Entre los días 29/8 y 5/9
pasados, tuve el privilegio de participar de la 11ª edición de la Gore-Tex
Transalpine Run (TAR), carrera de 268 kilómetros con 16.310 metros de desnivel
acumulado positivo, disputada en 8 etapas entre 4 países (Alemania, Austria,
Suiza e Italia), integrando el equipo “Charrúas” junto a Pablo Lapaz. La
competencia comprendió un total de 312 equipos más 48 invitados de 33 países,
siendo la primera vez en que se registró participación de un equipo uruguayo en
sus 11 años de historia. De la región latinoamericana, también hubo equipos de
Brasil, Chile, Colombia y México.
En su mayoría, los equipos eran
“oficiales” en el sentido que representaban a alguna de las marcas
patrocinadoras de la carrera. “¿Cómo entrenan ustedes, si no tienen montañas?”,
nos preguntaban. La organización de la carrera está a cargo de “Plan B Event
Company” de Alemania, donde nos trataron muy bien con un nivel de asistencia
realmente excelente.
¿Cómo surgió la idea de
participar en esta competencia? Una vez culminada mi participación en la CCC de
la Ultra Trail de Mont Blanc en el año 2013 sobre 101 kilómetros, decidí
inscribirme para el sorteo de la UTMB (168 kilómetros) para la edición 2014,
pero quedé fuera. Frente a la opción de volver a participar de un sorteo para
la edición 2015, decidí buscar alternativas y encontré esta carrera en etapas,
donde se exigía experiencia previa en carreras similares pero sin la necesidad
de sorteos por cupos. Así que invité a Pablo a que me acompañara –se corre en
equipos de dos personas- con la única condición de que no podía dejarme
“tirado” en la montaña.
¿Por qué se corre en equipos?
Básicamente por razones de seguridad, ya que se hace en condiciones que pueden
ser extremas, tanto en relación con el clima como con el terreno, además de la
altura sobre el nivel del mar que se alcanza y la acumulación de etapas en
forma sucesiva, con muy escasas horas de recuperación entre una y otra. La
organización ofrece la opción de “alojamiento” en campamentos –para lo cual hay
que llevar sobre de dormir y los demás elementos necesarios- en general en
gimnasios y salones comunales, lo cual presenta un atractivo muy particular por
la convivencia con los demás competidores, opción que fue la elegida por
nosotros (además, por una razón económica).
¿Cuántos completan la carrera? No
más de un 60% de los equipos que largan, cumplen con las 8 etapas dentro de los
tiempos máximos previstos. Aquellos que no puedan hacerlo, tienen la opción de
largar igualmente, aunque ya como “descalificados”, o incluso se pueden
“saltear” etapas.
El viaje previo
Con Pablo, viajamos en Air France
con destino final a Múnich, el martes 25/8 para llegar aproximadamente a las
17.00 horas del 26, donde tomamos un tren a Oberstdorf (base inicial de la
carrera), para llegar finalmente alrededor de las 23.00 horas. Andrés Silva nos
dio la grata sorpresa de que nos fue a despedir al aeropuerto, y junto a él nos
sacamos una foto con la bandera de los “Hermanos de la Montaña”. En nuestro
destino, nos instalamos en el apartamento que había reservado, a unos 500
metros del centro de la coqueta ciudad, y pudimos finalmente cenar algo y
disfrutar de unas buenas cervezas, gracias a la amabilidad de la gente de un
pub que ya estaba con su cocina cerrada (allá se cena muy temprano).
El día 27 fue aprovechado para
descansar y para retirar el kit de competencia en la tarde. Recibimos el bolso
de viaje de 100 lts de capacidad (85 x 35 x 35) con el logo de la carrera, con
una muy buena cantidad de geles, suplementos alimenticios y algunos obsequios,
además de la remera con el diseño de las diferentes etapas y la expresión “lo
vamos a hacer”.
