miércoles, 16 de diciembre de 2015

VILLA SERRANA ULTRA TRAIL 2015 - "Nadie nos dijo que fuéramos..."

El gran Kilian Jornet dice: "Nadie nos dijo que fuéramos, nadie nos dijo que lo intentáramos, nadie nos dijo que sería fácil. Alguien dijo que somos nuestros sueños, que si no soñamos estamos muertos".
Sin dudas, suena un poco pretencioso iniciar esta crónica con una referencia tan fuerte, pero en varios momentos de la experiencia vivida el pasado sábado en la preciosa zona de Villa Serrana, Departamento de Lavalleja, recordé esa frase pues creo que resumía adecuadamente las sensaciones que sentía. Vayamos a los orígenes.

El año pasado se corrió la primera edición, y en aquella oportunidad también corrí sobre la distancia de 42 Km., con un recorrido soñado con pasaje por el Salto del Penitente y varias subidas y bajadas, completando la distancia en 5hs 20min, en una experiencia que compartí con Douglas Hernández con quien viajamos la noche anterior. Apenas retorné este año de mi inolvidable logro en la Gore-Tex Transalpine Run sobre 268 kmts. junto a Pablo Lapaz -al sentirme bastante entero- decidí inscribirme a la Matt Trail Run en Punta Ballena y Arboretum Lussich -que corrí junto a Sebita Paulós- y a la distancia de 42 Km en esta de Villa Serrana, pensando en "repetir el plato".
En los días previos, estuve coordinando con algunos compañeros de Cantero Entrenamientos para ir, pensando en la posibilidad de dormir la noche previa en una casa alquilada. Finalmente, Claudio Vidal, Álvaro Nieves, Gustavo Beiró y Susana Dalmás fueron el viernes a la tarde, en tanto yo fui con Álvaro Pena y familia en la madrugada del sábado (salimos a las 3:30 AM, ya que largaba a las 6:00). El calor de los días previos era un indicador de que la carrera iba a ser muy dura, recomendando la Organización que lleváramos suficiente hidratación.
Llegamos poco después de las 5:00, retiré la camiseta y número y nos preparamos para largar, junto a varios amigos con los que compartimos esta disciplina y otros "recién llegados". Largamos puntualmente ya con el sol que iluminaba la mañana, por un camino de balastro con una leve subida, tramo en el que fui intercambiando comentarios con otros a quienes recién veía (me olvidaré de algún nombre, pero recuerdo a Guillermo Winkler, Susana Mulero -compañera de Facultad y con quien coincidí en mi primera media maratón allá por 2007-, Marcela Kollar, Andrea Barcelona, Luis Pedro Pereira, Diego Valverde, Gustavo Vilche, Fernando Yaquinta, Silvia Bellini, Quique Bittencourt, Alejandra Isabella, Freddy Fajardo, Maia Boccone...
Ya desde la previa, había decidido y comentado que pensaba hacerla a ritmo suave, considerando que hace aproximadamente un mes y medio que no puedo entrenar en forma regular como consecuencia de mis obligaciones docentes, limitándome a alguna carrera de fin de semana. Adicionalmente, el calor que nos esperaba me hacía ser muy conservador, pero creo que se me fue la mano... Salí a un paso razonable, llegando al km 6 -enseguida de parar en el primer puesto de hidratación- en 42m 30s., tramo en general por trillos de campo con cruce de alguna cañada, zonas de monte y a campo traviesa.
Continuamos ya con el sol bastante fuerte, para alcanzar los 10 Km en 1h 16m. "Voy bien", pensaba. En los 10.7 Km estaba el puesto de hidratación donde además se hacía el retorno de quienes corrían 21 Km. Continuamos en general sobre zonas de campo, trillos y cruce de cañadas, para ingresar a un camino con una leve bajada cubierta por eucaliptus (o algún árbol similar), donde fui junto a otros tres corredores, para enseguida ver al ganador de la carrera en la distancia mayor -Fernando De León- que ya retornaba con amplia ventaja sobre los demás. Alcancé el Km 15 en 1h 51m, bastante razonable en función de mi plan de carrera.
Ya eran casi las 8 AM, y el sol se ponía "pesado". Un largo tramo nos llevó al puesto de hidratación y alimentación más importante -Km 20 según mi GPS y Km 22 según la inscripción del cartel- donde llegué en 2hs 40m. Bien, pues llevaba un promedio de 8m/km. Allí, Mirco Leiva auxiliaba a Lu Schettini, que corría en postas y se había descompensado. Me detuve a alimentarme suficientemente e ingerí bastante líquido, para posteriormente emprender el camino de retorno.
Creo que mentalmente me jugó en contra haber alcanzado el "retorno", pues decidí suavizar aún más el ritmo, tratando de llegar lo más entero posible a los últimos 10.7 Km. Me superaron algunos corredores, que veía alejarse a la distancia dado que avanzábamos por un tramo bastante despejado, donde el calor ya se hacía insoportable. Un muy largo camino nos llevó a los tramos que ya habíamos hecho a la ida, momento en el que empecé lentamente a alcanzar a otros corredores. Algunos descansaban a la sombra, en tanto otros avanzaban a ritmo muy suave, lo que me permitió ponerme a "rueda" caminando a un ritmo sostenido.
