canarios con quienes compartí parte del recorrido. El
cielo estaba absolutamente despejado, con el sol brillando y una vista
espectacular del Roque Nublo que coronaba el horizonte. “Gracias a la vida” cantaba
Violeta Parra, y evidentemente esa es la sensación que se vive cuando disfrutamos
de estos paisajes, con el privilegio de sentir en cuerpo y alma el placer de
disfrutar de estas actividades al aire libre. Llegando a Talayón, me sentía muy bien, lo que
me llevó a estimar que en unas 17 horas podría alcanzar la meta. Unos 500 metros
antes del puesto, en la zona de fuerte bajada por terreno pedregoso, un
corredor se había accidentado, y estaba siendo socorrido al costado del camino.
Se había caído, estaba ensangrentado en la cara y tenía una venda puesta en un
brazo. Después de consultar si necesitaban alguna ayuda y al responderme que ya
estaba todo bajo control, continué mi camino. En el puesto, disfruté de una
sopa caliente, comí queso, maníes y dulce, y repuse una caramañola con coca
cola. Recordaba las recomendaciones de Pablo Lapaz: “no te “endulces” en los puestos, si podés no te detengas más de lo
realmente imprescindible para comer y seguí”.
Tejeda – Garañón
Fueron 10.8 kilómetros, casi siempre en
subida, alcanzando el centro geográfico de la isla en el Roque Nublo a unos 1750
msnm con 35.5 kilómetros de competencia, para posteriormente bajar levemente a
los 1672 msnm.
En este tramo, nuevamente fui con los dos corredores canarios
subiendo por senderos de tierra firme, por las laderas de la montaña hasta
alcanzar el punto culminante. Fuimos hasta el control de tiempos, pude ver el
centro geográfico de la isla marcado en el terreno, tomé imágenes en video y
fotos de esta parte del recorrido y emprendí la bajada. Llegué a “El Garañón”
donde había un puesto grande de avituallamiento y muchos corredores habían
enviado su bolsa con ropa para cambiarse. Una ambulancia estaba llevándose al
corredor accidentado justo cuando iba llegando al puesto, que es una especie de
camping en lo alto de la montaña con mucha gente disfrutando de sus
instalaciones. Volví a comer algo, repuse líquidos y emprendí la segunda mitad
de la competencia.
Garañón – Tunte
Fue uno de los tramos más largos, completando 12.6 kilómetros con la subida al Pico
de las Nieves, punto más alto de la carrera con sus 1938 msnm, para
posteriormente bajar fuertemente por un largo sendero hasta los 887 msnm,
bastante limpio pero algo duro, seco, sobre todo comparado con los senderos que
había disfrutado durante la primera mitad de carrera.
En el kilómetro 45,
llevaba 10 horas de competencia así que venía algo mejor de lo previsto, estimando que en unas
17 horas podría llegar a la meta. Llegué a Tunte –km 51.7- en 11 horas 12 minutos,
donde estaba el último puesto grande de avituallamiento, con una verdadera
fiesta armada por los jóvenes voluntarios que estaban en la plaza del pueblo. Llevaba un ritmo similar al que había marcado en la CCC del Mont Blanc en el 2013, donde recordaba que había llegado al Km 50 en 11 horas. "Voy bien", me dije.
Tunte – Ayagaures
12 kilómetros, con una fuerte
subida por sendero de tierra hasta aproximadamente los 1000 msnm, para
posteriormente tomar una bajada larga y pronunciada por un camino empedrado
bastante prolijo hasta los 310 msnm, un panorama precioso, y ya el sol y la
temperatura bajando. Me detuve para abrigarme pues el frío empezaba a sentirse,
me coloqué la linterna frontal y encendí la luz roja de ubicación que llevaba
en la mochila. Alcancé los 62 kilómetros de carrera, ya llegando a Ayagaures,
con 13 horas 50 minutos de competencia y llegando la noche, así que la estimación ya no era tan
optimista como al principio, pues proyectaba entre 17:30 y 18 horas en total
para completar el recorrido. Me detuve unos 10 minutos a comer algo y reponer líquidos, para emprender el último tramo.
Ayagaures - Meloneras
Ya estamos ahí. Fueron 17.5 kilómetros con noche cerrada,
con una subida de 300 metros por sendero de tierra amplio por donde pueden
circular vehículos, para posteriormente tomar una larga bajada por el lecho de
un río seco, con muchos cantos rodados, muy desparejo y peligroso, plagado de cañaverales y desniveles en el piso. Me lo tomé
con mucha calma. Llegando al camino que sale al Parque Sur, siento que Pablo
grita mi nombre… me estaba esperando a la noche (ya estábamos pasando la
medianoche) en el auto junto a Claudia, ya que haciendo el seguimiento por la
web, sabía que venía en camino. Me acompañó un poco, y posteriormente se fue a
la llegada.
Llegué a la meta en un tiempo
neto total de 18 horas 3 minutos 47 segundos para los 80.7 kilómetros que me
marcó el GPS (83.2 kilómetros, según la medición oficial). Misión cumplida, dentro de la estimación
inicial planteada en el momento de la inscripción, y cuidándome mucho durante
el último tramo para evitar alguna lesión. Pese a ello, en términos generales
puedo considerar que pude mantener un ritmo consistente durante toda la
competencia, ya que en cada uno de los tramos con control de tiempos registré
la siguiente posición general:
Teror: 434
Tejeda: 457
Roque Nublo: 432
Pico de las Nieves: 405
Tunte: 437
Ayagaures: 441
Parque Sur: 453
Meloneras (Meta): 454
¿Qué decir? Que subiendo obtuve
mejores resultados que bajando, ya que alcancé el punto más alto en la posición
405, y completé el recorrido en la posición 454 en la general, entre los 542
que tomamos parte de la largada. Es cierto que me cuidé mucho en la bajada en
particular durante el último tramo durante la noche, para evitar cualquier
lesión en un terreno tan desparejo. Mi promedio fue de 4.5 kilómetros/hora,
aceptable considerando los 4341 metros de desnivel acumulado positivo, y que
llegué con casi 4 horas de margen a la meta. En la categoría M50-59, ocupé la posición
41 entre 54 que largamos.
A la llegada, recibí una preciosa
medalla y un chaleco de finisher, con la inscripción “Una meta, un sueño”.
Además, casi no pude disfrutar de la cerveza sin alcohol que recibí, pues me
bajó la presión y se me revolvió el estómago, como normalmente me sucede en
estas competencias. Pablo y Claudia me llevaron en auto hasta el hotel –estaba a
55 kilómetros de la meta- en Las Palmas. Pese a que Adriana me esperaba con
unos sándwiches para que cenara, no pude ingerir ningún alimento… Ya el domingo
en la mañana me sentía bien, así que pudimos completar el paseo por la Gran
Canaria y –a partir del lunes 7- por Tenerife, donde destaco en particular la
visita a “El Teide”, volcán que alcanza casi los 4000 metros de altura.
En un mes, me esperan los 70
Kilómetros de Ultrafiord en Torres del Paine, Chile, así que espero una
recuperación rápida para llegar en condiciones. Ya esta semana retomo los
entrenamientos normales pues me siento entero, así que no espero contratiempos.
El ultratrail de montaña se ha
transformado para mí en una “filosofía de vida”, por fortuna. Soy un corredor
bastante anónimo, de esos que completan la lista de carrera, pero puedo
considerarme “llegador” pues difícilmente quedo por el camino. Trans Gran
Canaria, en su 14ª edición, un placer para el cuerpo y la mente, quedará en el
mejor de los recuerdos.
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