El viernes 28 ya estaba repleto
de corredores, con los stands a pleno de los diferentes patrocinadores. En la
tarde, fue la hora de la fiesta de bienvenida con el desfile de banderas de los
países participantes, además de la “pasta party”. En la noche, terminamos de
preparar la mochila de carrera, para irnos a descansar temprano.
Etapa 1 (29.08.15) –
Oberstdorf (Alemania) a Lech am Arlberg (Austria)
A primera hora de la mañana,
culminamos la preparación del bolso de viaje que entregamos a los camiones de
la Organización, en una rutina que cumpliríamos todas las mañanas antes de la
largada, para su traslado al siguiente punto. En esta ocasión, dado que en Lech
no había “campamento” sino que debíamos alojarnos en un hotel, teníamos una
reserva en el “Laerchenhoff”. La largada se hizo a las 10:00, con una
temperatura ya alta esperándose algo más de 30 grados durante el día.
Escuchando el tema oficial de la
carrera –“Keep on Running”- estuvimos palpitando los momentos previos, mientras
pasábamos por el control de los elementos mínimos exigidos en las mochilas,
antes de ingresar a la zona de largada. La pequeña ciudad vivía una verdadera
fiesta, con mucha gente despidiendo a los corredores. En nuestro caso, nos
encomendamos a “nuestros dioses” con la alegría de iniciar el cumplimiento de
un sueño largamente esperado.
La distancia total de esta primera etapa fue de 34.6 Km, con un tiempo máximo de 8:30 horas, un desnivel acumulado positivo de 2083 metros llegando al punto más alto a los 2190 msnm, que en nuestro caso cumplimos en 8:00:46 horas. Avanzamos bastante bien, hasta que llegando al PC ubicado en el Km 26 de carrera, me sentí desvanecer… El calor estaba afectándome bastante, al extremo que estuve 15 minutos recuperándome a la sombra, mientras mi compañero conseguía un poco de fruta –especialmente sandía- en el puesto, lo que me permitió retomar el camino. A la llegada, recibimos un precioso Buff con el diseño del recorrido de la carrera, comida e hidratación abundante –incluso una cerveza sin alcohol- y nos fuimos a mojar las piernas al arroyo que baja de la montaña, al costado de la llegada.
Decidimos ir a la pasta party
–estaba ubicada también muy cerca de la llegada- para posteriormente ir al
hotel, ya que nos quedaba algo lejos. Se me habían formado ampollas en un dedo,
así que estuve curándome tratando de evitar consecuencias peores durante las
etapas siguientes.
Etapa 2 (30.08.15) –
Lech am Arlberg (Austria) a St Anton am Arlberg (Austria), pasando por Alemania
Después de un excelente desayuno
en el hotel junto a un equipo de corredores español, fuimos hasta la zona de
largada. Se hizo a partir de las 8:00 en tres tandas separadas por 10 minutos,
dependiendo del tiempo de llegada del día anterior. Disponíamos de un tiempo
total de 6:30 horas para completar el recorrido de 24.7 Km, esperando
nuevamente mucho calor, superior a los 30 grados.
El desnivel acumulado positivo de
esta etapa alcanzó a 1899 metros, alcanzando el punto más alto a 2543 msnm
–Valfagerjoch-, complicado, difícil, con mucha piedra suelta que nos hizo
sufrir bastante, al extremo que mi compañero me “enganchó” en las zonas más
altas para ayudarme a subir. Llegando al último PC, nos avisan que no había
cortes por tiempos… Completamos la etapa en un tiempo total de 6:42:51 horas (13
minutos más de lo originalmente previsto), pero ya sintiendo que el nivel de
exigencia nos estaba poniendo al límite de la descalificación. Es más, si este
segundo día me preguntaban si íbamos a poder completar todas las etapas, con
seguridad hubiese dicho que no. Nuevamente fuimos a mojarnos las piernas a una
fuente cercana, donde muchos corredores estaban haciendo lo mismo.