Alcancé el Km 25 en 3hs 30m, y el Km 30 en 4hs 28m. Ya el calor era insoportable, a las 10:30 de la mañana de un muy pesado día de verano en la sierra. Parecía que alguien había abierto la puerta del infierno, y una brisa densa y espesa se hacía sentir con toda su fuerza. Avanzando lentamente, finalmente llegamos al Km 32.3 donde estaba el puesto de hidratación. Eran las 10:55 AM y hacía 2 horas 15 minutos que había repuesto energías y me había hidratado en el puesto anterior. Es cierto que llevaba la mochila con suficiente hidratación, pero su temperatura hacía que pareciera agua para el mate... Y los dos militares a cargo del puesto, sentados a la sombra, nos esperaron diciendo "hace media hora que no tenemos más agua". ¿Quééé??? "Sí, la pedimos por radio y la están trayendo; en unos 5 minutos estarán por acá". ¿Qué hacemos?, nos preguntamos. Mis compañeros habían llamado a Jorge Tabárez y le habían avisado que estábamos sin agua. Decidimos avanzar y a los 5 minutos llegó la camioneta con agua. Eso sí, nos dieron una botellita de medio litro de agua Nativa a cada uno, a temperatura natural...mente caliente. Ahí me dí cuenta que la distancia total de la carrera iba a ser de unos 44 kilómetros, en vez de los 42 km anunciados.
Decidí  controlar el consumo tratando de hacerla rendir, en tanto mis compañeros lentamente se quedaron atrás hasta que faltando 8.8 Km decidieron descansar a la sombra y esperar a Jorge. Un par de kilómetros más adelante un ciclista que tomaba imágenes con su cámara, me auxilió con un poco de agua de su caramañola (también caliente...). Avancé hasta que llegué al último puesto, faltando 5.8 km para la meta. Atravesamos nuevamente algunas cañaditas, momentos que aprovechaba para refrescar los pies. Casi enseguida, nos perdimos... Una corredora que iba más adelante dio vuelta, pues no veía ninguna cinta. Pese a que estábamos sobre un trillo de campo bien marcado, hice unos 300 metros y no encontré ninguna cinta así que también decidí retornar al ver que todos daban vuelta. Pero un poquito después, me señalaron que efectivamente estábamos sobre el camino correcto, así que seguí avanzando. A falta d 4 km, otra corredora descompensada estaba siendo atendida al costado del camino.
Ya llegando a Villa Serrana, a falta de 1.7 Km, veo a Claudio, Susana y Gustavo que habían ido a comprar bebidas, quienes me auxiliaron con un poco de Coca Cola. Enseguida, una camioneta de la Organización traía a un grupito de unos 6 corredores que había abandonado, e ingresé al tramo final. Completé el recorrido total de 44.26 Km que me marcó el GPS en 7hs 18m 09s (9.54/km), casi dos horas más que el año pasado. Completé el recorrido y nada más. O nada menos.
Explicaciones para este desempeño hay muchas. Fue mi carrera N° 361 en poco más de 10 años con 6400 kilómetros en competencias, donde 43 de ellas fueron maratones o ultramaratones, completé 888 kmts. en carreras en el año 2015 con 6 de 42 kmts o más, y sigo sin lesionarme (¡cruzo los dedos!). Y como dijo Fernando Botta, a nuestra edad ya debemos sentir las consecuencias del esfuerzo...
No tengo idea clara de la cantidad de abandonos que se verificaron. Entiendo además que a la Organización el calor tan riguroso le jugó una mala pasada, aunque deberían haberse minimizado sus efectos con suficiente hidratación en los puestos. No puede pasar que en uno de ellos nos digan "hace media hora nos quedamos sin agua". Y eso que corrí la distancia de 44 Km, así que me puedo imaginar lo que habrá sido para quienes largaron los 88 Km. "Dedito para abajo", pese a todas las advertencias de la charla previa; el agua que podemos cargar en nuestras mochilas, siempre resulta insuficiente, además de ponerse caliente por la temperatura reinante. El puesto del Km 20 debería haber sido replicado -al menos parcialmente- a falta de 10.7 km para la meta, en una jornada tan dura.
Sobre la señalización, nada puedo decir ya que creo que en realidad cuando me sentí perdido, fue por las dudas que me generaron otros corredores pues yo habría seguido por el camino que a la postre, resultó el correcto.
Viendo los resultados, en 88Km llegaron 30, en 44 Km lo hicimos 62 (ocupé la posición N° 53), en 21 Km 87 corredores y en 10 Km fueron 85 competidores. En la distancia mayor, el ganador absoluto fue Fernando De León marcando un tiempazo: 8hs 27m y en damas Lali Moratorio con 10hs 56m; en 44 Km triunfaron mis compañeros del Cantero Entrenamientos Guillermo Winkler con 4hs 22m y Susana Dalmás con 5hs 28m.
En lo personal, reitero que estoy pagando las consecuencias de la acumulación de carreras y escaso entrenamiento del último mes y medio, así que no puedo quejarme. Eso sí; en cuanto mis obligaciones docentes me lo permitan, debo encarar una fuerte pretemporada para llegar en condiciones a los desafíos que me esperan en 2016: TransGranCanaria sobre 83km en marzo, y UltraFiord sobre 70 Km en abril.
Para cerrar, repito lo del principio: "Nadie nos dijo que fuéramos, nadie nos dijo que lo intentáramos...". Pero disfruto de esta locura. "La vida no se mide por la cantidad de veces que respiramos, sino por las veces que nos quedamos sin aliento".