Nos esperaba el CAMP en un
precioso gimnasio, amplio y cómodo, con zonas para dormir ubicadas tanto en la
cancha como sobre las espaciosas tribunas, donde nos tocó descansar. En el
escalón siguiente, estaba Hugo, un francés con quien estuve conversando, quien
me comentó que su compañero estaba internado en un hospital como consecuencia
de una descompensación que sufrió en la montaña… En mi caso, las ampollas
habían aumentado, pero solamente en el mismo dedo, así que decidí “pincharme” y
curarme con Iodofon y cubriéndolo con gasas, cosa que me permitió superar sin
dificultades la molestia que me causaban.
En ese gimnasio se hizo la pasta
party y también el desayuno a primera hora del día siguiente.
Etapa 3 (31.08.15) –
Lech am Arlberg (Austria) a Landeck (Austria)
La largada se hizo a las 07:00,
esperándonos un recorrido de 39.9 Km con un tiempo máximo de 9:30 horas, un
desnivel acumulado positivo de 2019 metros llegando al punto más alto a 2051
msnm, y una temperatura ya más fresca.
El recorrido fue bastante
tolerable, con muchos senderos por bosques, que completamos en un tiempo de
9:01:36 horas. Nuevamente el CAMP estaba ubicado en un gimnasio, algo más
alejado de la llegada, con “duchas compartidas” apenas separadas por cortinas
(toda una experiencia para estos corredores “sudacas”). El buen tiempo a la
hora de llegada, nos permitió lavar la ropa que habíamos usado y ponerla a
secar.
Ya las ampollas no me complicaban. Decidí cambiar el calzado que estaba usando, optando por un Salomon con más agarre y flexibilidad, pensando en las zonas con barro que íbamos a enfrentar en las sucesivas etapas.
Etapa 4 (01.09.15) – Landeck (Austria) a Samnaun (Suiza)
La largada de esta larga etapa,
nuevamente se hizo a las 07:00, esperándonos un recorrido de 45.7 Km con un
tiempo total de 11:15 minutos para completarla. Ya la temperatura había
empezado a bajar, y se esperaban lloviznas para la jornada y algo de viento.
Por tanto, el equipamiento de carrera ya empezó a cargarse. El desnivel
acumulado positivo de la etapa alcanzó a 2861 metros –el más “pesado”- llegando
al punto más alto –Ochsenscharte- a los 2787 msnm.
Fue un recorrido espectacular,
con senderos subiendo y bajando por zonas realmente hermosas, prolijas y
cuidadas, que cumplimos en un tiempo total de 10:36:04 horas. En determinado
momento cayó granizo, que nos hizo “disfrutar” un poco de esa nueva experiencia
en carrera. A la llegada, bajo llovizna persistente, nos entregaron un voucher
para masajes gratuitos, una bolsa para lavarnos la ropa y un bolsito de
Gore-Tex como obsequios. Además, nos avisaron que el CAMP estaba ubicado a 4
kilómetros de la llegada, pero que un ómnibus gratuito de la ciudad, nos
llevaba hasta allí. En esta ciudad suiza, nos quedábamos dos noches, ya que al
día siguiente teníamos el “kilómetro vertical” retornando al mismo punto.
Después de alojarnos en un
precioso gimnasio, con una zona de piscinas al costado a la que pudimos acceder
gratuitamente y disfrutar de unos buenos masajes en los chorros de agua, fuimos
a la “pasta party” ubicada en la cima de la montaña con una vista espectacular
pese al mal estado del tiempo, a la que accedimos en un funicular.
Etapa 5 (02.09.15) – Samnaun (Suiza) – Bergsprint, el famoso “kilómetro
vertical”
Después de disfrutar de un
desayuno en el salón escolar al lado del gimnasio, nos preparamos para la corta
jornada que nos esperaba, con largada –en nuestro caso- a las 10:41 (los
equipos largaban con 20 segundos de diferencia entre cada uno), con una lluvia
persistente. En lo previo, con mi compañero nos desafiamos por el tiempo
esperado: Pablo afirmaba que nos iba a llevar no menos de dos horas, en tanto
yo le decía que en no más de 1:45 lo cumplíamos.
Los primeros 3 kilómetros de los
6 totales de la etapa, eran en terreno plano o con leve descenso, para
posteriormente emprender la sostenida subida a 2499 msnm con un desnivel
acumulado positivo de 731 metros. Pusimos 1:26:10.
A la llegada, recogimos el bolso con ropa seca que habíamos enviado, así que nos cambiamos y almorzamos en el restaurante donde la noche anterior habíamos tenido la “pasta party”, para posteriormente bajar en el funicular e ir a descansar. En la tardecita, tomamos el ómnibus gratuito y fuimos a cenar a la ciudad, en un precioso restaurante donde disfrutamos de unas buenas pizzas y cervezas, ya con bastante frío y la llovizna que continuaba cayendo.
Increíblemente, estábamos ya en
la 5ª etapa de este duro desafío, y no sentíamos mayores molestias, salvo algún
ardor estomacal que me empezó a afectar, quizás fruto de la alimentación o de
los medicamentos que tomé (OXA B12, Actron).
Etapa 6 (03.09.15) – Samnaun (Suiza) a Scuol (Suiza)
Largamos a las 08:00 con un
tiempo máximo previsto de 9:00 horas para cumplir con los 37.1 Km del
recorrido, un desnivel acumulado positivo de 2064 metros llegando al punto más
alto a los 2752 msnm (Fuorcha Val Gronda).
Pese a lo exigente del recorrido,
en especial vinculado con la altura a la que llegamos, fue nuestra mejor etapa,
al extremo que superamos a gente que en carrera normalmente no habíamos visto.
La temperatura había bajado considerablemente, pero en contrapartida no
enfrentamos lluvia.
Completamos el recorrido en un
tiempo total de 8:00:54 y nos fuimos a buscar el CAMP, ubicado en un bunker de
una escuela. Mi compañero –algo claustrofóbico- se sentía “encerrado” en ese
lugar, aunque finalmente decidió quedar allí pese a que estuvo buscando algún
alojamiento alternativo. Fue una experiencia diferente, que nos permitió vivir
durante parte de una jornada, parte de las sensaciones que deben haber sufrido
los habitantes de esa zona durante la 2ª Guerra Mundial.
Etapa 7 (04.09.15) – Scuol (Suiza) a St Valentin (Italia)
¡Estábamos en la penúltima etapa!
Largamos con mucho frío, a las 08:00 con un tiempo total para los 37.8 Km de 9:00
horas y un desnivel acumulado positivo para la etapa de 1633 metros. El dolor
de estómago me impedía trotar en forma sostenida, así que emprendimos la larga
subida hacia el punto más alto a 2409 msnm -Schafberg- con un trekking firme.
El panorama era realmente espectacular, el más impactante de los que habíamos
visto hasta ahora, con un sendero en permanente subida “comido” a la roca de la
montaña, con agua que caía y cables de acero puestos por razones de seguridad. La
cámara de fotos y la GoPro no paraban de registrar esas imágenes inolvidables.
Empezaba a sentir el cansancio
acumulado a lo largo de las etapas, aunque como había dicho en lo previo a quienes
me consultaban, si llegábamos enteros a la 4ª etapa, con seguridad íbamos a
cumplir con nuestro sueño.
A la llegada ya en territorio
italiano –pese a que seguían hablando en alemán-, en un tiempo total de
7:45:00, fuimos hasta el CAMP también ubicado en un gimnasio. Ya se notaba el nivel
de abandonos, pues cada vez teníamos más espacio para ubicarnos. Después de un
buen baño, fuimos en funicular al restaurante de la pasta party junto a un
grupo de brasileños, donde uno de ellos comentó que en la noche previa se había
sentido muy mal y había vomitado. A mí me esperaba lo mismo…
Pude cenar todo lo que nos
ofrecieron, así que me sentí satisfecho. Pero cuando fuimos a dormir ya soñando
con la última etapa, empecé a sentirme mal del estómago. A las 04:02 me
desperté con un terrible malestar, que me permitió apenas llegar al baño, donde
vomité todo lo que había comido. Apenas me sentí algo mejor, volví a dormir
hasta que a las 05:00 Pablo me llamó para prepararnos e ir a desayunar.
Etapa 8 (05.09.15) – St Valentin (Italia) a Sulden (Italia)
Le comenté a Pablo sobre mi
malestar y sus consecuencias… fuimos a desayunar, pero me limité a ingerir dos
tazas de té, mientras mi compañero desayunaba. Fuimos hasta la zona de largada,
con mis enormes dudas sobre la reales posibilidades de largar ya que me sentía
débil. Después de averiguar con la organización y con la firme insistencia de
mi compañero que ofreció a “llevarme de arrastro”, decidí largar para enfrentar
al menos hasta el primer PC, ya que nos esperaba un largo tramo con leve bajada
y terreno firme.
El recorrido total esperado era
de 42.6 Km, con un tiempo original de 10:30 horas, previsiones de llovizna y
nieve en el punto más alto de esta etapa (Tabarettascharte, a 2880 msnm). Ello
llevó a que la organización decidiera modificar el recorrido, bajándolo a 40
kilómetros, un tiempo total de 9:00 horas y sin subir hasta los 2880 msnm, sino
haciéndolo a 2200 metros, para posteriormente bajar a Sulden ubicada a 1850
msnm.
Le prometí a mi compañero que no
íbamos a ser los últimos de la etapa, pero evidentemente no podía trotar dada
mi situación, al extremo que el dolor de estómago apenas intentaba moverme algo
más rápido, me complicaba bastante. Así, llegamos al primer PC donde pude
ingerir algo de fruta, verificamos que no éramos los que cerrábamos la lista de
corredores, y continuamos nuestro camino, siempre con dudas de que pudiera
encarar la subida. Avanzamos así hasta aproximadamente el Km 25, donde estaba
un nuevo PC, oportunidad en la que pude comer muy poquita cosa sin sentirme
mal. A partir de allí, emprendimos la subida con mi compañero “tirándome” con
su cuerda. Es más, en esta subida superamos a cinco equipos que avanzaban más
adelante, aunque dos de ellos nos volvieron a superar en la bajada final.
Enfrentamos muchísimo barro
acumulado en la zona de subidas y bajadas, pero avanzamos relativamente bien
frente a la insistencia de mi compañero para que trotara, y mi “freno”
diciéndole que teníamos tiempo más que suficiente para completar la carrera
dentro de los máximos previstos, tratando de preservar mi físico y no sufrir
más consecuencias.
Finalmente, llegamos a la ansiada
meta en un tiempo total de 8:29:58, con la enorme satisfacción del objetivo
conseguido. Fue un momento mágico. Un apretado abrazo con mi compañero, fue la
mejor demostración del agradecimiento personal y del espíritu de equipo que nos
permitió superar este durísimo desafío.
En síntesis
De los 312 equipos más los 48
invitados, ocupamos la posición N° 198 en la general habiendo cumplido con
todas las etapas en un tiempo acumulado de 60:03:18, y la posición N° 54 en la
categoría Master Men entre 79 que largamos. Sin considerar a los invitados, en
la general quedamos en un percentil 63, y en la categoría en el percentil 68. Se
registró un muy importante nivel de abandonos o descalificaciones de equipos
que no completaron todas las etapas, cercano al 35%.
Algunas conclusiones y pensamientos “en voz alta”
En lo personal, sin dudas no
tengo reparos en decir que me siento plenamente satisfecho con el objetivo
logrado. Fui con la intención de “llegar” cumpliendo con las 8 duras etapas, y
lo conseguimos pese a las críticas situaciones que tuvimos que enfrentar, en
gran parte gracias al generoso esfuerzo de mi compañero de equipo Pablo Lapaz,
un verdadero titán en su aporte y entrega física y espiritual.
¿Cómo correr en la montaña,
viviendo en Uruguay? Es la gran pregunta. Pese a las limitaciones geográficas
que tenemos aquí para entrenar, no hay dudas que la constancia y el
entrenamiento permiten enfrentar “dignamente” este tipo de desafíos. Es
indudable que mi compañero está notoriamente mejor preparado que yo, a lo que
se suma la diferencia de edad y mis múltiples ocupaciones que me impiden
entrenar diariamente, razones por las cuales era evidente que se iba a ver “frenado”
por mis menores posibilidades.
A ello se agrega el enorme
desafío que significa correr 8 etapas sucesivas –casi podríamos decir una
maratón de montaña por día- con la acumulación y el impacto que ello provoca sobre
el físico y la mente. Hasta ahora lo máximo que había hecho era correr en 3
etapas sucesivas, o en la distancia de 160 kilómetros en régimen de “autosuficiencia”.
Alcanza con ver las fotos de las sucesivas etapas, para notar como nuestros
rostros iban reflejando ese deterioro. Por suerte, físicamente no sufrí ninguna
consecuencia adicional a las ya relatadas, salvo los 4.5 kilos menos que tengo
actualmente (después de 10 días de haber finalizado la prueba) en relación con
mi peso al emprender esta aventura.
Encaré este desafío con el
objetivo de “llegar”, en lo posible dignamente, aunque no pudiera cumplir con
los cortes horarios. Mi intención siempre fue poder completar las etapas, con
la mente puesta en la meta final, avanzando paso a paso, etapa tras etapa,
ajustando nuestras decisiones en función de la evolución de la competencia y
las condiciones que enfrentábamos. Es que la montaña pone a todos en su lugar,
no perdona. Vi a corredores muy experientes y muy bien preparados, descompensados
en situaciones críticas siendo atendidos por personal médico de la carrera, a
2800 msnm, en tanto en mi caso pude soportar bastante bien los efectos de la
altura. Como lo señaló un corredor vasco de ultra trail de montaña, durante el
desafío se viven sucesivas “muertes y renacimientos”, que son las que hacen a
esta disciplina especialmente atractiva. Y en lo personal, puedo dar testimonio
de que es así. Como ya señalé, en las dos primeras etapas y en la previa de la
última, pasé por situaciones críticas que pude superar gracias al apoyo de mi
compañero de equipo, renaciendo casi desde las cenizas.
La logística de carrera es todo
un tema, que merece atención. En este caso, se vio francamente favorecido por
un excelente servicio de Plan B Event Company, que nos facilitaron las cosas. Pero
también debo destacar que los equipos que estaban definiendo cada etapa, en
ningún caso se quedaban en los campamentos de la Organización sino que se
alojaban en hoteles. En nuestro caso, además de las razones económicas, optamos
por vivir el clima propio de los campamentos, que tiene un particular
atractivo, más allá del cansancio indudable que se acumula cuando se duerme en
sobres en el piso de un gimnasio.
El equipo, ¿cómo conformarlo? Es indudable
que con mi compañero tenemos diferencias físicas y de entrenamiento, que
suponen en su caso una “renuncia” a un mejor desempeño, para “tironearme”
ayudándome a completar cada etapa. ¿Deben ser complementarios? ¿Deben
potenciarse los desempeños, o tiene más sentido sacrificar a uno para que el
equipo llegue a la meta?¿Cuánto juegan los “egos en pugna”, los liderazgos y la
tensión permanente, en condiciones extremas durante 8 días, con ánimos y
físicos que van cambiando en función de las circunstancias? ¿Cómo impacta sobre
las personas, que en definitiva seguimos siendo “individuos” más allá de formar
parte de un equipo? Sin dudas, no hay respuestas únicas. Prefiero quedarme con
la impresión de que conformamos un equipo, que nos enriqueció como personas. Como
señaló “Miqui”, uno de los españoles: “Van a valorar lo que consiguieron como
equipo, en la medida que pase el tiempo”.
¿Qué tipo de entrenamientos se necesitan
para este tipo de desafíos? Es obvio que preparar estas disciplinas exige una
dedicación muy fuerte, una constancia muy estricta y –en particular- terrenos
que en Uruguay no tenemos, que suplimos con trabajos de fuerza y entrenamientos
de subidas y bajadas en nuestros desniveles de no más de 150 metros… Demasiado hándicap.
Además, como ya dije, en mi caso personal atiendo obligaciones laborales y
docentes, que me dejan poco espacio para el entrenamiento, pese a lo cual traté
de llegar en las mejores condiciones posibles.
¿Cuánto tiempo lleva la
recuperación de esta carrera? Normalmente, en 15 días estoy en condiciones de
volver a entrenar suavemente. En mi caso, intentaré hacerlo ya a partir de este
fin de semana, encarando alguna carrera corta, y retomando los entrenamientos.
También hay espacio para la solidaridad
Esta aventura también tuvo un
componente solidario, en este caso con Máximo Gambaro, el chiquito que está
siendo sometido a operaciones para corregir una cardiopatía. Por esta razón,
organicé una “venta de kilómetros” invitando a mis compañeros de trabajo a
aportar al menos un peso por cada kilómetro recorrido con ese fin, a descontar
de los haberes del mes de setiembre.
¿Qué queda o qué viene después?
La verdad es que no tengo
respuestas, sino que en cierta forma aún siento una especie de “vacío”. Pero ya
llegará un nuevo sueño que vuelva a motivarme. En ocasión de la entrevista telefónica
que me hizo Emiliano Cotelo para “En Perspectiva” una vez culminada la carrera,
un oyente preguntó “¿de qué huimos”?, y le respondí que en realidad más que
huir, nos encontramos, alcanzamos inspiración y niveles de creatividad que nos
alimentan para potenciar nuestros desempeños en las actividades habituales.
¿Dónde se juntan sueños y
realidades? Es habitual leer que cuando la mente se enfoca firmemente en un
objetivo, el cuerpo es capaz de alcanzar aún aquellas metas que parecen
imposibles. Lo dice Josef Ajram: “¿Dónde está el límite? No sé dónde está, pero
sí sé dónde no está”.
Muchas veces me pregunto cuál es
la diferencia entre “triunfo” y “fracaso”. Es claro que me siento absolutamente
satisfecho con el objetivo conseguido, pero también es cierto que estuvimos a
punto de no alcanzarlo, por esas circunstancias muchas veces fortuitas que
pueden hacer que un equipo quede fuera de carrera. Así que no alcanza con el “resultado
final”, sino que hay que valorar el proceso vivido, las dificultades
enfrentadas, las respuestas encontradas y los aprendizajes que nos dejan. “, diría
el DT de la selección uruguaya de fútbol, maestro Tabárez. Por ello, es cierto que en la montaña no hay
lugar para las vanidades y el orgullo desmedido. Aunque haya sido mi carrera N°
347 con 6.211 kilómetros acumulados, la N° 41 de 42 kilómetros o más, y la más
dura y difícil de las enfrentadas hasta hora.
“Solo juega, diviértete, disfruta
del juego” (Michael Jordan).
Nos vemos, en la ruta y en la vida.
Nos vemos, en la ruta y en la vida.
4 comentarios:
espectacular jorge un abrazo grande y nos encontramos en alguna carrera de calle por montevideo y te palmeare la espalda
Muy emocionante la crónica ! Espectacular la aventura vivida!
y toda la mejor onda para las futuras , Abrazo
unos salados, leer este tipo de vivencias motiva de verdad, los felicito
Excelente Jorge, espectacular, que decir, un gran abrazo, felicitaciones y vamos arriba!!!!
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